Estábamos en el cigarral de las Mercedes y Toledo relucía con el brillo de la humedad a nuestros pies. Al término de la larga entrevista que Esther Esteban hizo a Emiliano García Page en nuestro Foro de Castilla-La Mancha, uno de los invitados se me acercó emocionado: "Durante el resto de mi vida recordaré lo que he escuchado hoy aquí".
¿Había sido para tanto? Yo creo que sí.
Aunque Page había criticado ya muchas veces al Gobierno de Sánchez por sus concesiones al separatismo, nunca lo había hecho respecto a un asunto tan grave como la transferencia "integral" del control de la emigración a Cataluña.
Recreación del cuadro 'Lección de anatomía', de Rembrandt, con Pedro Sánchez en el papel del muerto y Emiliano García-Page como el doctor Tulp
Tampoco había hablado de manera tan severa -sin perder nunca las formas-, con una argumentación tan bien articulada y con tanta profundidad.
Yo había pedido a Page algo muy concreto, fruto de la frustración. Toda vez que el Gobierno nos ha vuelto la espalda a quienes defendemos los consensos pero publicamos titulares y viñetas que irritan al Supremo, debía ser él quien intentara mediar entre Sánchez y Feijóo en pro del imprescindible Pacto de Estado para la Seguridad y la Defensa.
Por desgracia, pronto me di cuenta de que también con él los puentes están rotos, por mucho que sea el único barón socialista que gana con mayoría absoluta y nunca haya participado en maniobra alguna contra su partido. Me dicen que el propio jueves por la tarde ya le desdeñaban en Moncloa: "A Page le oímos como quien oye llover".
Page recordó que el PSOE no fue a las elecciones "con este planteamiento sino con el contrario" e incidió en que hay políticas que pueden ser constitucionales pero de extrema derecha
Tal vez por eso, en lugar de una anhelada mediación que necesitaría de muchos más mimbres, hoy por hoy imposibles de ensamblar, Page nos dejó una impactante lección de anatomía, al diseccionar lo que está en marcha con el escalpelo de la razón.
He aquí mi antología literal de sus palabras en forma de decálogo con coda. Estremece transcribirlas:
1.- "Puigdemont tiene razón. Estas son competencias de un Estado. Es dramático que tenga razón: las competencias exclusivas de un Estado son sus fronteras, sus políticas migratorias, quién puede expulsar o no a un nacional".
2.- "Personalmente siento mucho bochorno como ciudadano, como socialista y como demócrata. Me sonroja que alguien de la izquierda piense que es asumible el planteamiento racista e 'identitario' de Puigdemont. Que se pueda regular el tráfico de personas por cuestiones de idioma, de creencias, de identidad... Es literalmente una trasposición de lo que le escuché el otro día a Trump".
3.- "Que no me vengan con cuentos chinos de muros contra la extrema derecha porque Puigdemont y sus planteamientos son extrema derecha de la peor... No sólo no me siento representado en ese acuerdo como socialista, sino que no me va a vincular. Yo no quiero ser colaboracionista de la extrema derecha de Puigdemont".
4.- "Es de una hipocresía tremenda hablar de levantar muros, cuando lo que se está planteando es cavar una zanja... Espero que no salga adelante y que si sale adelante tenga retorno... Todo lo que se está pactando no es porque sea bueno ni para Cataluña, ni para España. Es por puro chantaje".
5.- "A quienes pergeñan todos estos acuerdos, sea en Ginebra o en Bruselas, como mínimo se les tendría que poner la cara colorada. Es lo único colorado del acuerdo."
6.- "A ellos les interesa que entremos en la trampa de si es constitucional. Eso podía ser válido hasta que el PP pactó con el PSOE este Constitucional... Este debate tiene un trasfondo de inconstitucionalidad, pero no les voy a hacer el favor de anticiparlo. 'Ya nos encargaremos de que sea constitucional. Y como es constitucional, es válido...' Es que la mayoría de las políticas de Vox entrarían en la Constitución. Puede ser constitucional y muy de extrema derecha".
7.- "No se puede pactar lo que se está pactando sin caer en la hipocresía de incumplir lo prometido. No fuimos a las elecciones con este planteamiento sino con el contrario... Quiero que se mantenga viva en la retina de los españoles la llama de lo que es el PSOE. Mucha gente que le ha votado y que no le ha votado echa de menos al PSOE... Por el camino que vamos no le arriendo la ganancia en las autonómicas y municipales que vienen".
8.- "Este pacto dinamita por completo la viabilidad de un pacto de Estado sobre inmigración con las comunidades autónomas. ¿Qué pasa con los inmigrantes que entran a Cataluña por Aragón o por Valencia? La circulación es libre en España y en la Unión Europea".
9.- "No se puede gobernar a cualquier precio. Se tiene que hacer con límites si es con un planteamiento moral. No vale todo. Que un gobierno hable de delegar pero que ni siquiera asuma la iniciativa legislativa para sortear todos los informes preceptivos por la puerta de atrás de la proposición de ley, pone de manifiesto lo bochornoso del procedimiento".
10.- "Esta legislatura empezó por una carambola; una carambola no puede legitimar todos estos cambios estructurales. La mayoría de la ciudadanía está intentando ver cómo gestiona la impotencia que genera este modelo".
y 11.- "Si lo que te importa es España, va a ser difícil que aguante la legislatura".
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Hagamos una pausa para respirar. Lo que hemos leído, lo que puede escucharse en el vídeo del acto del jueves es el "Quousque tandem" de Cicerón contra Catilina.
¿Se dará por aludido Sánchez cuando Page dice que el "colaboracionista" con "la peor extrema derecha" no es Feijóo sino él?
¿Moverá una ceja Zapatero, abombará algo más la tripa Santos Cerdán, al leer que deberían ponerse "colorados" por lo que han estado negociando y pactando fuera de España con el prófugo de la Justicia?
¿Sentirán Margarita Robles y José Manuel Albares que esto les atañe o lo considerarán ajeno a la defensa y seguridad de España, a nuestra relación con los demás miembros de la Unión Europea? ¿Es delegable o siquiera compartible el control de fronteras? ¿Hay algún otro Estado del mundo que lo haga?
¿Sentirán la menor comezón los ministros socialistas cuando desde su propio partido se les presenta como cómplices activos de la traición a su electorado?
¿Mostrará alguna incomodidad o zozobra Patxi López al porfiar en esa "puerta de atrás" de la proposición de ley para ahorrarle al jefe la incomodidad de los informes adversos de los órganos consultivos?
¿Dará tan siquiera un respingo Cándido Conde-Pumpido al ver erosionado su prestigio intelectual por la predictibilidad de su alineamiento gubernamental, desde la perspectiva de un dirigente socialista?
¿Sentirán la menor comezón en su conciencia los Félix Bolaños, Óscar Puente, Óscar López, Isabel Rodríguez, Pilar Alegría o María Jesús Montero cuando desde dentro del PSOE, aunque sea, como ellos dicen, desde el 'extrarradio', se les presenta como cómplices activos de la traición a su electorado para ceder al "chantaje" de un planteamiento "racista"?
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Sé muy bien que todos ellos opondrán a las acusaciones de Page dos razones avasalladoras: la perpetuación del Gobierno del PSOE garantiza la continuidad de sus "políticas socialistas" en otros ámbitos y la "normalización" de Cataluña está convirtiendo un problema en una gran oportunidad. ¿Pero estos dos presuntos buenos fines justifican esos medios?
Debo decir que la práctica totalidad de la pléyade de políticos, empresarios y periodistas cuyas fortunas dependen de la continuidad de Sánchez se identifican, entusiastas, con estas dos justificaciones. Creen que su PSOE aguanta lo que le echen porque es poroso y misceláneo como la piedra ostionera. Viva la diversidad, excepto cuando se emigra a Cataluña.
La firmeza de los pretorianos de Sánchez es desafiante. Sobre todo, tras la conquista de Telefónica y el retorno de la Fundación La Caixa a Barcelona al día siguiente de la firma del pacto con Junts.
Pronto sabremos las bases del concurso primaveral de juegos florales. Tendrán incierto resultado por la amplitud de la concurrencia y la garantizada brillantez de sus composiciones poéticas. De momento conocemos su lema: "El providencial y sabio acierto de hacer de la necesidad virtud".
Podremos llamarle astucia, oportunismo o trapacería, pero hay que reconocer que a Sánchez le está dando un gran resultado combinar su amoralidad con la moralidad ajena
Pero a la vez ocurre que todos conocemos a miles de socialistas que no viven directa o indirectamente de Sánchez -todavía quedan- y la mayoría de ellos comparten en público o en privado las opiniones de Page. Especialmente ese reconcome que significa aprender a "gestionar la impotencia", compartido por tantos millones de españoles.
Hay que reconocer que ambos sectores del socialismo manejan a la vez un tercer argumento más plausible y con un cierto aval empírico: tranquilizaos, compañeros, porque una cosa es que hayamos firmado esto y otra que vaya a suceder.
¿Acaso ha sido amnistiado Puigdemont? ¿Acaso es oficial el catalán en la UE? ¿Acaso hay visos de que Cataluña vaya a tener un concierto y un cupo como los del País Vasco? Pues aplicad esa regla de tres a la transferencia "integral" de la emigración...
Podremos llamarle astucia, oportunismo o trapacería, pero hay que reconocer que a Sánchez y los suyos les está dando un gran resultado combinar su propia amoralidad con la moralidad de los demás, la volubilidad de sus principios con la pertinacia de los ajenos, la incoherencia de sus políticas con la coherencia de las de sus interlocutores y antagonistas.
El ejemplo más palmario es el de la amnistía. ¿A quién debe Sánchez que hayan crecido tanto sus posibilidades de prolongar e incluso agotar la legislatura? Sin duda a Manuel Marchena y el resto de los jueces de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.
Al anteponer su integridad como juristas a cualquier consideración de oportunidad política, estos magistrados privaron a Puigdemont de la amnistía exprés que él creía haber comprado con la investidura. Desde ese momento se convirtió en rehén del Constitucional o lo que es lo mismo, de Sánchez. A partir de ahí todo está siendo teatro dilatorio.
Tras escuchar a Page, ¿creen que a Sánchez le importa España? ¿Hacemos una encuesta? ¿Convertimos las próximas generales en un plebiscito sobre su patriotismo constitucional?
Lo del catalán en la UE es aun más fácil de entender. Ocurre simplemente que a buena parte de los 27 no les conviene ni complicar la burocracia comunitaria ni sentar un precedente que alimente las aspiraciones soberanistas de sus minorías nacionales. Mientras Puigdemont se conforme con eso -que lo hará-, Albares seguirá haciendo 'todo lo que esté en su mano' para mantener el expediente vivo. Y el día que le exijan a Sánchez una implicación personal, quedará constancia de que su peso en la UE es mucho menor del que alardea.
Si pasamos a la siguiente carpeta, la "financiación singular", pactada con Esquerra para hacer presidente de la Generalitat a Illa, es obvio que continúa en el limbo de la ambigüedad. El prólogo de la quita de la deuda indica que será 'café para todos' o no será.
Favorecerá a Cataluña, pero no en la medida de las pretensiones del separatismo. Y menos después de que María Jesús Montero se haya convertido en el ariete que debe derribar la puerta blindada de la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía.
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En último extremo, todo dependerá de que exista mayoría en el Congreso para modificar la Ley de Financiación Autonómica. Exactamente lo mismo que ocurre ahora con la Ley de Extranjería. O qué ocurrirá el día que se presenten unos Presupuestos que incluyan el requerido incremento de los gastos de Defensa.
En todos los casos el obstáculo final se llama Podemos porque sus cuatro diputados tienen la llave de esa teórica "mayoría progresista" en la que Sánchez incluye a los siete de Junts. La imposibilidad práctica de ponerles de acuerdo en nada es la clave de la esterilidad de los sucesivos periodos de sesiones de este "do nothing Congress".
Apenas había presentado Page las razones, Ione Belarra ya aportaba los denuestos contra el "lamebotas de Trump". No me extraña que al líder de UGT, tan alineado con Sánchez, le preocupe verles llegar a la misma Roma por caminos tan opuestos.
La coda añadida a mi "decálogo de Page" es la frase del presidente castellano-manchego que menos atención proporcional ha merecido. Quizá por la contundencia de tantos otros 'titulares' o por la doble incertidumbre de su formulación: "Si lo que te importa es España, será difícil que aguante la legislatura".
Es obvio que se trata de una interpelación a Sánchez y resulta mucho más comprensible, poniéndola del revés: "Si lo que no te importa es España, será fácil que aguante la legislatura".
¿Le "importa" a Sánchez España? Si me hubieran preguntado eso mismo sobre Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy -a todos los he tratado en las duras y las maduras- no habría dudado en contestar que sí.
En unos casos para bien, en otros para mal. Todos tenían un proyecto nacional, una visión de conjunto y la conciencia de que la Historia juzgaría su legado.
Pero, insisto, tras escuchar a Page: ¿Le importa a Sánchez España? ¿Ustedes qué piensan? ¿Hacemos una encuesta? ¿Convertimos las próximas generales en un plebiscito sobre su patriotismo constitucional?
Qué tiempos tan peligrosos son estos en los que, de momento, mientras no se vuelva a consultar a los españoles, el único antídoto visible frente a la incoherencia pragmática del PSOE será la coherencia destructiva de Podemos.