
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y miembros de las misiones diplomáticas en Ucrania visitan el lugar de un ataque con misiles rusos contra una zona residencial donde murieron varios niños y adultos, en Kyiv, 25 de abril de 2025. Reuters
Por qué Ucrania no sufre apagones masivos si encaja ciberataques y bombardeos a diario: la lección para España
Zelenski ofrece a Sánchez la ayuda de sus especialistas, experimentados "en la superación de cualquier desafío energético, incluidos los apagones", tras más de tres años de guerra.
Kyiv desarrolla a marchas forzadas, y no sin complicaciones, un plan energético combinado de inversión, diversificación y mayor interconexión con Europa para hacer frente a los ataques rusos contra sus infraestructuras críticas.
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En la convulsa tarde del lunes, cuando la España peninsular seguía a oscuras tras sufrir el apagón del siglo, resultado de la “desaparición”, en cuestión de cinco segundos, de 15 GW de la red eléctrica, según la versión del Gobierno, Volodímir Zelenski levantó el teléfono desde Kyiv para comunicarse con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Quiso interesarse el mandatario ucraniano por la situación, inédita, según reconocieron desde el primer momento los responsables de Red Eléctrica, que atravesaba España.
“Pase lo que pase, siempre estamos dispuestos a apoyar y ayudar a nuestros amigos”, escribió, en tono cordial, Zelenski, minutos después de ponerse en contacto con Sánchez. “A lo largo de los años de guerra y ataques rusos a nuestro sistema energético, Ucrania ha adquirido una importante experiencia en la superación de cualquier desafío energético, incluidos los apagones”, añadió en su mensaje en redes sociales el líder ucraniano, que puso a sus especialistas a disposición de España para dar carpetazo a la crisis de electricidad en la península ibérica.
“He dado instrucciones al ministro de Energía de Ucrania para que actúe lo más rápidamente posible. Nuestros expertos técnicos están dispuestos a ayudar”, insistió. Sabedor de que, como sospecha –o, como mínimo, no descarta, a diferencia de Red Eléctrica– el Gobierno de Sánchez, el apagón pudo deberse a un ciberataque –de autoría rusa, para más señas–, Zelenski puso las capacidades de Ucrania al servicio de España, uno de sus principales aliados en el seno de la Unión Europea y la OTAN desde que, hace poco más de tres años, el Kremlin puso en marcha la denominada “operación militar especial” en su país.
I spoke with the Prime Minister of Spain @SanchezCastejon about the emergency situation in the energy system. No matter what happens, we are always ready to assist and support our friends.
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) April 28, 2025
Over the years of war and Russian attacks on our energy system, Ukraine has gained…
Antes de la invasión a gran escala, Kyiv podía generar hasta 32 gigavatios de energía, con una generación real cercana a 25 GW. Hoy, lucha por producir nada menos que 9 GW. En este tiempo, el país que lidera Zelenski ha tenido que diseñar a marchas forzadas un plan para proteger sus infraestructuras críticas de los constantes ataques rusos.
La última ofensiva rusa de esta naturaleza, registrada a principios de marzo, golpeó, entre otros objetivos, una instalación en el óblast de Odesa de la energética DTEK, la mayor empresa privada del sector en Ucrania, propiedad del oligarca Rinat Ajmétov, también dueño del Shakhtar Donetsk.
Los ataques aéreos rusos más recientes no han dejado inutilizadas las infraestructuras ucranianas, sin embargo, las autoridades locales han decidido decretar cortes programados del suministro eléctrico, tanto en Odesa como en otras regiones del este y del sur de Ucrania, para hacer frente a la escasez sobrevenida por la guerra.
En este sentido, el Gobierno de Ucrania lanzó en febrero, en colaboración con la Agencia Danesa de la Energía y el operador estatal de sistemas de transmisión de electricidad Ukrenergo, una aplicación móvil para alertar a la población de la entrada en vigor de estos apagones controlados.
Para este miércoles, por ejemplo, el servicio informa que “no se han recibido instrucciones por parte de NEC Ukrenergo para aplicar horarios de estabilización o de emergencia” y que, en consecuencia, “no se prevén cortes de electricidad”. Un escenario que, como indica la propia plataforma, es susceptible de cambiar en cualquier momento: “La situación del sistema energético es complicada. Si recibimos la orden de aplicar dichos horarios, se lo informaremos de inmediato”. “¡Por favor, consuma la electricidad de manera responsable!”, concluye el parte.
Inversión y descentralización
Los activos energéticos de Ucrania no eran sino reliquias de la era soviética, prácticamente obsoletas, pero sus ciudadanos no comenzaron a sufrir apagones frecuentes y sostenidos en el tiempo hasta bien entrado el fatídico año de la invasión a gran escala, cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, comprendió, por fin, que su denominada “operación militar especial” no seguiría el guion previsto –esto es, la conquista en tres días de Kyiv– y puso en marcha los ataques sistemáticos contra el suministro energético ucraniano.
Según los datos de la ONU, el país ha perdido, desde entonces, nada menos que el 60% de su capacidad para generar energía. Dos tercios de sus infraestructuras de generación eléctrica controlada se encuentran ocupadas –como es el caso de la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa–, dañadas o destruidas –como, por ejemplo, la presa hidroeléctrica de Kajovka–. Un lastre que, sólo en 2024, obligó a los ucranianos a vivir a oscuras durante un total de 1.951 horas, el 22% del año, según el recuento del portal Energy Map.
El ministro ucraniano de Energía, German Galushchenko, reconoció en enero que el curso pasado fue, sin duda, el peor desde que diera comienzo la invasión. “Los daños fueron muy grandes, mucho mayores en comparación con años anteriores”, reconoció. “Cambió la naturaleza misma de los ataques, su complejidad, el armamento utilizado”, explicó Galushchenko, miembro del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, que presumió sin embargo de haber sido capaz de mantener “la integridad y estabilidad del sistema energético” ucraniano.
“[Los rusos] lograron destruir el 90% de nuestros activos [pero] no se atrevieron a atacar las plantas nucleares que contribuyen al 50% de la generación de energía”, puntualizó en febrero la jefa de Asuntos Internacionales de DTEK, Yulia Burmistenko, en el portal Eurelectric. “Los rusos podrían haber infligido aún más daño si hubieran empleado nuevas tácticas”, coincide Andrian Prokip, director del Programa de Energía del think tank Ukrainian Institute for the Future, en un informe para el Wilson Center. “Sin embargo, a finales de 2024, Ucrania estaba mejor preparada para mantener su sistema eléctrico frente a los ataques rusos que nunca antes”.
“En primer lugar, Ucrania recibió recursos adicionales de defensa aérea, mejorando la protección, aunque aún no suficientes para salvaguardar completamente la infraestructura energética del país”, incide Prokip. “En segundo lugar, las estructuras de concreto recién construidas han demostrado ser efectivas para proteger las subestaciones de transmisión de energía de los ataques”.
“Pero hay otro factor clave en la resiliencia de la red eléctrica de Ucrania –destaca el analista–. Al comienzo de la guerra, Ucrania dependía de instalaciones de producción y transmisión anticuadas. Después de tres años de conflicto, las empresas energéticas ucranianas se han visto obligadas a reemplazar gran parte de esta infraestructura envejecida por una capacidad más nueva y resistente”. En otras palabras, ese factor es la inversión. Una inversión que Ucrania combina con la importación de electricidad procedente de Europa.
El lunes, tras conocer el apagón en España y Portugal, Galushchenko apuntó, en línea con las declaraciones de Zelenski y del ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, que su país está preparado para “compartir los conocimientos y la experiencia, incluidos los adquiridos durante los ataques sistemáticos rusos contra la infraestructura energética” con sus “socios y aliados en Europa”.
Las lecciones que España, Portugal y el resto de Europa pueden extraer de Ucrania a la hora de evitar apagones masivos no son pocas, y van más allá de la inversión que menciona Prokip. La primera, como subraya el analista Caspar Hobhouse en su informe publicado en el European Institute for Security Studies (EUISS), pasa por evitar, en la medida de lo posible, depender de las infraestructuras fijas y de alto valor.
“La parálisis de la capacidad térmica [en Ucrania] –como lo muestra la destrucción de la central térmica de Kurájivka [cercana a la localidad en disputa de Pokrovsk, en la región de Donetsk]– demuestra lo vulnerables que son estos activos críticos a ataques dirigidos. Incluso con defensas aéreas sofisticadas, un enjambre masivo de drones o misiles puede causar daños irreparables”, apunta Hobhouse. Lo que evidencia, según el analista, la necesidad de construir una red energética descentralizada, “basada en múltiples nodos de generación pequeños y locales, interconectados por una red mallada”.
“Mientras una sola interconexión es vulnerable, cien conexiones más pequeñas son resilientes”, insiste Hobhouse.
“El sistema eléctrico ucraniano enfrenta dificultades algo diferentes a las que ha enfrentado la península ibérica, ya que su sistema eléctrico es destruido de manera constante y deliberada por Rusia, especialmente a nivel de los activos de generación. No obstante, aún hay cosas que España puede aprender de la experiencia de Ucrania”, insiste Saulius Rimutis, experto del Centro de Estudios de Geopolítica y Seguridad de Lituania, en conversación con EL ESPAÑOL.
“Para el sistema de distribución –especialmente en los hogares del campo o en pueblos pequeños–, una medida que ayudaría en tiempos de problemas con el sistema eléctrico es la descentralización de la red con la ayuda de las energías renovables”, apunta el analista.
“España es única en el sentido de que es el país europeo más adecuado para la expansión de la energía solar, que es la principal vía para que los hogares se conviertan en productores”, explica Rimutis. “Combinado con tecnologías de baterías, esto permitiría que al menos algunos consumidores pequeños pudieran cubrir sus necesidades eléctricas en casos como el reciente apagón general del sistema o apagones locales, como los provocados por desastres naturales”.
“También sería beneficioso que el Estado –y recomendable para los particulares– dispusiera de reservas de generadores eléctricos. La ayuda a Ucrania en forma de generadores fue y sigue siendo muy importante para mantener los servicios críticos”, añade el experto.
“En cuanto al sistema eléctrico a gran escala y las grandes fábricas o ciudades conectadas a él, el problema es más complejo. En primer lugar, es importante asegurarse de que el sistema tenga una buena combinación de energías renovables y generadores estables. En segundo lugar, los activos de flexibilidad son extremadamente importantes –almacenamiento con baterías a escala de red, consumo y almacenamiento flexibles de generación renovable–. Esto es importante no solo para mantener precios eléctricos adecuados, sino también para la eficacia y seguridad del sistema”, subraya.
“En tercer lugar, es clave invertir en la red de transmisión, construir respaldos y otras medidas de seguridad. Vinculado a esto está la interconectividad con los sistemas eléctricos vecinos. España tiene pocas interconexiones para un sistema eléctrico de tal tamaño, algo también señalado por la UE”, profundiza Rimutis. “En el caso de Ucrania, las conexiones con los sistemas de otros países ayudaron a mantener algo de funcionamiento de la red en los peores momentos”.
“Las interconexiones eléctricas son una de las mejores formas de gestionar el sistema eléctrico, haciéndolo flexible, ya que permiten utilizar de forma eficaz un sistema mucho más amplio que el propio incluso para fluctuaciones rápidas de oferta y demanda. Cuando hay riesgo de fallo en la red eléctrica, como el que acabáis de experimentar, una interconectividad adecuada ayudaría a restablecer el suministro o incluso evitar por completo un apagón gracias a la asistencia de otros países, muy probablemente Francia, en el caso de España”, zanja el especialista.
Pero los problemas persisten
“Ucrania ha respondido al daño y la destrucción con reparaciones rápidas, mejoras y la construcción de nuevas instalaciones”, apunta, por su parte, Prokip. “Desde el primer día en que Rusia lanzó su invasión a gran escala, Ucrania ha acelerado su integración en el mercado energético europeo e implementado reformas clave. En lugar de ser el talón de Aquiles de Ucrania, el sector energético ha demostrado ser, después de tres años de guerra, una línea vital de su defensa”.
“Sin embargo, persisten muchos problemas”, advierte el director del Programa de Energía del Ukrainian Institute for the Future. “La infraestructura dañada y la mayor dependencia de las importaciones han elevado los precios de la electricidad. En 2024, los precios para los clientes industriales aumentaron en un tercio, mientras que las tarifas para los hogares se dispararon un 63%. Los mercados energéticos están endeudados y con pagos atrasados, limitando severamente la capacidad de las empresas energéticas para mantener y reparar la infraestructura existente mientras también expanden la generación de energía con instalaciones más modernas y eficientes”.