El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su última reunión en enero en Madrid

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su última reunión en enero en Madrid OTAN

Europa

Sánchez aún confía en llegar al 2% en defensa este año si la OTAN acepta incluir otras partidas como el terrorismo

El Gobierno debe presentar su nuevo plan a la Alianza Atlántica antes de la cumbre de La Haya del 24 y 25 de junio.

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Al final el jefe de la OTAN no andaba del todo desencaminado, pese a las protestas de Moncloa por reventarle el anuncio. En una conferencia la semana pasada en Varsovia, el holandés Mark Rutte aseguró que "España quiere llegar al 2% (del PIB en inversión en defensa) este verano". Una afirmación que fue enérgicamente desmentida por el Gobierno de Pedro Sánchez, que sigue sin concretar en público su nuevo calendario para acelerar el gasto militar por la falta de apoyos entre sus socios.

Pese a ello, el Gobierno de Sánchez todavía confía en alcanzar el objetivo del 2% este año sin tener que hacer un esfuerzo desproporcionado. La meta estaría al alcance de la mano si la Alianza Atlántica acepta las demandas de España para ampliar la definición de gasto militar, incluyendo otras partidas que ahora mismo no computan, como las dedicadas a la lucha contra el terrorismo, según han explicado fuentes aliadas.

Hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el plan oficial de Sánchez era llegar al 2% de aquí a 2029. Sin embargo, el presidente del Gobierno se ve ahora obligado a revisar el calendario a raíz de las presiones recibidas por la UE, la OTAN o el propio presidente de Estados Unidos. "Anticipadamente, muy anticipadamente al 2029, cumpliremos con nuestros compromisos", ha dicho este martes en Lisboa la ministra de Defensa, Margarita Robles

Sánchez ya ha intentado una maniobra similar en la Unión Europea: reclamar que se compute también como inversión en defensa el gasto dedicado a la ciberseguridad, la protección de las fronteras o incluso a las infraestructuras para amortiguar el impacto del cambio climático. Sin embargo, hasta ahora sus esfuerzos no se han traducido en ningún resultado. "Debemos evitar que todo se convierta de repente en defensa", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Valdis Dombrovskis.

Ahora el Gobierno español ha presentado las mismas reivindicaciones en la OTAN, haciendo hincapié en la lucha antiterrorista. Su argumento es que la nueva doctrina militar de la Alianza, que se aprobó en la cumbre de Madrid en junio de 2022, reconoce el terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, como una de las principales amenazas directas a la seguridad de los ciudadanos y a la paz y la prosperidad internacionales, sólo por detrás de Rusia.

Sin embargo, la OTAN no está teniendo en cuenta de forma suficiente los recursos financieros asignados a la lucha antiterrorista a la hora de calcular el gasto en defensa, sostiene la delegación española. Según las tesis de Madrid, deberían computarse, entre otras partidas, los salarios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que tienen como tarea principal la lucha contra el terrorismo.

Los resultados de los esfuerzos de Sánchez para ampliar la definición de gasto militar se verán cuando la OTAN publique sus nuevas cifras sobre inversión en defensa. Ahora mismo, la Alianza sitúa a España como farolillo rojo entre los 32 Estados miembros, ya que con el concepto actual sólo destinó el 1,28% en 2024, muy lejos del objetivo del 2% que se estableció en la cumbre de Gales de 2014. Los cálculos actualizados se esperan para junio, en las semanas previas de la cumbre de La Haya del 24 y 25 de junio.

En paralelo a esta negociación, Sánchez tiene que presentar a sus aliados su nuevo plan para acelerar el gasto militar, que se espera en Bruselas entre finales de abril y principios de junio. En todo caso, el Gobierno español debe mover ficha sobre el 2% antes precisamente de la cumbre de la Haya, porque allí los aliados tienen previsto aprobar un nuevo objetivo mucho más elevado de inversión en defensa.

El presidente de Estados Unidos ha propuesto que sea el 5%, pero en el cuartel general de la OTAN descartan que vaya a pactarse una cifra tan alta. La apuesta en el cuartel general de la Alianza Atlántica es que la nueva meta de gasto militar se situará entre el 3% y el 3,5% del PIB.

Aunque es el farolillo rojo, España no está sola en su incumplimiento del objetivo vigente del 2%, que según el calendario pactado en Gales todos los aliados deberían haber alcanzado en 2024. Otros aliados muy importantes como Italia (1,49%) o Canadá (1,37%) también están lejos de la meta y tienen dificultades para cumplir a corto plazo, señalan las fuentes consultadas.

El Gobierno de Sánchez esgrime además que respeta de sobra los otros dos objetivos que se pactaron en Gales: que al menos el 20% del gasto en defensa se destine a inversión en equipamiento, y que los Estados miembros contribuyan a las diferentes misiones y operaciones de la OTAN. Ahora mismo, España tiene tropas en Turquía, Irak, Eslovaquia o Rumanía, además de participar en la policía aérea del Báltico.

El incremento del gasto en defensa será uno de los temas centrales de la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN que se celebra en Bruselas los días 3 y 4 de abril, en la que participará por primera vez el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio. Los aliados esperan que Rubio confirme el compromiso de EEUU con la cláusula de defensa colectiva de la Alianza Atlántica, en un momento en que la administración Trump da señales crecientes de que se desentiende de la seguridad de Europa y quiere pactar con Rusia.