Soldado israelí en una operación en el puerto de Gaza

Soldado israelí en una operación en el puerto de Gaza Reuters

Oriente Próximo

Israel aplica la trituradora: irrumpe en la costa de Gaza y empuja a Hamás contra la frontera este

El gobierno de Netanyahu debe demostrar a la comunidad internacional que los túneles bajo el hospital son un activo militar de Hamás y no solo un refugio.

17 noviembre, 2023 01:53

Con la toma del campo de refugiados de Al Shati, en el noroeste de Gaza City, el ejército israelí ha conseguido unir el frente norte y el frente sur a lo largo de la costa del Mediterráneo. De esta manera, Israel controla por tierra y mar todo el oeste del territorio palestino y puede desde ahí continuar su ataque metódico hacia el este, empujando a las tropas de Hamás contra la frontera, donde, sin duda, esperan varios batallones para acabar la tarea.

Como en la famosa escena de La Guerra de las Galaxias, Hamás se encuentra ahora mismo en medio de una trituradora que comprime el espacio por todos los frentes. Al sur, ya sabemos, Israel estableció desde el inicio una zona de seguridad que divide ahora mismo la franja en dos partes bien definidas. Al oeste, las IDF controlan en torno a un kilómetro desde el puerto y la playa de Gaza. Al norte, siguen las luchas residuales en la localidad de Beit Hanún y solo un tramo de desierto entre dicha localidad y el noreste de Atatra sigue bajo control palestino, aunque, en rigor, no hay demasiado que controlar ahí.

Rodeados por completo por estos tres puntos cardinales, la única escapatoria de los soldados de Hamás es el este... y al este está el mismísimo estado de Israel en alerta militar, con trescientos mil soldados movilizados. La ciudad de Gaza se ha convertido en una especie de isla dentro de la franja: Hamás no puede recibir ayuda por ningún lado y las evacuaciones dependen en exclusiva de los pasillos que ha ido abriendo el ejército israelí. Ni siquiera está claro que los tan publicitados túneles vayan a funcionar, pues buena parte de ellos están sellados o destruidos, fruto de los intensos bombardeos y las explosiones internas.

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En medio de la batalla de Al Shifa

Pocos metros al oeste de esta isla hay otra isla, más pequeña, que es el hospital Al Shifa. Los soldados israelíes entraron el miércoles en el recinto sanitario, pero la operación sigue en curso. Se trata de un enorme complejo en el que hay decenas de miles de civiles refugiados, miles de enfermos y heridos y que sigue protegido en parte por lo que queda de la policía de Hamás. Sabemos que Israel ha entrado en el hospital porque se han apresurado a publicar vídeos al respecto, pero las mismas fuentes afirman que el control no es aún absoluto.

La batalla de Al Shifa ha sido hasta ahora la más importante de la guerra entre Israel y Hamás y probablemente la única digna de ese nombre. Al Shifa es un símbolo para los gazatíes: se trata del centro sanitario más grande de toda la franja y se ha erigido en estandarte de la resistencia. Miles de civiles han rodeado el edificio a lo largo de estas semanas para intentar evitar, sin demasiado éxito, los bombardeos y la invasión por tierra. Las organizaciones no gubernamentales y organismos oficiales como la ONU o la OMS han criticado duramente los ataques diarios sobre el recinto.

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Ahora bien, Al Shifa también es un símbolo para Israel: según el alto mando, el hospital no solo es un nido de terroristas, sino que a su alrededor se ha construido una red de túneles que parten del edificio central y que, en algún punto de las inmediaciones, albergarían uno de los más importantes centros de mando de Hamás. Después de demostrar que en el hospital pediátrico adyacente al hospital Al Rantisi había munición, lanzagranadas, chalecos de explosivos y todo tipo de material bélico impropio de un centro sanitario, Israel necesita justificar sus bombardeos sobre civiles con un impactante descubrimiento que le dé la razón.

Prisas en la propaganda

De ahí que ahora mismo la lucha se centre en aquellas zonas del hospital que aún están en disputa... pero también en la propaganda. Nada más entrar en el recinto, Israel publicó un vídeo algo confuso en el que se veían explosivos y lanzagranadas en quirófanos y se juntaba un alijo con todo tipo de armas. Tal vez se trate de una precipitación. Israel necesita demostrar algo más: necesita enseñar los túneles y dejar claro que esos túneles no son refugios, como sostiene Hamás, sino que forman parte de una actividad militar coordinada.

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Eso, necesariamente, tomará su tiempo y no debería andar con prisas Israel en la guerra mediática. Lo primero y más urgente es controlar por completo el hospital. Eso implicaría la huida o captura de los terroristas y, sobre todo, el regreso a las actividades normales del complejo, es decir, conseguir que los heridos, los enfermos, los recién nacidos, sean atendidos en condiciones. En ese sentido, y también de cara a la opinión pública, Israel difundió este jueves imágenes de ayuda humanitaria llegando al Al Shifa de manos de sus soldados. Todo lo que lleve a un funcionamiento lógico del hospital, sin proyectiles antitanque debajo de las camas pediátricas, será una excelente noticia.

La duda ahora mismo es si la toma total del Al Shifa llevará hasta los responsables de los atentados del 7 de octubre y, lo más importante, hasta los rehenes. Hablamos de túneles muy estrechos por los que es difícil moverse con velocidad, más aún si tienes que transportar niños y ancianos. Por supuesto, Hamás podría matarlos en represalia. Es lo que ha hecho con la israelí Yehudit Weiss, residente del kibutz Be´eri, y cuyo cuerpo fue encontrado por las IDF en las cercanías del hospital. Por otro lado, ahora mismo, y tras la negativa de Hezbolá e Irán de apoyarles, los secuestrados son su única arma de negociación.

Mientras tanto, una vez dejado atrás el hospital, Israel sigue intentando avanzar por los barrios de Zeitoun, Rimal y Sheikh Radwan rumbo a Nazla y a Jabalia, donde se encuentra uno de los campos de refugiados más grandes de toda la franja. Hay que tener en cuenta que, desde su posición actual en el centro de Gaza City hasta la frontera este hay aún siete kilómetros. Se trata de una distancia excesiva para un solo grupo de ataque. Lo más probable es que pronto veamos tropas israelíes cruzar masivamente al otro lado de dicha frontera para completar el bocadillo y "triturar" por completo lo que quede de las milicias terroristas.