Pedro Alfaro, CEO de Zelenza.
La nueva era de la disuasión en defensa: IA y soberanía tecnológica
En un mundo cada vez más inestable, la disuasión ya no se sustenta únicamente en la fuerza militar. La inteligencia artificial y la soberanía tecnológica emergen como pilares de la defensa nacional.
El panorama geopolítico actual es innegablemente complejo y volátil. Desde conflictos de alta intensidad en Europa hasta la creciente competencia estratégica entre potencias, pasando por la proliferación de amenazas híbridas y asimétricas, la seguridad nacional de España y la estabilidad de Europa se enfrentan a desafíos sin precedentes.
En este contexto, la capacidad de nuestras Fuerzas Armadas para disuadir, defender y operar eficazmente ya no depende únicamente de la cantidad de efectivos o el poder de fuego convencional. Requiere una transformación profunda, donde la Inteligencia Artificial (IA) y la soberanía tecnológica emergen como pilares estratégicos indispensables.
La defensa moderna exige una superioridad en Inteligencia, una capacidad de respuesta ágil y una resiliencia operativa que solo la IA puede proporcionar. Ya no hablamos de adquirir meras plataformas, sino de construir ecosistemas de defensa inteligentes, interconectados y distribuidos que maximicen la eficiencia operativa y minimicen el riesgo para nuestro personal.
La IA no es una tecnología más; es un imperativo estratégico que redefine cada aspecto de la defensa. Permite a nuestras Fuerzas Armadas mejorar la conciencia situacional, fusionando y analizando ingentes volúmenes de datos de múltiples fuentes (sensores, inteligencia, comunicaciones, fuentes abiertas) en tiempo real, la IA ofrece una imagen operativa completa y predictiva, esencial para la toma de decisiones críticas.
También optimiza la planificación y ejecución de misiones, ISTAR, apoyo logístico, la asignación de recursos y la coordinación de operaciones complejas, la IA puede planificar escenarios, simular resultados y adaptar estrategias en fracciones de segundo.
La IA no es una tecnología más; es un imperativo estratégico que redefine cada aspecto de la defensa.
Por otro lado, los sistemas autónomos y semi-autónomos, impulsados por IA, pueden operar en entornos peligrosos o inaccesibles, reduciendo la exposición humana y acelerando la respuesta ante amenazas. El desarrollo de sistemas de enjambre de drones, por ejemplo, no es una simple acumulación de vehículos no tripulados, sino que tienen capacidad para operar como una entidad colectiva, coordinada por IA, distribuyendo tareas, compartiendo información y adaptándose dinámicamente. Esto proporciona a la Defensa Nacional una capacidad de ventaja crucial.
Los enjambres de UVs, como los que desarrollamos en ZELENZA bajo la plataforma Swarming, ofrecen una capacidad sin precedentes para misiones de Inteligencia, Vigilancia, Adquisición de Objetivos y Reconocimiento (ISTAR) de amplio espectro, saturación de defensas enemigas o exploración de entornos de alto riesgo.
Su capacidad de toma de decisiones distribuida y resiliencia ante caídas puntuales, perturbaciones, "jamming” o entornos de señal GNSS los convierte en un multiplicador de fuerza esencial para la protección de nuestro espacio aéreo y la proyección de capacidades.
Pero no todo está en el aire. La protección de nuestras costas, puertos, infraestructuras críticas y rutas comerciales es vital. Los drones marítimos autónomos (USVs), como la serie Seadron, equipados con IA, pueden realizar patrullas prolongadas, detección y clasificación inteligente de amenazas submarinas y de superficie, y monitorización ambiental.
La capacidad de España para defender sus intereses y participar activamente en la seguridad colectiva europea depende intrínsecamente de su autonomía estratégica
Estos sistemas, que reducen drásticamente el riesgo para el personal y los costes operativos, son fundamentales para la seguridad marítima nacional y la capacidad de nuestras fuerzas navales en la guerra antisubmarina (ASW).
La capacidad de España para defender sus intereses y participar activamente en la seguridad colectiva europea depende intrínsecamente de su autonomía estratégica. Y esta autonomía es inseparable de la soberanía tecnológica.
Depender de terceros para tecnologías críticas de Defensa, especialmente en áreas tan sensibles como la IA, introduce vulnerabilidades inaceptables en nuestra cadena de suministro, en la seguridad de nuestros datos y en nuestra capacidad de adaptar y controlar nuestras propias capacidades militares.
Es por ello que el desarrollo de capacidades industriales y tecnológicas propias en IA, sistemas no tripulados, ciberseguridad y sistemas de mando y control, no es solo una cuestión de desarrollo económico, sino un imperativo de seguridad nacional.
Empresas españolas son actores clave en esta misión. Al diseñar, desarrollar e integrar soluciones personalizadas íntegramente en nuestro país, garantizamos que nuestras Fuerzas Armadas tengan control total sobre la tecnología crítica.
Un ecosistema de mando y control inteligente es la columna vertebral de cualquier defensa moderna. Impulsados por IA, permiten la fusión de datos multi-dominio, la planificación inteligente de misiones y un soporte a la decisión avanzado, todo ello con comunicaciones seguras y ciberseguridad integrada, vital para la coordinación de operaciones conjuntas y la protección de la información sensible.
El actual entorno geopolítico exige una Defensa Nacional ágil, con superioridad en Inteligencia y tecnológicamente soberana.
Todo ello sin olvidar el principio "Human-on-the-loop". Estamos firmemente comprometidos con el desarrollo ético y responsable de la IA. Los sistemas deben estar diseñados para potenciar al operador humano, no para reemplazarlo.
La IA procesa, analiza y sugiere, pero la decisión final y la responsabilidad recaen siempre en el operador, principio irrenunciable en la doctrina de Defensa de los países de nuestro entorno y de las alianzas en las que nos integramos.
El actual entorno geopolítico exige una Defensa Nacional ágil, con superioridad en Inteligencia y tecnológicamente soberana. La inteligencia artificial y los sistemas de enjambre de drones son herramientas indispensables para lograrlo, ofreciendo capacidades de disuasión y defensa que antes eran impensables.
Para España, esto significa una apuesta decidida por la inversión en I+D+i nacional, el fomento de la colaboración público-privada y el desarrollo de un marco estratégico claro que impulse nuestra industria de defensa. Solo así podremos asegurar que nuestras Fuerzas Armadas dispongan de las herramientas más avanzadas y seguras, garantizando nuestra autonomía estratégica y contribuyendo activamente a la seguridad de Europa.
*** Pedro Alfaro, es CEO de Zelenza