Ángel Gabilondo, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, esta semana.

Ángel Gabilondo, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, esta semana. Jorge Barreno

Opinión HABLANDO SOBRE ESPAÑA

Gabilondo: “¡Somos ricos! ¿Se puede llamar a la solidaridad en esta sociedad? Yo digo que sí”

Entrevista a Ángel Gabilondo, candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid.: “El PP se acostó amigo de la ultraderecha y se levantó centrista: me sorprenden las transformaciones nocturnas” / "Tengo muchos defectos, pero no soy un extremista, más bien me acusan de exceso de moderación".

12 mayo, 2019 03:01

Ángel Gabilondo (San Sebastián, 1949) puede ser presidente de la Comunidad de Madrid. El portavoz del PSOE en la Asamblea cree que hay una "ola de cambio" liderada por Pedro Sánchez en el conjunto de España y que en la región, la más importante con elecciones autonómicas el 26 de mayo, puede poner fin a 24 años de Ejecutivos del PP. Mucho ha pasado en la pasada legislatura, que comenzó con Cristina Cifuentes y acaba con Pedro Rollán como presidente tras la interinidad de Ángel Garrido, un político del PP de toda la vida que ha dado el salto a Ciudadanos.

La desintegración del centroderecha acrecienta las posibilidades de Gabilondo al mismo tiempo que la de la izquierda a la izquierda del PSOE las frena. El espacio de Podemos se presenta con dos marcas, una liderada por Íñigo Errejón. Gabilondo, que cree que el 28 de abril salió derrotada la crispación, espera ganar las elecciones y tener opciones de Gobierno, un Ejecutivo tranquilo como él, con "exceso de moderación", ironiza. 

Entrevista a Ángel Gabilondo Jorge Barreno

El fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba ha propiciado muchas y muy diversas muestras de afecto. ¿Con él se acaba una época de la política en España?

Era un ser singular y único, de gran atractivo personal  y político. No perdió nunca su visión de Estado en la acción de gobierno y en la resolución de los problemas, ni su lealtad al Partido Socialista y al sistema democrático español actual y futuro. No tenía mirada corta. Su legado forma parte de nuestro compromiso

¿Qué actitudes o valores vinculados a Rubalcaba faltan hoy en la política?

Hay una cierta desconsideración, en no pocos ámbitos, para con la la importancia del diálogo, del consenso y la búsqueda de acuerdos y soluciones. Y la inteligencia práctica de que solo así se avanza. Y de que es ahí donde cobra todo su sentido el término competencia y habilidad. También nos recuerda la capacidad de poder disentir desde el afecto y los argumentos.

¿Le facilita o le hace más difícil llegar a la presidencia la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones generales?

Todo el mundo dice que influye, pero todo el mundo se pregunta en qué dirección. Puede consolidar una ola de reforma y transformación, una línea de política y justicia social. Otros piensan que hay que frenar a los socialistas para evitar un exceso de poder. Es un enigma, pero yo sí creo que será positivo. Hay una cierta ola de reforma y de cambio. Lo que ocurrió el 28 de abril es bueno y no está mal que haya una sintonía entre administraciones. 

Hay quien lo ve como una segunda vuelta. 

Los hay que quieren hacer de Madrid un bastión contra el socialismo. Yo no tengo esa idea tremendista y creo que las personas somos seres mesurados e inteligentes. Si no, la ciudadanía se encarga de ponernos en nuestro lugar. En las elecciones generales ha sido derrotada la crispación. La ciudadanía quiere la política hecha de otro modo. Uno de los perdedores ha sido la política como mero espacio de confrontación e interpelación personal.

Se dice que Madrid es muy conservadora. El PP gobierna desde hace 24 años. Si se extrapolasen los resultados de las generales, usted no gobernaría. 

Es difícil extrapolar. En Madrid se presentan aún más partidos que a las generales. 

Y eso todavía puede ponérselo más difícil porque el espacio de Podemos comparece con dos marcas (Más Madrid, con Íñigo Errejón al frente, y Unidas Podemos Izquierda Unida Madrid en pie con Isa Serra).

No lo sabemos, pero influye. Madrid es muy pragmático y tiende a elegir a personas que le merecen confianza. La proximidad y el conocimiento influyen mucho. Por ejemplo: si un candidato a alcalde genera confianza, suele tener votos muy transversales que no coinciden con lo que ocurre en las generales. Yo sé que no es fácil, por eso llamo a todos los que quieren un cambio a sumar fuerzas. También creo que es muy importante quién quede primero. Respeto que se hagan alianzas aunque no se incluya al primero, algo que es perfectamente democrático, pero el que queda primero tiene una responsabilidad, una obligación de hacer los esfuerzos razonables para articular una mayoría que dé estabilidad y gobernabilidad a la región. Uno de los grandes asuntos a dilucidar es quién quedará primero. Creo que yo puedo expresar con sinceridad que es necesario aglutinar fuerzas sin excluir. 

Madrid se caracteriza por tener impuestos bajos y se dice que eso estimula la actividad económica. ¿Qué impuestos subirá o bajará?

Hay que plantear el asunto con toda su raíz, no sólo hablar de subir o bajar. Tenemos que garantizar la viabilidad de unos Presupuestos justos. La fiscalidad es también un elemento para garantizar la acción económica y la productividad. No debe ser un obstáculo; al contrario, debe ser un aliciente. También debe ser un elemento de cohesión, integración y equidad. Yo no hago un discurso de subir impuestos aunque otros digan que venimos a freír a los ciudadanos a impuestos. La fiscalidad es también un pacto y se pueden buscar mecanismos para utilizarlo como un estímulo. ¿Por qué no pensar que se pueden bonificar los resultados de ciertas empresas si logran crear empleo? Si hay empresas que logran generar empleo se puede pensar no ya en no subir si no en bajar impuestos. 

Eso es lo que proponen sus rivales de centroderecha. 

Mis rivales lo que dicen es que ellos bajan todo y nosotros subimos todo. Pero eso no es así. Otro ejemplo: el 80% de las empresas en Madrid son familiares. Creo que perfectamente se puede bonificar la transmisión de una empresa de padres a hijos si se trata de sociedades productivas, vivas y que crean empleo. Pero no engaño a nadie: quiero convocar a la solidaridad. ¿Se puede convocar a la solidaridad en esta sociedad o ya no? Yo digo que sí. ¿Se puede preguntar a quien más tiene si puede hacer un esfuerzo mayor? Yo, desde luego, conozco a mucha gente que tiene buenos recursos (no sé si conozco a demasiada buena gente) que no lo ve mal. 

Eso significa impuestos a las rentas altas. 

Por ejemplo. Deben servir para los servicios públicos y que nadie quede en situación de desigualdad en una comunidad rica como esta. ¿O es que ya no somos ricos? Lo somos: PIB, renta per cápita… ¡Somos ricos! Pero lo somos con una desigualdad llamativa. Hay que generar bienestar, riqueza y prosperidad, pero sin exclusiones. Mucha gente haría el esfuerzo si no pensara que algunos se pueden llevar ese dinero para sí mismos o que acabará en el fraude fiscal.

No es muy concreto sobre qué impuestos quiere subir y cuánto. 

No debo serlo. Hay que dejar algo para los acuerdos que hay que hacer después de las elecciones. Partimos de algo tremendo: en Madrid hay unos Presupuestos de más de 20.000 millones de euros y una deuda de 33.400. En la última legislatura se ha aumentado la deuda en casi 8.000 millones. En Madrid tenemos que reducir la deuda y renegociarla, entre otras cosas porque pagamos 775 millones de euros de intereses. En la última legislatura no se ha hecho nada especialmente relevante en la lucha contra la desigualdad, la potenciación de los servicios públicos o el cambio de modelo para vincularlo a la ciencia o la innovación. Podemos olvidarnos de la fiscalidad y también de los gastos familiares, porque la gente está gastando mucho dinero en colegios y en seguros privados para la sanidad. Pero yo creo que no debemos hacerlo. 

¿Son un problema los seguros privados?

No tengo nada contra los seguros privados pero, ¿por qué en una Comunidad como la de Madrid, con los grandes hospitales que tiene y su sanidad, se hacen tantos seguros privados? Es muy sintomático. 

Quizás significa que la sanidad pública no responde a las necesidades de esos ciudadanos y el que puede permitírselo, se lo paga. 

Pero yo no quiero vivir en una sociedad que consista en el que el que puede permitírselo se lo pague. Yo me preocupo también del que no puede permitírselo. Hay que garantizar que sea universal, gratuita, pública y de calidad. Para lo demás, libertad absoluta. Sólo faltaba. Sí estoy en contra de que sea necesario tener un seguro privado para tener asegurada la sanidad. 

El candidato socialista, durante la entrevista, en el Casino de Madrid.

El candidato socialista, durante la entrevista, en el Casino de Madrid. Jorge Barreno

Hay quien puede confiar en su discurso pero desconfiar de que no sea un presidente contra la sanidad privada o la educación concertada si tiene que gobernar con los partidos del espacio de Podemos. 

Eso quiere decir que no confían en mí y que no me conocen. Yo nunca pactaré eliminar la concertación o evitar un sistema que sea abierto, plural y libre de formas de organización social. De ninguna manera y con nadie. 

Sí se revertirán, por ejemplo, algunas concesiones para que hospitales públicos sean gestionados privadamente, ¿no? 

La palabra revertir es muy complicada y hemos debatido mucho sobre eso. Hay que estudiarlo económicamente. Yo creo que ya sería bastante innovador exigir el cumplimiento de los pliegos de contratación que se han hecho con los hospitales. A veces no es tanto dar la vuelta al mundo sino tratar de que el mundo dé vueltas. No estoy seguro de que se estén cumpliendo los contratos entre la administración pública y esas entidades de gestión. Vamos a empezar por eso. Lo otro hay que estudiarlo, no vaya a ser que por producir un bien hagamos un mal mayor. 

La vivienda es un problema en la Comunidad de Madrid y específicamente en la capital. Díaz Ayuso propone ofrecer 25.000 viviendas con un alquiler social entre 397 y algo más de 600 euros. ¿La comparte?

Nosotros lo que no hacemos es cuantificar sin más. Comparto todo lo que vaya en la dirección de la promoción de la vivienda pública y el alquiler. Pero no es exactamente lo que se ha venido haciendo en Madrid en los últimos 24 años. Se acostaron siendo amigos de los ultraderechistas y, cuando vieron los resultados, se levantaron centristas. Estas transformaciones nocturnas me llaman la atención. En estos 24 años han tenido una política determinada que incluía vender pisos públicos a fondos de inversión. El incremento del precio de la vivienda ha sido de tal calibre que la emancipación y un proyecto de vida propio se ha complicado. 

¿Qué hará usted como presidente?

Habrá que construir y promover viviendas públicas. Sobre el alquiler, se puede trabajar promoviendo ciertas horquillas. No soy partidario de establecer un precio porque creo en la libertad de mercado, que es constitucional. Pero sí se puede señalar unos márgenes al campo de juego y que la ciudadanía sea la que juegue a ese juego, no los poderes. 

Usted propone unos márgenes de precios, entonces. 

Podrían pactarse unas horquillas para algunas zonas. Pero estoy hablando siempre de acuerdos, no sólo políticos sino sociales, también con los promotores. 

Hay dos candidatas a la presidencia que sugieren cerrar Telemadrid. ¿Y usted?

Telemadrid es necesaria. Una comunidad con millones de personas, con 179 municipios con una gran dispersión territorial, con zonas de accesibilidad no fácil, con una desigualdad territorial tan grande entre zonas y barrios de Madrid, necesita una televisión pública de calidad, bien hecha y que sea muy eficiente. Lo primero que hay que hacer es una Telemadrid solvente y eficiente en los recursos. Mi idea no es en modo alguno que se suprima. Los informativos y los espacios de debate y comunicación deben ser la clave y creo que ya lo son. La información de Madrid es muy singularizada y no hay que tratar de competir como si se tratase de un medio nacional. Telemadrid tiene que estar muy vinculada a la cultura y a la dimensión pedagógica, apoyar el mundo del cine, de las artes y de la producción propia. 

¿Le gusta la Telemadrid de ahora?

Unas cosas sí y otras menos. Se está haciendo un esfuerzo grande, pero no es que me apasione lo que se está haciendo en otros lugares. El proceso en el que se encuentra es constructivo aunque no nos gusta la Ley Radio Televisión Madrid. Hasta el director general pide cambiarla. Telemadrid tiene que lograr la autonomía frente al poder político. 

¿Es partidario de aplicar en Madrid lo que ha funcionado estos meses en el Gobierno de España? Me refiero a un pacto con Podemos y su espacio, ¿o tenderá su mano a Ciudadanos?

Tenderé mi mano a los que quieran reformar, transformar y modernizar Madrid. Nuestro proyecto es cambiar Madrid, no consolidar el modelo que ha habido. No queremos ser repuesto ni recambio, no queremos tomar el Gobierno que han tenido otros sino cambiar la forma de gobernar. Si alguien quiere unirse a ese proceso de transformación, yo no voy a excluir a nadie. Yo no hablo mucho de la corrupción, pero está claro que algo ha pasado en Madrid. Se han puesto las instituciones al servicio de intereses particulares e incluso propios. Esa es la máxima corrupción. Si después de lo que ha pasado la sociedad confirma ese modelo, me sentiré un poco decepcionado. Pero creo que no va a pasar. 

No contesta. 

La respuesta es muy concreta. ¿Habrá personas que quieren reformar, transformar Madrid en línea de progreso? Muchos votantes de Ciudadanos, sí. No ven con malos ojos que el PSOE quiera impulsar ese proyecto y lo ven mejor que una alianza de Ciudadanos con sectores conservadores o incluso ultraderechistas. 

¿Es Ciudadanos un interlocutor válido cuando ha apuntalado estos cuatro años todo aquello que usted quiere cambiar?

En la actitud de la legislatura actual es difícil encontrar esos cauces. A ellos no les pareció mal el Gobierno del PP. 

¿Ciudadanos quiere el cambio?

Esa es mi pregunta. En el partido habitan varias almas. Según una encuesta de Telemadrid, un 42% de sus votantes quiere pactar con PP y Vox y un 38% con el PSOE. Los votantes de Ciudadanos tienen que decidir qué opción representa lo que ellos quieren. Y los ciudadanos no son de nadie. Digo otra cosa: mi único programa electoral es resolver los problemas de los ciudadanos. Me sentaré sin dudarlo con quien quiera lo mismo. Con todos. Y no dejaría de sentarme con ninguno, tampoco con el PP. 

Gabilondo se declara admirador de Marco Aurelio y sus meditaciones, que recomienda en camapaña.

Gabilondo se declara admirador de Marco Aurelio y sus meditaciones, que recomienda en camapaña. Jorge Barreno

¿Cree usted que sería capaz de poner de acuerdo al espacio de Podemos y a Ciudadanos para que le dejen gobernar? ¿Es ciencia ficción?

No es ciencia ficción. Alguien podría abstenerse para que en Madrid no gobierne o influya la extrema derecha. 

¿Le gustaría hacer un Gobierno en solitario o con otros partidos?

Vamos a esperar a ver qué dicen los ciudadanos. Vamos a escucharles. 

¿Qué quieren los 520.000 ciudadanos que votaron a Vox en Madrid en las generales? ¿Son de extrema derecha?

No tengo tendencia a descalificar al votante. Los ciudadanos no se suelen equivocar. Pero el proyecto, como tal, es ultraderechista a mi juicio. Y, además, no está de acuerdo con la Constitución. Es verdad que lo votan personas de diferente cariz. Algunas son ultraderechistas y otras desencantadas, desalentadas o que desconfían de la política. Cada uno vota por razones diferentes. 

Ignacio Aguado dice que no va a pactar con usted porque está a favor de negociar con los separatistas. ¿Es usted un radical?

Lo que eso provoca en mis entornos es irrisión, no incomodidad. Quien ha estado en la Asamblea puede comprobarlo. En ella pedí expresamente que se retirase el referéndum y el hemiciclo lo aplaudió. No soy independentista, no creo en el derecho a la autodeterminación, que es un desastre para España. Creo en la unidad de España y si tengo que hacer estas declaraciones los lunes, miércoles y viernes, las haré sin parar. Tengo muchos defectos, pero desde luego no soy extremista. Me han acusado, más bien, de exceso de moderación. No tengo tendencia a crispar sino a construir. Lo de Ciudadanos es estrategia. Están en las primarias de la derecha y lo que se dilucida es quien queda primero para intentar formar una mayoría. 

En Andalucía resultó, aunque no en el conjunto de España. 

Si el objetivo es gobernar a cualquier precio y de cualquier manera, en Andalucía resultó. Pero yo no quiero gobernar así. 

Si no gobierna, ¿qué hará? ¿Seguirá cuatro años en su escaño o se irá?

No tengo ningún otro proyecto de vida. Si me pregunta qué voy a ser de mayor, yo ya soy mayor. Si me pregunta si estoy haciendo carrera política, le digo que no. Lo que estoy haciendo es por sentido de la responsabilidad y por Madrid, donde he hecho mi vida y mi familia. Si después de dos ocasiones la ciudadanía decide que no soy el mejor candidato para presidir Madrid, lo lógico suele ser poner el cargo a disposición de quienes te han puesto ahí. No digo que me vaya a ir. Haré lo que me digan los que han confiado en mí. Yo no tengo otra alternativa y, es más, me gusta no tenerla. 

El catedrático de Metafísica, durante la entrevista con EL ESPAÑOL.

El catedrático de Metafísica, durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Jorge Barreno