
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aplaude sobre el escenario durante la "Fiesta de la Victoria" (Fête de la Victoire) en Mormant-sur-Vernisson, en el departamento de Loiret, Francia, el 9 de junio de 2025. Reuters
Casi 70 eurodiputados marcharán en el Orgullo LGTB de Budapest para desafiar la prohibición de Viktor Orbán
El alcalde de la capital húngara mantiene la celebración a pesar de la ley que permite prohibir las marchas LGTBQ+. Veinte países de la UE respaldan la iniciativa.
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En un gesto de desafío directo al gobierno de Viktor Orbán, cerca de 70 eurodiputados han anunciado que participarán en la marcha del Orgullo en Budapest el próximo 28 de junio.
La decisión llega tras los intentos del primer ministro húngaro de prohibir el evento mediante una legislación que permite a la policía vetar manifestaciones LGTBQ+.
La convocatoria ha ganado fuerza en el Parlamento Europeo, donde diputados de los grupos liberales, verdes y socialistas han comprometido su presencia como muestra de solidaridad con la comunidad LGTBQ+ de Hungría.
“Estaremos en Budapest, marchando orgullosos y alzando la voz con vosotros”, declaró la socialista española Iratxe García Pérez durante un debate en Estrasburgo, como cuenta The Guardian.
El alcalde de Budapest, el opositor Gergely Karácsony, ha asegurado que el evento se celebrará como acto municipal, esquivando así la ley.
“No hay ciudadanos de primera y de segunda. Ni la libertad ni el amor pueden ser prohibidos”, afirmó el lunes, confirmando que la marcha se mantendrá pese a la negativa del Gobierno central.
La iniciativa cuenta además con el respaldo de líderes locales de otros países europeos. La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, y un secretario de Estado neerlandés también han confirmado su asistencia.
“Haremos lo que la Comisión Europea no hace: mostrar a los húngaros que no están solos”, sentenció la eurodiputada verde holandesa Tineke Strik, que lideró recientemente una delegación parlamentaria a Hungría.
20 países de la Unión Europea han firmado una declaración conjunta criticando la legislación húngara, en la que exigen a la Comisión que garantice el respeto a los valores fundamentales de la UE, entre ellos la libertad de expresión, de reunión y los derechos de las personas LGTBQ+.
La Comisión, por su parte, ha iniciado un proceso de revisión legal sobre la compatibilidad de la norma con el derecho comunitario.
El comisario europeo de Justicia y Democracia, el irlandés Michael McGrath, confirmó en Estrasburgo que Bruselas “está dispuesta a utilizar todas las herramientas a su disposición” para garantizar que Hungría cumpla con el marco legal de la Unión.
Ya existe un procedimiento abierto contra Budapest por una ley de 2021 que prohíbe contenidos LGTBQ+ en escuelas y televisión en horario infantil.
Desde el oficialismo húngaro, las críticas no han tardado en llegar. Kinga Gál, vicepresidenta del grupo ultraconservador Patriotas por Europa y miembro del partido Fidesz de Orbán, tildó el debate europeo de “caza de brujas”.
El evento también ha recibido el respaldo de eurodiputados de extrema derecha en Francia, España, Alemania e Italia, que defendieron la medida como un ejercicio de “sentido común”.
En contraste, algunos eurodiputados del Partido Popular Europeo -al que hasta hace poco pertenecía Fidesz- expresaron su preocupación, aunque centraron su discurso en la erosión del Estado de derecho más que en los derechos LGTBQ+.
“La oposición crece en Hungría y Orbán tiene miedo. Está intentando limitar la libertad de expresión y de reunión a toda costa”, denunció el sueco Tomas Tobé.
El contexto político en Hungría es cada vez más tenso. Péter Magyar, un exalto cargo del Fidesz convertido en crítico del régimen, se perfila como el principal rival electoral de Orbán de cara a los próximos comicios, con un discurso centrado precisamente en la defensa de los derechos y las libertades civiles.
A pesar del veto legal y las amenazas de represión, la marcha del Orgullo en Budapest se perfila como un acto político de gran simbolismo europeo.
Todo indica que será un enfrentamiento directo entre los valores democráticos de la UE y el proyecto iliberal de Orbán.