El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, interviene este martes en la Asamblea Nacional. Reuters
Lecornu suspende la reforma de las pensiones de Macron en una votación sobre el presupuesto que da aire a su Gobierno
El primer ministro francés saca adelante las cuentas de la Seguridad Social en la Asamblea Nacional gracias a los votos de socialistas y ecologistas.
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Sébastien Lecornu salvó este martes una bola de partido. Otra más. El primer ministro francés consiguió sacar adelante en la Asamblea Nacional el presupuesto de la Seguridad Social para el próximo año, que contempla suspender hasta 2027 la reforma de las pensiones, la medida estrella del presidente Emmanuel Macron.
La votación allana el camino para la aprobación definitiva de los presupuestos antes de que acabe el año. Luz al final del túnel. "El combate será más duro, pero no vamos a ceder al nerviosismo ni a las agendas electorales", declaró este martes un Lecornu triunfal.
El presupuesto de la Seguridad Social, aprobado por la mínima, con 247 votos a favor y 234 en contra, y gracias al respaldo in extremis de la bancada socialista y la abstención de buena parte de los diputados ecologistas, aterrizará ahora en el Senado, que lo examinará este miércoles en comisión y el viernes en el hemiciclo, antes de volver la próxima semana a la Asamblea.
Lecornu saca petróleo de un hemiciclo dividido, sin mayorías, y con la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y el lepenismo en contra.
El primer ministro cumplió su promesa y evitó recurrir al artículo 49.3, el atajo constitucional que permite al Gobierno aprobar leyes de espaldas al Parlamento y que en su día utilizaron tanto Élisabeth Borne como Michel Barnier. Tomó nota de las drásticas consecuencias que tuvieron que asumir sus predecesores. Por eso no emprendió ese camino.
Lecornu agradeció la victoria parlamentaria a la "mayoría de responsabilidad" que avanza "en el sentido del interés general". El primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, el otro gran culpable de la aprobación del texto, atribuyó la responsabilidad a la ardua labor de los grupos parlamentarios.
"Se necesitó cerca de mes y medio de debate para encontrar la vía del compromiso", subrayó Faure, diana de las críticas de La Francia Insumisa de Mélenchon, uno de los socios del hoy disuelto Nuevo Frente Popular (NFP).
"4.000 millones en recortes a la sanidad, reducción de las prestaciones familiares, limitación de las bajas por enfermedad o incluso aumento del precio de los seguros complementarios. Este desastre se lo ofrece el voto a favor del Partido Socialista, que se une definitivamente al macronismo, así como la abstención de una parte de los ecologistas", denunció Mathilde Panot, la líder del grupo parlamentario de los insumisos.
"Otro camino es posible", reaccionó el presidente del antiguo Frente Nacional, Jordan Bardella. "Tendemos la mano a todos los votantes de derecha que rechazan esta connivencia: otro camino es posible, el que conduce a la unión de nuestras fuerzas para el resurgimiento de Francia", escribió en redes sociales el delfín de Marine Le Pen.