La última interconexión eléctrica entre Francia y España inaugurada en 2015 entre Santa Llogaia y  Baixàs

La última interconexión eléctrica entre Francia y España inaugurada en 2015 entre Santa Llogaia y Baixàs Comisión Europea

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La escasez de interconexiones eléctricas con la UE, principal eslabón débil de la red española: Francia se resiste a ampliarlas

El nivel de interconexión de España apenas asciende al 4,2%, frente al objetivo del 15% que la UE se ha fijado para 2030.

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¿Una mejor interconexión eléctrica entre la Península Ibérica y el resto de la Unión Europea habría evitado el gran apagón del lunes o permitiría al menos acelerar la recuperación? A la espera de que se establezcan las causas concretas del masivo corte de luz, los expertos de Bruselas todavía no tienen una respuesta categórica a esta pregunta. "Lo que está claro es que una Unión más integrada e interconectada es algo que permitiría reforzar nuestra seguridad de suministro. Este es un principio que sigue siendo válido independientemente de cuáles sean los motivos que hayan provocado lo ocurrido en la Península Ibérica", explica la portavoz del Ejecutivo comunitario, Paula Pinho.

La Comisión de Ursula von der Leyen fue la primera en descartar este lunes que la causa del gran apagón haya sido un ciberataque o cualquier otro tipo de boicot, aunque ha eludido pronunciarse sobre el origen del problema. "La investigación sobre el apagón que afectó a España y Portugal el 28 de abril parece apuntar a un problema técnico más que a un ciberataque", ha explicado a EL ESPAÑOL un portavoz de ENISA, la agencia comunitaria de ciberseguridad. "ENISA está siguiendo de cerca la situación y coordinándose con las autoridades pertinentes a nivel nacional y de la UE para evaluar mejor la situación", ha agregado.

Al tratarse de un incidente grave (Bruselas prevé que se clasifique como nivel 3, en una escala del 0 al 3), la legislación de la UE obliga a elaborar dos informes de evaluación. El primero corresponde a las autoridades españolas, que disponen de un plazo de tres meses para enviar a Bruselas un estudio sobre las causas, el impacto y las mejoras necesarias en el funcionamiento de la red eléctrica que se hayan identificado durante la investigación.

Mapa de interconexiones eléctricas en España

Mapa de interconexiones eléctricas en España Comisión Europea

El segundo informe lo elaborará un panel de expertos independientes compuesto por miembros de los operadores de las redes eléctricas (TSO) de los Estados miembros. El jefe tiene que venir de un Estado miembro no afectado por el apagón, pero también habrá representantes de España, Portugal, Francia y cualquier otro país que quiera sumarse. También se invitará a participar a la Agencia de Cooperación de Reguladores de la Energía (ACER) y a los reguladores nacionales afectados.

El informe técnico final deberá presentarse en un plazo de seis meses y no debe centrarse únicamente en las causas del apagón masivo, sino que también tendrá que extraer las lecciones necesarias, con propuestas para mejorar la resiliencia del sistema eléctrico europeo.

Lo cierto es que la escasez de interconexiones eléctricas con la UE sigue siendo ahora mismo el eslabón débil de la red española. La Península Ibérica ha sido reconocida por la propia Comisión como una "isla energética", ya que la ratio de interconexión eléctrica en España se situó en el 4,2% de la capacidad instalada de generación en 2024, según los datos de Bruselas. Una cifra que está muy lejos del objetivo de al menos el 10% para 2025 y al menos el 15% para 2030.

El Ejecutivo comunitario sostiene que al apoyar la construcción de nuevas infraestructuras, la UE está poniendo fin al aislamiento energético del suroeste de Europa. Sin embargo, los esfuerzos de Bruselas han chocado hasta ahora con las reticencias de Francia, que desde siempre arrastra los pies cuando se trata de interconexiones con la Península Ibérica, en particular en materia de electricidad. "Se necesita hacer más", resaltan fuentes comunitarias.

Mediante la 'declaración de Madrid' de 2015, la Comisión impulsó un Grupo de Alto Nivel sobre Interconexiones para el Suroeste de Europa, cuyo objetivo es integrar mejor los mercados energéticos de la Península Ibérica con el resto de Europa. Está formado por representantes del propio Ejecutivo comunitario, así como de los ministerios competentes de Francia, España y Portugal, así como operadores de sistemas de transmisión y autoridades reguladoras nacionales.

Sin embargo, la última interconexión eléctrica entre Francia y España, la línea de muy alta tensión entre Santa Llogaia y Baixàs, se inauguró precisamente en 2015 tras numerosos retrasos y polémicas por su impacto ambiental, y duplicó la capacidad hasta los 2.800 MW. Para otoño de 2025 se espera que se concluya el nuevo proyecto entre España y Portugal (Ponte Lima-Vila Nova Famalicão-Recarei y Beariz-Fontefría), que aumentará el nivel actual de capacidad de interconexión a 3,2 GW.

El siguiente proyecto que ya está en construcción es el cable eléctrico submarino a través del Golfo de Vizcaya, que se espera que entre en funcionamiento en 2028. La infraestructura -que acumula ya un lustro de retraso e importantes sobrecostes hasta alcanzar los 2.400 millones de euros- duplicará la capacidad de interconexión entre Francia y España hasta alcanzar los 5.000 MW cuando se complete (el equivalente a 5 millones de hogares). "Será una contribución muy significativa a la plena integración de toda la Península Ibérica en el mercado interior de la electricidad de la UE", sostienen fuentes comunitarias. Bruselas ha subvencionado el proyecto con 578 millones de euros.

Para aumentar aún más la capacidad de conexión eléctrica entre Francia y España, el Ejecutivo comunitario quiere impulsar otros dos interconectores a través de los Pirineos: uno entre Navarra y Landes y el otro entre Aragón y Atlantic PyreneesLas dos infraestructuras -que figuran en la lista de proyectos de interés común de la UE- tienen un coste estimado de 1.200 millones de euros cada una y juntas aumentarían la capacidad de interconexión entre España y Francia hasta los 8.000 MW. Pero el Gobierno de París ya ha dicho que no está por la labor de desarrollar estos proyectos y se planta de momento en el cable submarino del Golfo de Vizcaya.

En un informe publicado el año pasado, la Comisión de Regulación de la Energía de Francia (CRE) alega que "hay que abordar los diferentes proyectos unos tras otros, dando prioridad a la finalización del proyecto del Golfo de Vizcaya".

"En este momento, los análisis coste-beneficio realizados no han demostrado que los beneficios aportados por los proyectos adicionales (en referencia a los dos interconectores eléctricos a través de los Pirineos) superen a los costes, en particular debido a los importantes costes de congestión en la red francesa, las significativas necesidades de refuerzo de las redes ascendentes y los grandes problemas de aceptabilidad a nivel local", sostiene el informe de la CRE.

En el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima remitido a Bruselas el año pasado, el ministerio de Transición Ecológica admite en cierto modo su derrota y señala que "en la actualidad estos proyectos se encuentran todavía en fase de definición y se prevé su puesta en servicio en un horizonte posterior al año 2030". De hecho, los dos interconectores a través de los Pirineos figuraban ya en la declaración de Madrid de 2015 y no está claro que vayan a construirse nunca por las reticencias de Francia. A la Península Ibérica todavía le quedan bastantes años para librarse de su condición de "isla energética".