Inés Arrimadas, en el Panteón de Hombres Ilustres, ante la tumba de Eduardo Dato.

Inés Arrimadas, en el Panteón de Hombres Ilustres, ante la tumba de Eduardo Dato. REPORTAJE GRÁFICO Y VÍDEO: CARMEN SUÁREZ Y SILVIA P. CABEZA

Opinión HABLANDO SOBRE ESPAÑA

Inés Arrimadas, entre las tumbas de los liberales: "Sobreviviremos a la opa del PP, estoy convencida"

"Los reaccionarios son los que apelan al pasado y a las diferencias... Lo de decir que Bildu y ERC son progresistas me parece un cachondeo" / "El que esté dispuesto a irse a otro partido por un cargo, que se vaya. El fracaso no es tener que dejar un cargo público, sino mantenerlo a toda costa".

24 octubre, 2021 06:56

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A un lado de la puerta, Inés Arrimadas. Al otro, las tumbas de los liberales. En la verja del Panteón de Hombres Ilustres, a orillas de la estación de Atocha, la presidenta de Ciudadanos coincide con un grupo de turistas. La miran como buscando una respuesta. La pregunta que no verbalizan vendría a decir algo así: “¿Se atreve a posar entre ataúdes tal y como está su partido?”. Pues sí. Se atreve.

Maura, Dato, Cánovas, Canalejas, Sagasta… Los personajes históricos más relevantes del siglo XIX yacen en el centro de Madrid, en esta suerte de claustro gestionado por Patrimonio Nacional y que puede visitarse de manera gratuita. “Es una pena que casi nadie lo conozca, dice mucho de cómo está España. El sitio es impresionante”, saluda Arrimadas. 

Las esculturas que cubren los féretros son obra de algunos de los mejores artistas del siglo pasado, Mariano Benlliure entre ellos. En la de Canalejas, varios hombres cargan con el cuerpo inerte camino del nicho. Cuando Arrimadas posa ahí cerca… ¡Vaya con cuidado, no se vayan a llevar a su partido! La candidata de Ciudadanos sonríe y contesta: “No tenemos miedo. Los liberales siempre se sobreponen”.

Inés Arrimadas, entre las tumbas de los liberales Silvia P. Cabeza

Se acercan un par de señoras. Seguimos aquí, junto a la tumba del liberal. “Inés, enhorabuena por el embarazo. Va a ir todo bien. Oye, y lo de la política, ¡tú sigue! ¡P'alante! Te votaremos”. De eso va la entrevista, de ese contraste: el halago y la tumba, los piropos y lo negro de las encuestas. 

Se trata de una conversación en marcha, que cambia en función del monumento con el que se topa. Un liberal asesinado por un carlista, un hombre que se define como “liberal-conservador”, el auge del anarquismo, las pistolas, los periódicos… A todo se le puede buscar el hilo que lleva al presente: ¿por qué flojea Ciudadanos? ¿Se ha pegado un tiro en el pie o lo han matado? ¿Quiénes son los carlistas de hoy? ¿Qué hay de la opa del PP? ¿Percibe Arrimadas una conspiración de los medios contra su formación?

En un mausoleo, las realidades son contundentes. Tanto como la muerte. Quizá por eso Arrimadas emplea un tono más “clarito” –tiene cierta obsesión por el diminutivo–. Véase el pasaje referido a la gresca con el PP. Empezamos bajo una cúpula de tonos dorados y azules. Con la vista puesta en el patio.

Estamos en un panteón de hombres ilustres, la mayoría asesinados. Casi todos ellos, con el tono de la época, decían estar dispuestos a dar su vida por la patria. ¿Usted lo habría estado por aquel entonces?

Esos ejercicios de retrospección son muy difíciles [sonríe], pero en el siglo XIX podías perder la vida, literalmente, por hacer política. Este mausoleo está lleno de ejemplos. Hoy se pueden perder otras cosas: la libertad, el tiempo con la familia y un largo listado de etcéteras. Por fortuna, perder la vida ya no está sobre la mesa.

Este mausoleo también es la imagen de las guerras carlistas. Con ellos, con los carlistas, se recrudeció la batalla sobre los fueros y la desigualdad. ¿Quiénes son los carlistas de hoy?

Los reaccionarios. En ese cajón cabe mucha gente: los nacionalistas, los que apelan al pasado y a las diferencias, todos los que no apuestan por el proyecto común; hay mucho reaccionario hoy en día. Es curioso porque se otorgan a sí mismos la etiqueta de progresistas cuando, en realidad, son como los carlistas. 

Las guerras carlistas fueron guerras civiles. Queda claro que, en ellas, usted habría estado del lado de los liberales. Y en la de 1936, ¿dónde habría estado?

Le tengo mucho respeto a la gente que, en una España enfrentada a muerte, sacó la cabeza por la reconciliación y el avance… Me siento mucho más identificada con los que lucharon por toda España, y no por media. Las épocas son muy distintas, pero los que quieren hacer que una mitad del país valga más que la otra media siguen estando aquí. Ojo, los liberales también seguimos aquí. 

El otro día, un compañero suyo, cuando se enteró de que la iba a entrevistar aquí, y de que estaba ese letrero, me dijo: “Inés ya dio la vida por la patria en Cataluña”. ¿Se pasó tres pueblos o usted también tiene esa sensación?

No me gusta comparar situaciones, no ya sólo con el siglo XIX, sino con hace una década, cuando ETA mataba. Me siento una afortunada porque no he hecho política cuando se asesinaba.

Pero ya le digo: sí es verdad que se entrega gran parte de la libertad. La muerte civil sigue ocurriendo en algunos casos. El sacrificio es alto, continúa habiendo amenazas y señalamientos, pero no me tocó ni ETA ni, por supuesto, el siglo XIX. 

"El Gobierno lo que hace es blanquear sus pactos con Bildu. Es puro oportunismo"

Hay una opinión bastante extendida estos días, imagino que la habrá escuchado: “Se cumplen diez años del fin de ETA y los partidos no han sido capaces de pactar una declaración institucional. Es una vergüenza”.

De hecho, nosotros hemos registrado una ley de memoria de las víctimas de ETA. Creo que puede ser un marco perfecto para lograr el pacto. Una de las mayores falsedades que se está diciendo ahora y que el Gobierno asume es ésta: “ETA dejó de matar”. Como si hubiera sido una decisión suya, de la banda. No, no, fue la democracia la que venció a ETA. 

Los partidos a la derecha de Ciudadanos, PP y Vox, acusan al Gobierno de “blanquear a ETA”. ¿Está de acuerdo?

El Gobierno lo que hace es blanquear sus pactos con Bildu. Están dispuestos a todo. Sánchez, en su campaña, incluso se ofendía cuando le preguntaban si iba a pactar con Bildu. Detrás de esto, no hay un convencimiento de que es bueno para España. Es puro oportunismo. Me parece intolerable. Bildu está dirigido por personas condenadas debido a su vinculación con ETA. ¡Otegi secuestró a una persona!

La acusación de “blanquear a ETA” que se lanza al PSOE es muy delicada: usted sabe que ETA asesinó a muchos socialistas.

Claro, por eso sorprende tanto. Pero yo lo que digo es: “Quieren blanquear sus pactos con Bildu”. Bildu tiene un dirigente condenado por secuestrar a una persona. No se puede desvincular una cosa de la otra. El Sánchez que se ofendía cuando le preguntaban si iba a pactar con Bildu es el mismo que hoy dice que Bildu es una fuerza progresista. Lo de decir que Bildu y ERC son progresistas me parece un cachondeo. 

El gran pacto que quiere alcanzar Sánchez para gobernar hasta 2027 es la reforma de la Constitución, que plantea en clave federal. ¿Qué posición adoptará Ciudadanos en ese debate?

Somos reformistas. Se puede avanzar, evidentemente. Debemos reforzar mecanismos que nos hagan iguales en términos de derechos, libertades y oportunidades. España, de facto, ya es un Estado federal si se mira desde el punto de vista de la descentralización de las competencias.

Pocos países podemos encontrar con una mayor descentralización. Se puede mejorar en regeneración, en materia de medio ambiente, en derechos digitales, en convertir el Senado en una verdadera cámara de representación territorial…

Entonces, ustedes no se cierran en banda a una reforma constitucional. Lo que no les gusta es la reforma que propone Sánchez. 

Si se trata de fortalecer el Estado como garantía de derechos y libertades, estaremos de acuerdo. 

Pero, ¿les parece bien abrir ese melón ahora? Casado dice: “Con la que está cayendo, no es el momento”.

Desde luego, la reforma de hoy debe lograr más consenso que en 1978. Creo que los españoles sí estarán de acuerdo con una reforma que haga sus votos más representativos o que traiga más regeneración. Pero no creo, sinceramente, que la reforma federal haga avanzar a España. Lo que pretenden es blindar sus apoyos nacionalistas. Trocear más España no es avanzar.

Bueno, vamos para dentro, a ver las tumbas de algunos liberales. A ver si convence a los votantes de que no ha llegado el momento de construir un nicho para Ciudadanos.

Los liberales siempre hemos sufrido. En cada época, cosas diferentes. Siempre se ha intentado acabar con el liberalismo, pero está vivo. Grandes avances se han podido impulsar gracias a estas ideas. Aquí vemos grandes referentes históricos liberales que hicieron avanzar el país pese a todos los intentos de acabar con ellos. En el siglo XIX, te podían matar; hoy algunos intentan que este espacio desaparezca.

Arrimadas, en la puerta del Panteón de Hombres Ilustres, situado muy cerca de la estación de Atocha.

Arrimadas, en la puerta del Panteón de Hombres Ilustres, situado muy cerca de la estación de Atocha. Carmen Suárez

 

Manuel Gutiérrez de la Concha, el primer marqués del Duero, murió en 1874, en pleno campo de batalla. Frente a los carlistas. Hay mucha mitología en todo esto: una especie de ángel que representa al “genio de la guerra”, un león como símbolo de la inmortalidad… 

Arrimadas, mientras se preparan las cámaras, mira de arriba abajo el monumento. A ella, igual que en la entrada, la miran de arriba abajo los turistas. Varios de ellos se hacen los encontradizos y detienen sus pasos para escuchar la charla.

Mire, esta es la tumba de un liberal, vaya con cuidado. Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, muerto en combate. Si muere Ciudadanos, ¿con quién habrá sido el combate? ¿La opa hostil del PP? ¿El auge de Vox? ¿La izquierda? ¿Los propios errores estratégicos de Ciudadanos?

El liberalismo va a seguir vivo. Somos el único partido liberal. No sólo porque lo digamos nosotros, sino porque así se reconoce en Europa. Venir a sitios como éste me sirve para ver todas las dificultades afrontadas por el liberalismo a lo largo de la Historia. En Alemania, por ejemplo, desaparecieron y han vuelto con fuerza. Reino Unido, Países Bajos…

Ante esta tumba, ¿le entra miedo? ¿Escucha el sonido de la pala y la tierra?

No, no. Soy la receptora de una antorcha de libertad que fue defendida por hombres y mujeres valientes. Esa bandera sigue mereciendo la pena. Somos muchos los que estamos convencidos de ello. El liberalismo siempre se sobrepone. Oye, defenderlo hoy es más sencillo que en épocas anteriores. Me siento una privilegiada. 

Y el hecho de que la antorcha tenga diez escaños en lugar de cincuenta y tantos, ¿a qué se debe? Diagnostíquelo en porcentajes: errores propios, auge de Vox y opa del PP.

El liberalismo es un espacio de centralidad; y ese espacio sufre con el auge de la polarización y los populismos. Esto no es propio de España. Cuanto más fuertes están los extremos y más poder tiene el nacionalismo, el liberalismo sufre más. Pero, paradójicamente, en esa situación es cuando más falta hace.

Ha sido muy elaborada la respuesta, pero usted también se ha dado cuenta de que no me ha contestado a lo que le he preguntado, ¿no?

Venir a sitios como éste y viajar a otros países europeos nos tiene que ayudar a ver que no somos tan especialitos, que no todo se debe a que fulanito puso un tuit o a que menganito un día hizo tal…

"Hubo errores propios, sin duda. No lo vamos a tener fácil. A mí no me gusta estar en política para vivir bien"

Pero sí se puede deber a que fulanito, un día, orquestó una moción de censura en Murcia… y vino lo que vino.

Sí, y también por la polarización, y porque Sánchez pacte con Bildu, y porque los dos grandes partidos nunca se hayan puesto de acuerdo en una reforma educativa, pero sí para repartirse el Estado… Hay muchos factores. ¿Errores propios? Sin duda. No lo vamos a tener fácil. A mí no me gusta estar en política para vivir bien.

Me metí en política en Cataluña a finales de 2021, sabiendo que se me complicaba la vida. Teníamos tres escaños; lo hacíamos porque sabíamos que era bueno para España. Hay otra gente dirigiendo otros partidos a la que la política les ha facilitado la vida.

¿De quién habla en concreto? Dé los nombres.

No me refiero a todos, pero sí a muchos.

Pero, ¿a quién se refiere? ¿Sánchez, Casado, Abascal? Tira la piedra y esconde la mano.

Todo el mundo tiene en su cabeza de quiénes hablo. La política no les ha supuesto muchos problemas, sino todo lo contrario. Te metes en el PSOE de Andalucía hace quince años, o en el PP de Madrid, pero meterte en un partido constitucionalista, en 2012, en Cataluña… Eso no abre puertas.

¿Qué tal su relación con Casado? Empezó siendo muy buena y se rompió con la moción de Murcia.

Yo me llevo bien con todo el mundo.

Pero, ¿se ha recompuesto la “pérdida de confianza”?

Pablo Casado tiene una operación en marcha para atacar al partido liberal de España. Yo distingo muy bien el plano personal del plano político. La relación personal es buena. Pablo y yo tenemos acuerdos y gobiernos importantes en común. Lo que me da lástima es que Pablo prefiere repartirse instituciones con el PSOE, cuando lo que deberíamos hacer el PP, Ciudadanos y el partido supuestamente socialdemócrata es suscribir grandes acuerdos de Estado. 

¿Qué le diría a un tránsfuga?

Se lo dice la sociedad española: bastante tienen con esa etiqueta como para que yo les diga algo. No me gusta hacer leña del árbol caído. Un tránsfuga lo es toda la vida. A pesar de las dificultades que tenemos ahora, más del 95% de la gente sigue luchando por Ciudadanos. Incluso con una opa hostil.

Pero ese porcentaje, ¿a qué se refiere? ¿De dónde sale?

De los cargos que se han ido respecto a los que permanecen. También podríamos hablar de lo cualitativo, no sólo de lo cuantitativo. 

Lo que está insinuando es que se han ido los mediocres, entonces.

Lo que le digo es que la inmensísima mayoría de los que luchan por Ciudadanos estuvieron y están ahora, a pesar de las dificultades. Lo veo claro en un panteón como este: los liberales del XIX lo tuvieron mucho más complicado. Ahora, lo máximo que puede pasar es tener la tentación del carguito.

Eso que dice del “carguito”… Hablemos de ello, seamos realistas: más allá de los altos dirigentes, existen miles de cargos medios que viajan a proyectos con un mejor pronóstico vital para mantener su trabajo. ¿Cómo se combate esa dinámica? Es un efecto dominó.

Es humano, claro. Precisamente, yo prefiero que todo el que está en Ciudadanos y, al mismo tiempo, está dispuesto a irse a otro partido por un cargo… prefiero que se vaya. No quiero amarrarles a cualquier precio. Al revés, que se sepa quiénes luchan por el liberalismo en los momentos de dificultad.

Es curioso: nos acusan de “ceder ante el sanchismo”, pero Casado se reparte los cromos con Sánchez y eso no es una “cesión ante el sanchismo”. También hay líderes regionales del PP tendiendo la mano al PSOE. Menudo mes deben de llevar los tránsfugas. Los veo calladitos en las redes. Algunos de los que se han ido de Ciudadanos al PP han dicho unas barbaridades del PP que yo no he dicho en mi vida.

"Ser liberal es defender la libertad para lo que tú no quieres hacer. Lo otro es muy fácil."

¿Quiénes?

Todo el mundo se lo puede imaginar [sonríe]. 

Pero dígalo: ha vuelto a tirar la piedra y a esconder la mano.

Son personas defendiendo al PP a muerte y que dijeron algunas cosas sobre ese partido que a mí me resultaron ofensivas. Pero por fortuna defender el liberalismo ya no cuesta la vida. 

Me va a decir que “cuesta el trabajo”.

Es que no es un trabajo. Ese es el problema, que algunos ven en la política un trabajo. Les da igual estar en Ciudadanos, en el PP o en otro partido. Para estar en política, uno debe ser libre y tener una profesión fuera. Algunos se han dado un balconazo y, de repente, han pasado de ser los más críticos con el PP a defenderlo a muerte.

Ellos dicen que los que han cambiado han sido ustedes. 

El PP se reparte los cargos con Sánchez. Ahora hemos conocido que Rajoy estaba de acuerdo con las negociaciones de Zapatero con ETA. Es un partido que tapa casos de corrupción. Los tránsfugas tienen que llevar un mesecito muy malo.

El otro día, Francisco Igea, hablando de todo esto y con mucha guasa, dijo: “En Ciudadanos ya sólo quedamos los traidores” –en su día, el oficialismo tachó al vicepresidente de Castilla y León de traidor. 

Los que quedamos en Ciudadanos somos la mayoría de los que estábamos. Debemos hacer esa reflexión. Nos quedamos a pesar de todos los ataques. Es más fácil cobijarse en uno de los extremos. A pesar de la opa del PP, la mayoría seguimos aquí. Eso me llena de fuerza.

¡Ya lo veo, ya! La veo muy optimista. En la situación en la que está Ciudadanos, esto es la verdadera autoayuda, y no los 'best sellers'.

Cuando una defiende lo que cree y ve el apoyo que todavía tiene… Defender el liberalismo sigue siendo muy necesario. Somos personas libres. No vamos a estar aquí toda la vida. Me encanta mi profesión y la empresa privada. El fracaso no es tener que dejar un cargo público, sino mantenerlo a toda costa. 

Hay una parte pedagógica que los políticos tenemos que asumir: los chavales jóvenes ven lo que está pasando. ¿Vamos a dejar que triunfen a los que se venden? ¿A los que atacan al centro? ¿A los que utilizan malas artes? ¿O vamos a demostrar que se puede defender los ideales sin venderse y sin atacar a los excompañeros?

Quiero trasladarle dos cosas que he escuchado en boca de dirigentes de su partido. La primera es muy típica: “Hicimos un proyecto para Dinamarca, no para España”. Como si la culpa de su caída fuera del votante.

No estoy de acuerdo con esa afirmación. No hay nada más español que un liberal. Defendemos lo que ningún otro partido defiende. En términos de eutanasia, gestación subrogada, el cannabis… El otro día lo hablaba con un compañero: “Ser liberal es defender la libertad para lo que tú no quieres hacer”. Lo otro es muy fácil.

Sólo el cannabis podía hacer que se pusiera usted de acuerdo con Rufián. 

Bueno, bueno… [se ríe]. Pero no se debe frivolizar con esto. El cannabis es una droga. Los liberales no miran hacia otro lado, como si no hubiera mafias, como si no hubiera adictos o como si nadie fumara porros. Apostamos por una regulación sostenida, por los principios de información, control y pago de impuestos. 

La segunda cuestión: el tema de las tertulias. ¿Se siente víctima del ecosistema mediático? ¿Cree que ha existido un interés oculto en destruir a Ciudadanos? Cuando escucho a algunos dirigentes de su partido, tengo la sensación de que eso es lo que piensan.

En momentos de polarización, defender el liberalismo es más complicado. Para todos. También para los que están en los medios de comunicación.

Arrimadas, con la tumba del liberal Sagasta detrás.

Arrimadas, con la tumba del liberal Sagasta detrás. Carmen Suárez

Hubo un tiempo en que los escaparates de las librerías podían esconder una trampa mortal. Así estaba José Canalejas aquella mañana del 12 de noviembre de 1912, mirando los libros expuestos por “San Martín”, en la Puerta del Sol esquina con calle Carretas. Apareció un anarquista. Disparó tres veces. La última reventó el cráneo del que era jefe del gobierno de España. La Policía acorraló a Pardiñas, el anarquista, que se suicidó.

El monumento, obra de Benlliure, es junto al de Cánovas uno de los más espectaculares del panteón. Dos hombres llevan un cuerpo inerte, escaleras abajo, hacia el sepulcro.

Canalejas fue asesinado en plena calle, de día. Hoy, por fortuna muy lejos de aquello, la seguridad vuelve a ser un debate recurrente. ¿Cree que hay menos seguridad que hace diez años?

España, en general y comparada con otros países de su entorno, es un país seguro. Pero hay lugares, por supuesto, donde la seguridad es un problema. Para los liberales, la seguridad no sólo es un elemento indispensable para ejercer la libertad, sino un requisito imprescindible para la igualdad de oportunidades. 

Los partidos de izquierdas quitan importancia al tema de la inseguridad. No viven en la realidad. Muchas familias de clase media están preocupadas por las okupaciones, los robos, los atracos… Los liberales defendemos la seguridad porque defendemos la propiedad, pero también porque garantiza la igualdad de oportunidades.

Este miércoles, en el Congreso de los Diputados, Vox relacionó el auge de la inseguridad con “la inmigración ilegal”. ¿Qué responde?

Los liberales clamamos por la seguridad sin complejos. No podemos caer en ignorar la realidad, como pretenden algunos partidos; pero tampoco debemos caer en la parcialidad. Cuando a uno le roban la cartera o le agreden, no le importa la nacionalidad del agresor. 

¿Qué está pasando en Barcelona? Hemos tenido que rescatar la expresión “Rosa de fuego”, acuñada precisamente en los días del anarquismo violento.

No creo que responda tanto a una ideología. En Cataluña hay inseguridad porque durante muchos años se ha criminalizado a las fuerzas de seguridad y se ha justificado por parte de la política el saltarse la ley. Muchos políticos no son conscientes de que lo que dicen y hacen afecta en ese sentido.

Arrimadas está embarazada de su segundo hijo.

Arrimadas está embarazada de su segundo hijo. Carmen Suárez

Dejamos atrás también la tumba de Sagasta. Oiga, Arrimadas, que Sagasta era “liberal” y se repartía el Estado con Cánovas; igual que Sánchez y Casado ahora. “Ya, ya, pero eran otros tiempos”, sonríe. También observamos el nicho de Eduardo Dato, de ideología conservadora, jefe de gobierno, igual que Canalejas asesinado por pistoleros anarquistas. Era 1921 y marchaba en coche, por la Puerta de Alcalá, hacia su casa.

La siguiente escultura alberga el motivo de una típica parada de Metro madrileña: Ríos Rosas. Ministro de la Gobernación y presidente del Congreso en el XIX, también le gustaron las causas perdidas. ¡Apoyó hasta a Amadeo de Saboya! Cuentan que, pese a sus cargos, murió con muy poco dinero.

Mire este letrero: aquí hay algo que usted no comparte. A Ríos Rosas se le define como político “liberal-conservador”. Siempre dice que eso no existe. Explíquese.

Bueno, no es que me cabree. Pero es la verdad: una cosa es ser liberal y otra conservador. El otro día, un socio alemán me decía: “Si en otros países de Europa preguntas por la diferencia, se te ríen a la cara”.

Quiero reivindicar la importancia de estas tres familias políticas: liberales, conservadores y socialdemócratas. Tres corrientes ideológicas sin las que no podríamos entender España ni Europa. Ciudadanos no tiene como objetivo atacar a conservadores o socialdemócratas. Queremos que las tres familias garanticen la estabilidad del país. 

"Cs no tiene como objetivo atacar a conservadores y socialdemócratas, sino suscribir con ellos acuerdos que garanticen la centralidad"

Ha hablado de “objetivos”. ¿Fue un error que Ciudadanos, en 2019, intentara sustituir al PP como principal partido en el centro derecha?

Mi vocación es ser útil a la sociedad y defender un espacio imprescindible. Cualquiera que quiera a España, tiene que preferir que haya un partido liberal fuerte. A veces ganas las elecciones; otras no las ganas pero gobiernas; otras estás en la oposición pero consigues cosas…

Albert Boadella, fundador de Ciudadanos, me dijo una vez que se habían pasado, que lograr más de cincuenta escaños era contraproducente. Lo decía, medio en broma, pero para poner sobre la mesa que el partido corría el riesgo de olvidarse de su papel bisagra.

Un partido liberal puede sacar cincuenta escaños, pero no hace falta que saque tantos para ser útil. Yo no afronto las elecciones como un salto de altura, con una marca concreta en la cabeza. 

¿Con cuántos escaños considera que Ciudadanos pasa a ser útil?

Con los necesarios para condicionar la política española y que no dependa de Otegi y Rufián. Eso no es medible en número de escaños. Depende de la composición de la Cámara. Un político de la Transición me dijo una vez: “A veces es más importante lo que consigues evitar”.

¿Andalucía será la prueba definitiva? Ciudadanos ha encadenado varias debacles electorales, pero las encuestas dicen que puede sobrevivir allí e incluso revalidar el gobierno. ¿Eso cambiaría la dinámica?

En 2019, los resultados de Ciudadanos fueron espectaculares. Quizás eso hace que no se valoren tanto otros resultados más bajos, pero muy positivos para un partido liberal y que eran impensables hace cinco años.

Ciudadanos debe demostrar que sigue siendo un partido útil, que allí donde estemos se gobierne bien y haya menos polarización. En algunos momentos, hemos tenido muchos escaños que no han servido para nada. En otros momentos, con muchos menos escaños, hemos sido más útiles.

Le propongo algo: le voy a mencionar una serie de asuntos y usted dice en qué se diferencia Ciudadanos de PSOE y PP. 

Venga.

Economía.

Nosotros apostamos por impuestos bajos, libertad de empresa, atracción de inversiones… Eso nos diferencia claramente del partido sanchista, que mira hacia Podemos. Del PP, nos diferencia que nosotros creemos en la igualdad de oportunidades como futuro económico claro. 

También queremos un mercado laboral más flexible y de más calidad que ellos. Cuando gobernó el PP, subieron los impuestos como nadie, por mucho que digan que quieren bajarlos. Vemos el capitalismo de amiguetes como un problema real. 

Sanidad.

Dos motivos diferenciales: la apuesta por la ciencia y la tarjeta sanitaria única. Los gobiernos bipartidistas no lo han llevado a cabo cuando han podido.

Educación.

Somos el partido del pacto por la reforma educativa. Con PP y PSOE sólo hemos tenido contrarreformas ideológicas. Creemos en la digitalización, la modernidad y en separar la ideología de los niños. 

Cultura.

La de Ciudadanos es más abierta y moderna que la del PP; y mucho más libre que la del PSOE.

Feminismo.

El feminismo no puede ser un eslogan. Debe ser un valor. Creemos en el feminismo liberal, que consiste en derribar los obstáculos para que las mujeres puedan alcanzar los mismos objetivos que los hombres. No hace falta ni que mencione las diferencias con el feminismo del PSOE, que es excluyente, sectario y anclado en el pasado.

Regeneración. 

En esto está muy claro. Somos el único partido que no ha querido repartirse los jueces y la tele. Queremos que la renovación de los órganos constitucionales sea a través de criterios de mérito y transparencia. Desde luego, PP y PSOE son iguales en eso.

El otro día se reencontró con Albert Rivera. Yo no estuve, pero vi las caras. También los vídeos. Fue como el que, de pronto, se encuentra con un ex y tiene que salir del paso. ¿Cómo lo vivió usted?

Oye, ¿cómo que un ex? Tú me quieres meter en problemas [se ríe y cambia el usted por el tú]. Ahora en serio: se han hecho interpretaciones de todo tipo. Para mí, que Albert aparezca en un acto de Ciudadanos siempre será una buena noticia.

¿No le resultó incómodo?

En absoluto.

¿Me está diciendo la verdad?

Sí. Que Albert venga a un acto de Ciudadanos es una buena noticia.

¿Albert Rivera forma parte de un panteón político o cree que resucitará políticamente?

No lo sé. Pregúntaselo a él. Yo puedo hablar por mí.

Mirando hacia el futuro: ¿ya tiene nombre para su hijo? 

Todavía no. No sé por qué, pero estaba segura de que iba a ser niña; y al final va a ser niño. Teníamos nombres preparados para una niña, ahora estamos pensando. Debemos decidir entre varios. Todavía nos queda tiempo.

Que haya suerte en la batalla si se produce.

No, no, no habrá pelea.

[El Panteón de Hombres Ilustres, gestionado por Patrimonio Nacional, puede visitarse todo el año: de martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30 horas. Domingos y festivos, de 10:00 a 15:00. Los lunes está cerrado]