Antena para la comunicación con satélites de la ESA Guayana Francesa
El INTA instalará una antena en Gran Canaria para el seguimiento de satélites de observación de la Tierra
El Instituto, dependiente de Defensa, acaba de publicar una licitación por 4,2 millones de euros para instalar una antena tribanda en Maspalomas.
Más información: Aquí fabrica España el satélite más avanzado de Europa para Defensa: "puede resistir hasta explosiones nucleares"
Entre las tareas encomendadas al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) está la de proporcionar la infraestructura necesaria para la comunicación satelital. Este proceso se realiza fundamentalmente con antenas de grandes dimensiones, que sirven como intermediarias en la transmisión de la información crítica para cualquier país.
Siguiendo esta senda, el INTA acaba de publicar una licitación para adquirir una antena tribanda y colocarla en el Centro Espacial de Canarias en Maspalomas, al sur de la isla de Gran Canaria.
El contrato público, vigente para la recepción de ofertas hasta el próximo 19 de septiembre, tiene un presupuesto de 4,2 millones de euros sin contar los impuestos.
El objeto del expediente, tal y como lo describen en la documentación, es la adquisición de una estación terrena compatible con las bandas S, X y Ka; tres de las regiones del espectro electromagnético más utilizadas para la transmisión de datos desde el espacio.
La antena se empleará para "el seguimiento de misiones espaciales" de observación en la órbita baja de la Tierra y deberá ser capaz de realizar labores de tracking, telemetría y telecomando en la banda S.
Antena de la Estación Espacial de la NASA en Madrid
Gracias a esta función, los operadores podrán hacer un seguimiento de los satélites, obtener información en tiempo real sobre su salud y, además, serán capaces de enviar comandos para gestionar algunos sistemas críticos como la propulsión o los instrumentos instalados a bordo.
Al ser misiones de observación de la Tierra, el INTA también incluye la "descarga de datos de misiones" empleando las bandas X y Ka. "Además, deberá disponer de un sistema de seguimiento automático en las tres bandas".
El sistema de seguimiento automático (autotrack, en inglés) permite a la antena de la estación mantenerse apuntando hacia el satélite en movimiento de manera autónoma y precisa, sin intervención manual de un operador.
Más de 8 metros
Según se recoge en la documentación, la antena "prestará servicio a las actuales y futuras misiones LEO de Observación de la Tierra a las que da soporte el INTA".
La parabólica deberá tener un diámetro mínimo de 8,5 metros y un máximo de 11,5 metros. Uno de los requisitos que plantea el Instituto es que la antena no tenga keyhole para misiones a una órbita de 400 kilómetros o más.
El keyhole es una zona de sombra donde la antena pierde temporalmente la señal por su geometría o construcción, por lo que el sistema que empleará el INTA proporcionará una cobertura completa.
El reflector deberá ser de aluminio de alta resistencia, fibra de vidrio reforzada o compuesto de carbono. Y tanto el soporte como la estructura deberán ser de acero resistente a la corrosión.
Otro punto esencial que trata la documentación está relacionado con el sistema de apuntamiento de la antena para el seguimiento de los satélites, uno de los más importantes para cualquier antena móvil.
Antena de la estación de la NASA en Madrid
"El rango de movimiento en acimut y elevación permitirá realizar pases completos sin alcanzar los límites de carrera en ninguno de los ejes", apuntan. Y sin que aparezca el antes descrito efecto keyhole ni el backlash, este último está relacionado con la necesidad de que la antena ejecute el movimiento comandado sin retraso.
Además del mecánico, la antena del INTA también incorporará otros sistemas encargados de la radiofrecuencia, el control de la antena y la monitorización y control, además de algunos auxiliares para hacer comprobaciones.
La estación de la antena deberá estar conectada a la sala de equipos que tiene ahí el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial mediante un cable de fibra óptica. Y el diseño en conjunto tendrá como objetivo conseguir una disponibilidad superior al 99,5%.
Entre otras cosas, la antena ayuda a uno de los cometidos más importantes del INTA: dar soporte al seguimiento a algunas de las misiones de la Agencia Espacial Europea y la NASA.
Constelación Atlántica
España se encuentra inmersa en el programa espacial para poner en órbita la llamada Constelación Atlántica. Junto a Portugal, ambos países ibéricos tienen la intención de colocar 16 satélites de observación de la Tierra y con aplicaciones duales —civiles y militares— en la órbita baja, la misma de la que se encargará la antena canaria del INTA.
A mediados de abril, la compañía catalana Open Cosmos fue la elegida para llevar a cabo la parte española de la Constelación Atlántica. El programa está siendo impulsado por el Ministerio de Ciencia y a través de la Agencia Espacial Española (AEE).
Los satélites "proporcionarán datos gratuitos e imágenes de alta resolución a usuarios institucionales, mejorando así la vigilancia medioambiental, la gestión de emergencias y la seguridad", según indicó la AEE.
Se trata de un "proyecto crucial" para la autonomía tecnológica de la industria e instituciones españolas y también se erige como "un ejemplo de colaboración internacional".
Satélite de Open Cosmos, la compañía que fabricará las 8 unidades española de la Constelación Atlántica
"Al menos tres de los cuatro sensores que equiparán los satélites están desarrollados y fabricados por empresas nacionales", han indicado. "La AEE está ya trabajando en la licitación para la fase de operación y explotación de la Constelación, que proporcionará datos gratuitos a los usuarios gubernamentales españoles".
"Ambos países diseñaremos, construiremos y lanzaremos este sistema de satélites para observar y entender mejor la Tierra, una herramienta para mejorar nuestra capacidad de anticiparnos, prevenir y resolver desafíos como el cambio climático", resaltó la ministra Diana Morant, durante una presentación a principios de año.
Además, la ministra Morant explicó que la Constelación Atlántica "nos va a dar imágenes de nuestro territorio aproximadamente cada 2 o 3 horas", una frecuencia muy superior a la del satélite de la UE Copernicus, que actualmente nos ofrece una frecuencia de revisita de la Península Ibérica de 2 a 3 días.