Dron DJI Matrice 350 RTK que adquirirá el INTA

Dron DJI Matrice 350 RTK que adquirirá el INTA DJI

Observatorio de la Defensa

El INTA ultima la adquisición de un dron y una cámara a DJI, la compañía china investigada por espionaje en EEUU

El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, dependiente de Defensa, tiene previsto incorporar un dron para la evaluación del SILAM.

Más información: La Inteligencia de las Fuerzas Armadas comprará las cámaras chinas que EEUU vetó por su riesgo a la seguridad nacional

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El Ministerio de Defensa sigue confiando en DJI como proveedor de drones. La compañía china, bajo la lupa de Estados Unidos por espionaje y cesión de datos al Gobierno de Pekín, es la protagonista de una licitación pública del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) por 95.000 euros.

El contrato se publicó el pasado julio y en él se detalla la idoneidad de un modelo concreto de dron y una cámara, ambos de la marca china, para proporcionar imágenes para el análisis del disparo de artillería.

El contrato tiene como objetivo el suministro de un sistema de dron cautivo, señala la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. La fecha límite para presentar ofertas concluyó este martes a las 11 de la mañana.

Está conformado por una aeronave no tripulada con alimentación eléctrica desde superficie empleando un cable umbilical, controlada remotamente mediante conexión satelital y capaz de mantenerse en vuelo durante 6 horas.

La próxima aeronave del INTA deberá retransmitir imágenes en el espectro visible, imágenes termográficas, vídeo en tiempo real y posicionamiento GPS de targets adquiridos por la cámara.

Los targets a los que se refiere la ficha técnica del contrato son las piezas de artillería que serán disparadas y monitorizadas por el dron durante su trayectoria. El objetivo de la observación es, entre otros aspectos, conocer la precisión y el rendimiento de las municiones lanzadas.

El INTA, como entidad técnica nacional del Ministerio de Defensa, supervisa y certifica los nuevos sistemas antes de su incorporación al arsenal activo de los dos Ejércitos y la Armada.

Lanzamiento de prueba desde las instalaciones del INTA en El Arenosillo (Hueval)

Lanzamiento de prueba desde las instalaciones del INTA en El Arenosillo (Hueval) INTA

De regreso a la documentación, explican que el dron "será de aplicación en el proyecto SILAM, para la obtención de redundancia en la determinación en tiempo real del punto de caída de proyectiles, cohetes y misiles en alta mar", señalan.

El SILAM es un programa impulsado en 2023 por el Ministerio de Defensa con un coste de 575 millones de euros. El contrato recoge la adquisición de 12 vehículos lanzadores y 680 cohetes guiados, algunos de ellos superan los 300 kilómetros de rango.

El modelo escogido por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) fue la propuesta de Escribano Mechanical and Engineering (EM&E) y Rheinmetall Expal. Esta solución, en la que también participan otras compañías españolas en menor medida, se encuentra actualmente en suspenso.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el Ministerio de Defensa se encuentra actualmente evaluando alternativas al SILAM que no empleen tecnología israelí. La opción original, la que se adjudicó en 2023, se basa en la transferencia tecnológica del sistema PULS de Elbit Systems, uno de los principales contratistas de armamento de Israel.

El dron escogido por el INTA tendrá la capacidad de ser integrado en un barco no tripulado comandado en remoto, contará con sistema de energía propio para permitir la operación y transmisión de datos y dispondrá de conexión satelital.

Asimismo, las prescripciones técnicas requeridas por el INTA recogen que la aeronave no tripulada pueda ser controlada y operada por completo en remoto desde tierra firme.

El dron estará posicionado en el mar a una distancia máxima de 100 kilómetros de la costa.

En la documentación publicada por el INTA se detalla pormenorizadamente la lista de requisitos técnicos que tiene que cubrir el dron y se menciona directamente el modelo Matrice 350 RTK, de cuya fabricación se encarga la compañía china DJI.

Aspectos como las dimensiones, la autonomía de vuelo, el rendimiento o el peso aportados por el INTA coinciden de forma exacta con la ficha técnica del dron chino. Ocurre exactamente lo mismo con las especificaciones de los elementos auxiliares como el control remoto o el sistema de transmisión de vídeo.

Idéntico caso ocupa la cámara externa con la que el INTA quiere equipar al dron. Fabricada por DJI, en la documentación técnica de la licitación se recoge explícitamente el modelo Zenmuse H30T y se detallan las especificaciones.

Tecnología china

La compañía DJI se encuentra actualmente bajo la lupa de Estados Unidos. El pasado diciembre, el Congreso del país norteamericano acordó que una agencia de seguridad nacional debía realizar una evaluación de los drones fabricados en China y emitir una resolución antes del 23 de diciembre del presente año.

Entre los riesgos a los que aluden los congresistas estadounidenses, están aquellos relacionados con la recopilación de datos por parte de DJI y su posterior envío al Gobierno liderado por Xi Jinping.

En los últimos años, DJI se ha convertido en la marca de drones más popular en Estados Unidos. Según los últimos datos, cuenta con más del 70% de la cuota de mercado en la que se incluyen algunas entidades gubernamentales y de emergencias.

Según la compañía, no han obtenido más noticias sobre la investigación desde que se ordenó su apertura el pasado diciembre. También han mencionado en diversas ocasiones la ejecución de varias auditorías de seguridad independientes que garantizan la no transferencia de datos al Gobierno chino.

Legionario preparando un dron de DJI

Legionario preparando un dron de DJI Izan González

Durante el pasado mes de julio, DJI intentó cambiar la postura de los congresistas más reacios a la tecnología china contratando a un grupo de lobistas y destacando a un ejecutivo australiano en Washington DC.

La compañía encara la última parte del año sin saber el próximo movimiento de EEUU y, como si de un efecto dominó se tratara, probablemente de algunos de sus aliados en materia de defensa e inteligencia.

Los últimos movimientos del presidente Trump van centrados en el fomento de la industria estadounidense de drones. Tanto es así, que el pasado junio firmó una orden ejecutiva para impulsar este sector crítico para la autonomía tecnológica.

La situación actual de DJI recuerda a la experimentada por otras compañías chinas con importante participación en sectores estratégicos de Estados Unidos.

El ejemplo más directo es Huawei, la cual fue objeto de un bloqueo en el país americano que se hizo extensivo a buena parte de la OTAN y la Unión Europea.

No así en España, donde tecnología de la compañía se encuentra integrada en algunos sistemas críticos del Ministerio del Interior, como ya adelantó este medio. Llegando incluso a aplicaciones en materia de comunicaciones y que ha desatado un importante desencuentro entre la Casa Blanca y el Palacio de la Moncloa.