El primer ministro británico Keir Starmer, el presidente de Francia Emmanuel Macron y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dan un paseo cerca de las iglesias de San Miguel y Santa Cecilia, en Kiev, Ucrania, el 10 de mayo de 2025.

El primer ministro británico Keir Starmer, el presidente de Francia Emmanuel Macron y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dan un paseo cerca de las iglesias de San Miguel y Santa Cecilia, en Kiev, Ucrania, el 10 de mayo de 2025. Reuters

Europa

La Unión Europea presiona a Rusia con más sanciones antes de la reunión en Turquía para negociar la tregua en Ucrania

Donald Trump también juega al despiste: ha deslizado la posibilidad de participar él mismo en las conversaciones para animar así a su homólogo ruso, que de momento ha rechazado el alto el fuego de 30 días.

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Jara Atienza
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Sin un "cara a cara", no habrá negociación. Esa era la postura adoptada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ante la posibilidad de entablar conversaciones de paz directas con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en un encuentro que podría —o no— celebrarse este jueves en Turquía. Y podría celebrarse o no, porque todo, por ahora, sigue en el aire. Por un lado, Putin confirmó el miércoles por la noche que no acudirá a dicha cita y enviará en su lugar una delegación, sin embargo, Zelenski ya se encontraba en un avión rumbo a Ankara cuando se conoció la noticia.

Fue el propio Putin quien, en un inusual discurso televisado, propuso retomar las negociaciones directas con las autoridades ucranianas. Zelenski aceptó y emplazó al líder del Kremlin a viajar a Estambul para mantener una conversación de tú a tú. Sin embargo, el Kremlin evitó pronunciarse sobre la invitación y no confirmó quién integraría la delegación rusa. Así, no es de extrañar que numerosos analistas consideren esta actitud como una maniobra del Kremlin para ganar tiempo y mantener el favor de Donald Trump, quien —con estrategias de dudosa moralidad y con una clara inclinación hacia Moscú— está intentando impulsar las negociaciones.

Ante esta ambigüedad, Zelenski trazó una línea firme: viajaría a Turquía, sí, pero solo para hablar directamente con Putin. De lo contrario, no habría diálogo alguno. Para el líder ucraniano, que el presidente ruso decida no presentarse es una prueba más de que, tras la fachada diplomática, no existe un verdadero interés en detener la guerra. "Creo que si Putin no se presenta a la reunión, será el punto definitivo que demostrará que no están listos para terminar la guerra", aseguró Zelenski en un encuentro con medios este martes. Lo cierto es que esta estrategia también pretende presionar a Estados Unidos para que abandone su ambivalencia y ejerza mayor presión sobre Moscú.

El presidente de Ucrania, Zelenskiy, celebra una conferencia de prensa en Kiev.

El presidente de Ucrania, Zelenskiy, celebra una conferencia de prensa en Kiev. Reuters

El órdago del presidente ucraniano, que los rusos tratan de sortear con el silencio, llega justo cuando la Unión Europea ha reiterado su apoyo sin fisuras a Ucrania. Y no sólo eso. El sábado, los líderes de Alemania, Francia, Polonia y Reino Unido —las cuatro mayores potencias europeas aliadas de Kiev— viajaron a la capital ucraniana para respaldar el principal reclamo previo a sentarse en la mesa de negociación: una tregua incondicional de 30 días que comience el próximo lunes. El presidente de Estados Unidos ha respaldado este plan, que Rusia, por ahora, ha rechazado y al que respondió bombardeando la capital ucraniana.

La exigencia europea, además, vino acompañada de un aviso claro: si las conversaciones fracasan, los aliados redoblarán la presión económica sobre Rusia mediante nuevas sanciones. Y no solo eso: también contarán con el respaldo de Washington. Como muestra, este mismo miércoles, los Estados miembros de la Unión Europea aprobaron por unanimidad –es decir, con la participación de países reticentes como Hungría o Eslovaquia– su decimoséptimo paquete de sanciones contra Rusia como represalia por su guerra de agresión contra Ucrania, confirmaron fuentes diplomáticas a este periódico.

Según explicó Juan Sanhermelando en este periódico, las nuevas medidas castigan a casi 200 barcos de la 'flota fantasma' de Moscú dedicada al transporte de petróleo, 30 empresas implicadas en la evasión de sanciones y 75 entidades y personas vinculadas al complejo militar-industrial ruso. También se prohíbe la exportación de productos químicos utilizados en la producción de misiles y podría entrar el gasoducto Nord Stream, aunque no está claro qué utilidad tendría esta medida porque ahora mismo no se está usando. "Mantendremos la presión sobre el Kremlin", ha escrito la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en su cuenta de X.

La incógnita rusa

Es difícil imaginar a Vladímir Putin —que decidió invadir Ucrania alegando que el país estaba "lleno de nazis" y que no reconoce al actual Gobierno ucraniano como legítimo— sentado en una mesa de negociación. El de este jueves habría sido el primer encuentro entre los líderes de los dos países en guerra desde diciembre de 2019. Las últimas conversaciones directas entre delegaciones ucranianas y rusas se produjeron también en Estambul, pero en marzo de 2022, apenas un mes después de que el Kremlin lanzara su ofensiva militar.

En los últimos meses, delegaciones de ambas partes han mantenido reuniones bilaterales con emisarios estadounidenses en un intento, hasta ahora fallido, de alcanzar un alto el fuego. Los acuerdos preliminares, sin embargo, han quedado en papel mojado, a pesar de que incluso la Casa Blanca los publicó en su página web oficial. Aunque se especuló sobre los integrantes de la delegación rusa, finalmente se sabe que estarán el asesor presidencial, Vladímir Medinski, que actuará como jefe de la delegación; el viceministro de Asuntos Exteriores, Mijaíl Galuzin, el jefe de la Dirección General del Estado Mayor del Ejército, Ígor Kostyukov, y el viceministro de Defensa, Aleksandr Fomin.

El enviado de Donald Trump, Steve Witkoff, se reunió este viernes en Moscú con el presidente ruso Vladimir Putin.

El enviado de Donald Trump, Steve Witkoff, se reunió este viernes en Moscú con el presidente ruso Vladimir Putin. Reuters

El juego de espejos de Trump

No sólo Putin juega al despiste. Donald Trump que se encuentra de gira por Oriente Próximo para cerrar importantes acuerdos económicos y militares con las monarquías del Golfo, también deslizó la posibilidad de viajar hasta Turquía.

"No sé si él (Putin) estaría allí si yo no estoy. Sé que le gustaría que yo estuviera presente, y esa es una posibilidad. Si pudiéramos poner fin a la guerra, lo consideraría", dijo en declaraciones a la prensa desde el Air Force One en su camino hacia Qatar. Pero finalmente indicó que tenía su agenda ocupada para poder acudir.

Según recoge Reuters, quienes sí viajarán seguro al evento en Estambul para participar en las negociaciones de paz serán el enviado especial Steve Witkoff (que no tiene experiencia diplomática y que llegó a presentarse a una reunión en Moscú sin asesores y sin su propio intérprete, dejando la traducción en manos rusas) y el secretario de Estado Marco Rubio.