El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, durante la sesión de este martes en la Asamblea Nacional.

El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, durante la sesión de este martes en la Asamblea Nacional. Stephanie Lecocq Reuters

Europa

El Parlamento francés aprueba prorrogar los presupuestos ante la incapacidad de acordar unas cuentas públicas para 2026

El Gobierno de Lecornu recurre a una ley especial para mantener el Estado en servicios mínimos hasta el 1 de enero mientras persiste el bloqueo en la Asamblea Nacional.

Más información: Lecornu suspende la reforma de las pensiones de Macron en una votación sobre el presupuesto que da aire a su Gobierno

Álvaro Escalonilla
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Las claves

El Parlamento francés aprobó por unanimidad una prórroga presupuestaria que permite al Estado seguir operando con las cuentas de este año hasta el 1 de enero.

La división política en la Asamblea Nacional impide llegar a un acuerdo para unos nuevos presupuestos para 2026, lo que representa un "riesgo máximo" según la ministra de Cuentas Públicas.

El primer ministro Sébastien Lecornu sobrevivió a una moción de censura y se muestra optimista sobre lograr un acuerdo presupuestario en enero, si los partidos superan sus diferencias.

El Senado ratificará la prórroga y las negociaciones para cerrar las cuentas de 2026 se reanudarán tras las vacaciones.

Francia encadena soluciones a la desesperada. La Asamblea Nacional aprobó este martes por unanimidad la ley de finanzas especial, un texto de urgencia que permite al Estado recaudar impuestos, mantener los gastos y endeudarse en los mercados hasta el 1 de enero, siempre sobre la base de las cuentas públicas del presente curso. Un parche temporal en forma de prórroga presupuestaria.

La ministra de Cuentas Públicas, Amélie de Montchalin, advierte de que este "servicio mínimo" no representa sino un "riesgo máximo" para Francia, pero la división del arco parlamentario en tres bloques prácticamente irreconciliables impide articular mayorías.

Mayorías, por otra parte, necesarias para sacar adelante los presupuestos del próximo curso, la piedra en el zapato del presidente, Emmanuel Macron, necesitado de dotar a su país "lo antes posible" de unas nuevas cuentas públicas que permitan controlar el déficit del 4,5% y la deuda, disparada por encima del 117%.

Su primer ministro, Sébastien Lecornu, que sobrevivió contra todo pronóstico a una moción de censura con bastantes visos de prosperar, volvió a coger oxígeno la semana pasada gracias a la aprobación de los presupuestos para la Seguridad Social. Una sonada victoria parlamentaria que, en buena medida, respondió a la abstención de varios diputados ecologistas y al respaldo de la bancada socialista, satisfecha con la suspensión de la polémica reforma de las pensiones de Macron.

En esta ocasión, sin embargo, el inquilino de Matignon se ha mostrado incapaz de convencer a los distintos grupos parlamentarios, con la notable excepción de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon y el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, con los que ni siquiera dialoga.

Asediado por la izquierda populista y la extrema derecha, el macronismo se lame las heridas. "Sabemos que este no será el presupuesto ideal. El tiempo de los grandes proyectos será en 2027", declaró este martes el centrista Jean-Paul Mattei desde la tribuna de oradores.

Ante el bloqueo, persistente, algunos diputados —como el propio Mattei— proponen aplicar el artículo 49.3, un recurso constitucional que permite aprobar un proyecto de ley sin someterlo al criterio de la Asamblea. Un mecanismo cuya utilización motivó la tramitación de la moción de censura que tumbó el Gobierno de Michel Barnier sólo tres meses después del nombramiento del excomisario europeo.

Lecornu, que promete "rendir cuentas" ante la opinión pública para explicar las acciones del Gobierno, especialmente en lo relativo a la aprobación de los presupuestos, prometió no utilizar esa carta para ganarse la confianza del Partido Socialista (PS), muleta para su continuidad en el cargo junto con la derecha tradicional de Los Republicanos (LR).

El Senado ratificará este mismo martes la prórroga presupuestaria, y los diputados reanudarán a la vuelta de vacaciones las negociaciones para intentar encarrilar las cuentas de 2026.

Mientras la presión arrecia sobre la segunda economía de la zona euro, Lecornu exhibe un moderado optimismo. El primer ministro dice estar "convencido" de que es posible aprobar los presupuestos en enero siempre y cuando los distintos grupos parlamentarios "dejen de lado los cálculos políticos".