KJ-500

KJ-500

Observatorio de la Defensa

El refuerzo aéreo de Pakistán tras su conflicto armado con India: aviones radar y cazas de quinta generación chinos

Islamabad ha anunciado que China les ha puesto sobre la mesa una oferta de aviones KJ-500 de alerta temprana, cazas J-35 y un sistema antiaéreo.

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Una de las claves del éxito de la aviación militar de Pakistán, que incluso derribó cazas de fabricación occidental de India en sus últimos enfrentamientos, son sus aviones de alerta temprana equipados con radares para la detección de todo tipo de amenazas aéreas.

En la actualidad, la Fuerza Aérea comandada desde Islamabad opera aviones Saab para este cometido —conocidos como AEW&C (Airborne Early Warning and Control) en la jerga militar—, que han demostrado su valía en varias operaciones conjuntas llevadas a cabo hace ya dos meses, en plena crisis con India.

Si bien los Saab son uno de los referentes mundiales, el Gobierno de Pakistán acaba de anunciar que se encuentran en negociaciones con China para la incorporación a la flota del Shaanxi KJ-500, uno de los referentes de este tipo de aviones del Gigante Asiático.

KJ-500 aterrizando

KJ-500 aterrizando Alert5 vía Wikimedia

La principal ventaja que ofrecen es salvar el hándicap más importante de los radares situados en la superficie: la curvatura de la Tierra. A gran altitud, los AEW&C pueden detectar los aviones enemigos a mucha más distancia que desde la superficie del mar o el suelo.

Junto a la propuesta por el KJ-500, un tipo de aeronave del que España carece y utiliza las pertenecientes al conjunto de la OTAN, también está sobre la mesa la venta de 40 cazas J-35 de quinta generación y del sistema de escudo aéreo HQ-19.

Este acercamiento de Pakistán con China llega en un momento clave para Islamabad, que ha visto cómo los cazas y misiles de largo alcance chinos han causado varias bajas a activos aéreos de India y la reputación internacional de esos sistemas está al alza.

Tanto es así, que Azerbayán ha firmado un acuerdo para comprar a Pakistán un total de 40 cazas JF-17, un modelo que estos últimos desarrollaron junto a China, por algo más de 4.000 millones de euros. Curiosamente, el número de unidades de la venta coincide con el de la oferta de J-35 de Pekín.

KJ-500, clave

Los aviones de alerta temprana y control (AEW&C, de las siglas en inglés) como el KJ-500 responden a la necesidad de monitorización del entorno y a la capacidad de reacción de las fuerzas aéreas.

Sus característicos radares situados sobre el fuselaje consiguen detectar cualquier tipo de amenaza en cualquier medio. Puede rastrear barcos, vehículos terrestres y objetivos aéreos como aviones, proyectiles e incluso misiles de crucero.

KJ-500 junto a cazas J-11

KJ-500 junto a cazas J-11 N509FZ vía Wikimedia

El KJ-500 toma la plataforma del Shaanxi Y-9, un cuatrimotor que se ha convertido en una auténtica navaja suiza para las Fuerzas Armadas de Pekín. La plataforma entró en servicio en 2012 y, desde entonces, se han ido creando un gran número de versiones y variantes.

Entre las modificaciones que la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación añadió a la versión base se incluyen varios puestos para el mando y control, matrices de antenas, un radar y el radomo que protagoniza el conjunto.

Este último está compuesto de un sistema de tres radares AESA mucho más avanzado capaz de proporcionar cobertura en los 360 grados de la aeronave. Se desconoce la cobertura radar, pero sistemas similares modernos pueden alcanzar los 400 kilómetros de radio.

China no ha publicado más datos sobre esta aeronave, haciendo gala del hermetismo que caracteriza a toda la vertiente militar del gigante oriental.

Sin embargo, algunos reportes indican que cuenta con capacidad de guerra electrónica a través de la denegación activa del espectro radioeléctrico a los enemigos mientras proporciona protección contra este mismo tipo de ataque a fuerzas aliadas.

Cada uno de los KJ-500 tiene una tripulación de 24 personas y los últimos datos indican que China cuenta con más de 17 unidades operativas. Aunque, nuevamente, se desconoce el número de forma oficial.

KJ-500

Se estima que puede alcanzar los 550 kilómetros por hora con un techo de vuelo de 10.500 metros y una autonomía con la que recorrer 5.700 kilómetros, un factor esencial este último al tener que mantenerse en vuelo durante horas.

Uno de los últimos despliegues conocidos del KJ-500 en China ocurrió en agosto de 2022, cuando la visita de Nancy Pelosi a Taiwán causó una importante escalada en las tensiones diplomáticas de la región y Pekín llevó a cabo varias incursiones sobre el espacio aéreo controlado por Taipéi.

J-35, la copia del F-35

Desde las primeras apariciones a principios de la década de 2010, el J-35 ha sido visto como un intento de copia del F-35 fabricado por la estadounidense Lockheed Martin, el mismo que ha estado bajo lupa los últimos meses por la capacidad de EEUU de dejar en tierra las aeronaves vendidas a terceros.

Además de sus capacidades de quinta generación —a la que pertenecen ambas aeronaves—, las similitudes en apariencia también son patentes con un fuselaje prácticamente calcado e incluso con algunas partes que parecen tomadas del F-22 Raptor.

Uno de los aspectos clave del J-35, también conocido como J-31 y FC-31, es que China ha desarrollado una versión naval que puede operar desde un portaviones. De hecho, esta novedad quedó patente el pasado octubre cuando publicaron por primera vez un vídeo en el que se ve cómo aterriza en la cubierta de vuelo.

En 2013, poco menos de 3 años después de su designación, el diseñador jefe de SAC Sun Cong dijo a los medios estatales chinos que pretendían desarrollar un relevo del J-15, que hasta ahora es el único capaz de operar desde portaviones y con varias décadas a sus espaldas.

Prototipo del caza FC-31, posteriormente renombrado J-31, despegando

Prototipo del caza FC-31, posteriormente renombrado J-31, despegando Wikimedia

Si bien Pakistán no cuenta actualmente con un portaviones y tampoco se ha hecho pública la intención de adquirir uno, la escalada reciente con India ha puesto de relieve esta carencia, una de las demandas tradicionales de la rama naval del país.

En cuanto al J-31, por el momento y de forma oficial, sólo están publicadas las especificaciones del FC-31, denominación anterior cuando el caza se encontraba en fase de prototipo. Se desconoce si serán similares o China habrá mejorado alguna respecto al planteamiento inicial, algo común en el sector.

La aeronave tiene espacio para un único ocupante, mide 17,3 metros de largo, 11,5 de envergadura y cuenta con un peso máximo al despegue de 28 toneladas. Para la propulsión recurre a un par de motores WS-13 que alcanzan una velocidad de 2.000 km/h a gran altitud.

En cuanto al armamento, el J-31 es un caza de tamaño y peso medios y enfocado principalmente a la ejecución de misiones dentro del espacio aéreo enemigo sin ser detectado, aprovechando sus facultades furtivas de la quinta generación de aeronaves.

Una cualidad que limita en buena parte la capacidad para llevar bombas o misiles a bordo, puesto que ese sigilo del que presume es incompatible con llevar ninguno de esos equipos acoplados bajo las alas por una cuestión de detección en el radar.