Recreación del caza FCAS

Recreación del caza FCAS Airbus

Observatorio de la Defensa

Los ministros de Defensa de Alemania, Francia y España abordan en Berlín el futuro del avión de combate FCAS

Sobre la mesa, tres opciones: continuar con el proyecto tal y como está concebido actualmente, prescindir de alguna parte del programa para centrarse en el resto o abandonarlo.

Más información: París exige a Berlín y Madrid un liderazgo exclusivo en el desarrollo del FCAS, el caza europeo de sexta generación

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Los ministros de Defensa de Alemania, Francia y España se reúnen hoy para intentar desbloquear el Future Combat Air System (FCAS), el mayor proyecto militar europeo en décadas, valorado en 100.000 millones de euros.

Sobre la mesa, tres opciones: continuar con el proyecto tal y como está concebido actualmente, prescindir de alguna parte del programa para centrarse en el resto o abandonarlo por completo. A esta última decisión nadie quiere llegar.

Lo cierto es que, desde hace meses, el proyecto se encuentra literalmente "en el aire", encallado entre ambiciones estratégicas y rivalidades industriales que amenazan con dinamitar más de ocho años de trabajo y miles de millones ya comprometidos.

El FCAS —también conocido como NGF (Next Generation Fighter)— aspira a entrar en servicio hacia 2040 con un sistema de combate de nueva generación capaz de reemplazar los Eurofighter y Rafale hoy en servicio.

El programa apuesta por un caza de nueva generación que operará en coordinación con drones de apoyo y una arquitectura de combate en red capaz de integrar sensores, armamento y plataformas en un único "sistema de sistemas”.

Detrás del ambicioso proyecto del FCAS se encuentran tres gigantes de la industria europea: Dassault Aviation por Francia, Airbus Defence and Space por Alemania e Indra Sistemas por España.

Este avión de combate es la gran apuesta de París, Berlín y Madrid para no quedarse atrás frente al GCAP, el programa rival que impulsan Reino Unido, Italia y Japón. Es, en esencia, la carrera europea por no perder el tren de la supremacía aérea del futuro.

Sin embargo, pese a su enorme peso estratégico, el FCAS lleva meses encallado. El choque frontal entre Dassault Aviation —responsable del Rafale y abanderada de Francia— y Airbus —que representa a Alemania— ha congelado el salto a la siguiente fase del proyecto: la construcción del demostrador tecnológico, la pieza clave que debe garantizar que el futuro caza puede pasar del papel al aire.

Todas las miradas están puestas en esta cita, después de que ni siquiera la intervención del presidente francés, Emmanuel Macron, ni del canciller alemán, Friedrich Merz, el pasado noviembre, lograran arrancar avances significativos para el programa.

El mensaje es claro: si la reunión fracasa, el mayor proyecto militar europeo podría empezar a tambalearse sin remedio.

Para la UE, el FCAS es mucho más que un nuevo caza: es la llave para preservar su autonomía tecnológica y evitar depender de sistemas estadounidenses durante las próximas décadas.

Nadie quiere dar por terminado el proyecto. Por ello, además de la reunión entre los ministros del ramo, también se prevé que el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron mantengan conversaciones de alto nivel durante la semana del 15 de diciembre, según Reuters.

De hecho, recientemente, Sebastian Hille, el portavoz adjunto del Gobierno germano, aseguró: "Tenemos el cronograma hasta finales de año para que allí se tome una decisión; el fin de año está cerca, pero aún no ha llegado. Seguimos considerando que es un proyecto importante, pero entretanto no se ha tomado ninguna nueva decisión".

Además, los líderes de la Unión Europea también se reunirán en Bruselas del 17 al 19 de diciembre.

El presidente alemán lo tiene claro. Quiere una decisión sobre el FCAS antes de que termine el año,... y queda poco.

Posiciones alejadas de Francia y Alemania

Las posiciones continúan muy alejadas. Fuentes alemanas acusan a Dassault de intentar asegurarse el 80% del control del proyecto, extremo que la compañía francesa niega rotundamente.

Es más, el poderoso sindicato alemán IG Metall ha advertido por carta al ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, y al ministro de Finanzas, Lars Klingbeil, que dejará de cooperar en el programa franco-alemán de cazas si la francesa Dassault Aviation sigue participando en el Future Combat Air System (FCAS).

Fuentes francesas, por su parte, señalan a Airbus por tratar de usar su doble peso —al representar a dos de los tres países socios— para influir en exceso en la gobernanza del programa.

Aunque nadie niega las “diferencias”, confirmadas también el pasado 7 de noviembre, por la ministra Margarita Robles, en su encuentro con su homóloga francesa, Catherine Vautrin, en Madrid.

Eso sí, la ministra española solicitó un "esfuerzo" a las otras dos partes para materializar el caza europeo, un proyecto "fundamental" para las Fuerzas Armadas españolas y la industria de defensa.