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Observatorio de la Defensa

2026, el año para demostrar que la industria militar está a la altura: "El desafío es que la inversión retorne a la población"

El próximo año echarán a andar el grueso de los 31 PEM aprobados por el Gobierno, una prueba de fuego para el sector nacional de la defensa.

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2025 será recordado como el año en que España se puso al día con la OTAN. En abril, el Gobierno presentó el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa dotado de 10.471 millones de euros, suma necesaria para alcanzar el 2% del PIB en gasto militar comprometido, en 2014, con la Alianza Atlántica. Lejos, no obstante, del 5% impuesto semanas después tras la presiones de Donald Trump.

El proyecto confeccionado entre más de un Ministerio, entre ellos los de Defensa e Industria, abarca un total de 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) con los que se pretende actualizar y ampliar las capacidades de las tres ramas que componen las Fuerzas Armadas Españolas.

En la adjudicación de los PEM, el departamento que lidera Margarita Robles ha priorizado que los mismos recaigan en empresas de defensa españolas con el objetivo de potenciar el tejido industrial nacional, especialmente, de cara a los futuros contratos en materia militar que se prevé lance la Comisión Europea.

Asimismo, desde el Gobierno consideran que el plan contribuirá a consolidar el crecimiento económico de España y estima un impacto de entre 0,4 y 0,7 % en el PIB en el corto plazo. Además, prevé la creación de más de 96.000 nuevos empleos directos e indirectos.

Por su parte, las empresas españolas viven con euforia este nuevo ciclo inversor y confían en aprovechar la ventana de oportunidad que se les presenta ante el nuevo contexto geopolítico.

"La percepción de un contexto favorable gracias al aumento presupuestario en Defensa y la necesidad de soberanía industrial es indudable, nuestras empresas destacan oportunidades en innovación tecnológica, ciberdefensa, movilidad táctica, logística pesada, energías desplegables, equipos duales y comunicaciones tácticas", ha afirmado a EL ESPAÑOL Gerardo Sánchez Revenga, presidente de Aesmide.

En este sentido, a partir de 2026, la industria nacional de la defensa sabe que debe demostrar que está a la altura de la confianza depositada sobre ella y, así, dejar atrás los retrasos y contratiempos vividos en no pocos programas armamentísticos en los últimos años.

Tres helicópteros NH90 de las Fuerzas Armadas en la planta de Airbus en Albacete

Tres helicópteros NH90 de las Fuerzas Armadas en la planta de Airbus en Albacete Gastón Trelles

"El principal desafío es convertir esa inversión pública en un retorno real para los ciudadanos. Eso exige planificación rigurosa para cumplir calendarios y capacidades, continuidad presupuestaria para consolidar el impacto económico, tecnológico y social y una colaboración público-privada efectiva", ha asegurado a este periódico César Ramos, director general de Tedae.

Para el presidente de Aesmide, la meta "es crecer de forma sostenible, industrializar capacidades y posicionarse como proveedores de referencia". "El objetivo es claro y compartido: reforzar la soberanía tecnológica española y europea, extender los beneficios de la inversión en defensa a otros sectores y empresas de todos los territorios, y consolidar un respaldo social amplio", ha añadido Ramos.

Indra, el campeón nacional

La amplia mayoría de los 31 PEM aprobados por el Consejo de Ministros a lo largo de 2025 han ido a parar a Indra. La tecnológica española participa en 29 de estos programas de modernización, ya sea como líder del proyecto, como subcontratista o de forma indirecta al controlar la empresa adjudicataria. Por esta razón, la empresa ha recibido alrededor de 6.000 millones de euros en créditos a interés cero por parte de Industria.

Desde la empresa que preside Ángel Escribano quieren poner en valor en estos programas su papel de empresa tractora del sector de la defensa, a través de su red de más 1.000 proveedores y, según adelantan, sumando a otros más de 200 nuevos socios industriales.

De esta forma, la multinacional coge el guante lanzado por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, que ha pedido a la compañía que "ejerza un liderazgo abierto, responsable, que impulse al sector, incorporando a todo el ecosistema".

Precisamente, esa es la misma demanda que tienen en Aesmide. "No se trata de potenciar proveedores o cadena industrial de las grandes empresas, se trata de fomentar el desarrollo del tejido tecnológico e industrial. Que los grandes contratistas cuenten con las PYMEs nacionales con capacidad técnica suficiente, primando el criterio de desarrollo tecnológico sobre otros criterios comerciales", ha señalado Sánchez Revenga.

Fragata F-105 Cristóbal Colón en el mar

Fragata F-105 Cristóbal Colón en el mar Armada

De igual manera, desde la asociación que defiende los intereses de las pequeñas y medianas empresas han subrayado la necesidad de emprender cambios legislativos para acelerar licitaciones y simplificar procesos con el fin de no perder competitividad.

"Todo ello dentro de un marco de inversión responsable, transferencia tecnológica y desarrollo de capacidades locales que reduzcan la dependencia externa", ha insistido el presidente de Aesmide.

Los PEM abarcan desde vehículos de combate sobre cadenas y la actualización de artillería autopropulsada, hasta radares de localización de fuego indirecto y nuevos sistemas de movilidad táctica, como los vehículos lanzapuentes.

También incluye un nuevo buque logístico de aprovisionamiento en combate para sustituir al ‘Patiño’, la modernización de fragatas F-100 con nuevas capacidades, mejoras en los buques anfibios y la incorporación de un nuevo buque hidrográfico oceánico, así como un moderno sistema de guerra electrónica.

En el ámbito aéreo, se refuerza la capacidad de entrenamiento con la adquisición de nuevos aviones de instrucción, se impulsa el reemplazo de los antiguos C-212 Aviocar por plataformas modernas de transporte táctico, y se avanza en el futuro sistema europeo de combate aéreo FCAS.

La compra de helicópteros multipropósito destinados a misiones de transporte, evacuación y apoyo logístico y dos satélites radar de apertura sintética (PAZ-2) son otras de las capacidades que contemplan.