El asesinato de la niña Asunta Basterra a manos de sus padres adoptivos en septiembre de 2013 es un caso judicialmente cerrado, pero sobre el que pesa un interrogante que sólo puede añadir desazón y misterio a un crimen que conmocionó a la sociedad española.

Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron declarados culpables de haber planeado y ejecutado el asesinato de su hija, a la que drogaron y asfixiaron, por lo que fueron condenados a 18 años de cárcel por un jurado popular. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia desestimó en marzo de 2016 el recurso presentado por las defensas de los acusados y el Tribunal Supremo ha confirmado ambas condenas.

El Supremo entiende probado que la madre acabó con la vida de Asunta y, tras debatir sobre la culpabilidad del padre, ha ratificado la condena que también pesa sobre él. Sin embargo, ni la Audiencia Provincial de La Coruña, ni el TSJ de Galicia ni ahora el Tribunal Supremo han resuelto la gran incógnita de este crimen: la causa, el motivo, el porqué ambos padres acabaron de forma premeditada con su hija de 12 años. Esta laguna alimentará siempre el misterio de un caso espeluznante.