Dicen los gurús que el papel tiene los días contados. Que así sea. A mí no me preocupa tanto la desaparición del papel como formato físico como la del papel como formato intelectual. Dios nos libre de un mundo en el que el filtro, la jerarquía y el análisis lo pongan los usuarios de Twitter, Instagram y Facebook a golpe de clicks. Antes pongo a un chimpancé con un palo al mando de la sala de control de una central nuclear.

Cada vez que oigo a estos gurús de la nada me viene a la cabeza este vídeo. Aviso desde ya que las imágenes son dantescas así que absténganse de clicar en el enlace si no tienen el estómago para verbenas.

El vídeo fue grabado el pasado 21 de marzo por la cámara de un coche de policía de Cottonwood (Arizona). Dos oficiales reciben el aviso de que una familia de ocho miembros, los Gaver, ha provocado un pequeño altercado en un supermercado Walmart.

Al parecer, los Gaver habían acampado en el aparcamiento del supermercado, algo relativamente habitual en Estados Unidos, donde abundan las familias de nómadas que recorren el país a bordo de sus furgonetas predicando la palabra de su dios a ritmo de rock cristiano.

La caricatura más extrema de este tipo de personajes típicamente estadounidenses es la de la película La matanza de Texas. La caricatura benévola los define como "basura blanca" producto de la mezcolanza de fanatismo religioso, incesto y analfabetismo rampante.

El resto lo pueden ver en el vídeo. Los dos policías intentan poner paz en una trifulca que no pasa de rutinaria. Los Gaver se lían a hostias. En sólo unos segundos han hecho acto de presencia las porras, las pistolas eléctricas y también las que disparan balas de plomo.

La madre llora y pide perdón. "¡Nazis, son niños!", chilla el padre mientras uno de los niños (de veintiún años) le arrebata la pistola a uno de los policías y le descerraja un tiro en la pierna. El otro oficial le dispara a bocajarro en la cabeza. Otro de los Gaver se lleva un tiro en el estómago. Aparecen más policías. Ni en las peores pesadillas de El Bosco se ha visto tamaña orgía de estupidez.

Les dejo a ustedes la tarea de identificar en el vídeo al viejo periodismo, antipático, torpe e imperfecto pero necesario, y también a ese internet hipertrofiado, gorrón y lunático pero simpáticamente bobalicón que nos va a conducir a todos a golpe de sermón mesiánico hacia el paraíso de la información horizontal, mancomunada, armónica y gratuita mientras reparte guantazos como panes y le pega disimuladamente un tiro a aquel al que llama "nazi".