El líder de la Legión Georgiana, Mamuka Mamulasvili.

El líder de la Legión Georgiana, Mamuka Mamulasvili. María Senovilla Ucrania

Europa

Mamuka, líder de la Legión Georgiana de Ucrania: "En Bucha vimos niños atados y violados"

"La guerra en Ucrania no va a acabar mientras haya dependencia de la energía rusa por parte de Alemania y Francia".

3 julio, 2023 02:47

Recibió a las tropas rusas 'a porta gayola' en Hostómel el día que comenzó la invasión a gran escala, y su papel allí probablemente evitó que tomaran Kiev en tres días, como prometió Putin. Asegura que su vida es una gran guerra en la que lleva luchando desde los 14 años, cuando los rusos le hicieron prisionero mientras invadían su país, Georgia. Estuvo en cautiverio tres meses, y no considera que le hayan quedado traumas psicológicos, pero físicamente vivió en primera persona las torturas que son capaces de perpetrar los rusos –a quienes considera terroristas–.

Mamuka Mamuslavili es un líder carismático. Uno de esos hombres a los que respetan por igual los gobernantes de despacho y sillón, y los soldados que luchan a sus órdenes y cruzan las líneas rusas en Ucrania en misiones casi suicidas. "Cuando Mamuka está cerca, sabes que todo va a salir bien" dicen –con absoluta devoción– los integrantes de la Legión Georgiana.

Mamuka es el comandante en jefe de esta unidad de combatientes voluntarios –la más antigua y numerosa de Ucrania–, que aglutina soldados de 33 nacionalidades y que él mismo fundó en 2014, para luchar contra Rusia. Él ha consagrado su vida a luchar contra Rusia, y su reputación le precede: desde el lado ucraniano recibió la "Orden del Mérito del Héroe Nacional"; desde el lado ruso, le llaman asesino despiadado. Mamuka sonríe cuando se lo recuerdas: además de liderar la Legión Georgiana, es experto en propaganda rusa, y conoce bien sus narrativas.

El líder de la Legión Georgiana, Mamuka Mamulasvili.

El líder de la Legión Georgiana, Mamuka Mamulasvili. María Senovilla Ucrania

Asegura que las ansias expansionistas de Rusia nunca se han apagado. Georgia las sufrió hace 15 años, ahora le toca el turno a Ucrania, y después seguirán invadiendo otros territorios si no se les para de una forma contundente.

Al país de Zelenski le une la lucha contra este enemigo común, pero también la gratitud de saber que los ucranianos fueron los únicos que apoyaron a Georgia en su guerra contra Rusia. Igual que ahora existe la Legión Georgiana en Ucrania, los ucranianos crearon su propio batallón para luchar al lado de los georgianos. Y Mamuka no lo olvida.

La Legión Georgiana es el cuerpo de combatientes voluntarios más numeroso y antiguo de Ucrania.

La Legión Georgiana es el cuerpo de combatientes voluntarios más numeroso y antiguo de Ucrania. María Senovilla Ucrania

PREGUNTA.– ¿Por qué vino a luchar a Ucrania, a una guerra que no es suya?

RESPUESTA.– Para entender por qué los georgianos están en esta guerra, hay que entender lo que es, en esencia, Rusia: es uno de los últimos países bárbaros que quedan en el mundo, no entienden ni respetan las vías diplomáticas, el único lenguaje que entienden es el de las armas. Las personas que hemos luchado o estamos luchando contra Rusia lo hacemos para defender la democracia en los países que ataca.

Rusia, como vecino, es incapaz de mantener la paz y convivir con otros países. La Rusia actual, como país, como cultura, es incapaz de convivir en paz. Y yo creo que dada la amalgama de regiones que hay hoy dentro de la Federación Rusa, también es difícil que mantengan la paz interna, creo que acabarán partiéndose desde dentro.

La libertad y la democracia, tanto en Ucrania como en Georgia, dependen hoy de una posible anexión a la Unión Europea y de la entrada en la OTAN. Pero aún así, hasta que no se produzca una disolución de la Rusia actual, no está garantizada la paz.

Para mí, la de Ucrania no es una guerra diferente a la de Georgia; es la misma guerra. Llevo luchando en una gran guerra desde los 14 años.

Con la experiencia que tiene, de la guerra de Georgia y la forma de actuar de Rusia, imagino que usted sí anticipó que el Kremlin era capaz de invadir Ucrania.
Creo que el resto de Europa aún no es consciente de lo que es Rusia, de su falta de palabra. Pero para mí es fácil anticipar lo que van a hacer, porque llevan 300 años actuando igual.

Ya lo hicieron en mi país, en 2008, pero esa guerra no tuvo la cobertura mediática que está teniendo la de Ucrania. ¿Tú recuerdas haber visto la guerra de Georgia por la tele cómo estamos viendo ésta? El mundo no supo nada de nosotros, pero nosotros si supimos cómo era Rusia.

P.– ¿Está dolido de que Europa no prestara a Georgia el apoyo y la atención mediática que sí estamos prestando a ucrania?

R.– No me da rabia, pero no me hace feliz porque fue una guerra en la que murió mucha gente. Fue tremendamente injusto para un país tan pequeño como Georgia, incluso hubo políticos que señalaron que nosotros mismos empezamos la guerra. En aquel entonces ya había políticos europeos que dependían de Rusia, o que incluso estaban a sueldo de Rusia, y silenciaron esa guerra. Hoy vemos las consecuencias de estos lobbies también en Ucrania: muchos políticos dependen de Rusia y la economía de algunos países depende de Gazprom. Rusia genera corrupción.

Y los políticos corruptos de Alemania y Francia fueron los primeros que negaron la entrada la Georgia y Ucrania a la Unión Europea en su día, y lo hicieron por su dependencia de Rusia. Las consecuencias de sus actos las estamos viendo ahora. La guerra de Ucrania no va a terminar mientras Alemania y Francia sigan dependiendo de la energía de Rusia.

Mamuka fue capturado por los rusos cuando tenía 14 años, durante la guerra de Georgia, quienes lo torturaron.

Mamuka fue capturado por los rusos cuando tenía 14 años, durante la guerra de Georgia, quienes lo torturaron. María Senovilla Ucrania

P.– Usted llevaba ocho años luchando en Ucrania cuando comenzó la invasión a gran escala.

R.– Sí, llegué a Ucrania en abril de 2014, que fue cuando fundé la Legión Georgiana. No sé si esto es bueno o malo, pero cuando atacaron a Georgia solamente nos ayudó Ucrania. Y este es uno de los motivos por los que estamos hoy aquí, y por los que somos, además, una unidad tan numerosa, porque hay muchos georgianos que también han venido a devolver la ayuda.

P.– Cuando comenzó la invasión rusa a gran escala, ustedes lucharon en Hostómel, una de las batallas más épicas que se libraron en esos primeros compases de la guerra. ¿Realmente ustedes impidieron que los rusos tomaran Kiev?

R.– Para mí fue un día más en la batalla. Mi batallón fue movilizado hacia esa zona y fuimos los primeros en llegar hasta Hostómel. Allí recibimos a los rusos el 24 de febrero. En cuanto a si fue o no tan relevante, prefiero que eso lo juzguen los historiadores, pero te diré que yo estoy feliz de que fuera la Legión Georgiana la que recibió a los rusos en primera línea.

P.– ¿Pensó que Zelenski iba a resistir como lo ha hecho?

R.– Para mí, Zelenski ha librado bien todas las batallas políticas. Él ha hecho lo que tenía que hacer, ha hecho su trabajo: se ha quedado en el país. Y, además, se ha rodeado de un buen equipo para hacer frente a esta guerra. Por otra parte, gracias a él, los batallones georgianos también se quedaron en Ucrania.

P.– Y el Ejército ucraniano, ¿también está preparado para resistir?

R.– El Ejército ucraniano se ha convertido en uno de los ejércitos más potentes de Europa, en parte forzados por los 9 años de guerra que llevan ya, pero lógicamente siguen aprendiendo.

En cambio el Ejército ruso ha perdido a la mayor parte de sus cuerpos de élite, los que realmente estaban preparados, durante los primeros meses de la guerra. Ahora sólo quedan los Wagner y los efectivos que han movilizados de manera forzosa, que tienen poca preparación.

P.– ¿Cree que Ucrania ha cometido algún error, a nivel militar, en los últimos 16 meses?

R.– Si hubiera cometido algún error grave, ahora mismo nosotros no estaríamos hablando tranquilamente en Kiev. Y de los errores menos graves que se han cometido en estos nueve años de guerra, se ha aprendido. Ucrania ha trabajo mucho en sus errores.

P.– ¿Qué aporta la Legión Georgiana al Ejército ucraniano?

R.– En primer lugar, es la legión internacional más grande que lucha hoy aquí. En segundo lugar, es un ejército profesional muy bien preparado y con experiencia en otras guerras. Y en tercer lugar, pero igual de importante, está la parte empática: les dejamos claro que no están solos, y eso moralmente es muy importante. Nosotros también lo sentimos cuando ellos vinieron a ayudarnos a Georgia.

P.– ¿Cuántos son y cómo están integrados en la estructura de las Fuerzas Armadas ucranianas?

R.– Somos 2.000 aproximadamente y tenemos un contrato firmado con el Ministerio de Defensa de Ucrania, que es quien nos paga el salario. Nosotros nos dedicamos a realizar operaciones especiales, y formamos parte de la Inteligencia Militar ucraniana. Operamos en grupos que tienen capacidad para integrarse con el batallón ucraniano que nos necesite.

P.– ¿Cómo ve el curso de la contraofensiva ucraniana en estos momentos?

R.– Veo muy buena dinámica en la contraofensiva, pero Ucrania necesita más armas. Europa y el mundo no deben pensar que la guerra está en su recta final: la guerra acaba de empezar, y necesitan muchas más armas para poder avanzar hacia ese final.

P.– Hay canales de Telegram donde le acusan de defender las torturas a los prisioneros rusos, ¿Usted está a favor de torturar soldados rusos?

R.– [Ríe mientras le traducen la pregunta] Es propaganda rusa, publicada en canales pro rusos que llevan años fabricando esos relatos y fake news sobre la Legión Georgiana. Por cierto, yo imparto clases sobre la propaganda rusa en Estados Unidos. Soy experto en cómo funcionan.

P.– ¿Qué es lo más doloroso que ha visto en esta guerra?

R.– Es difícil resaltar sólo una cosa, pero la desocupación de Bucha fue durísima para los soldados: encontrar niños atados y violados, civiles ejecutados... y sentir que no habíamos llegado a tiempo.

P.– Lleva viviendo aquí nueve años, supongo que ya considera que Ucrania es su hogar, ¿esté será su hogar también después de la guerra?

R.– No, no me quedaré. Estaremos aquí hasta que acabe la guerra y todas las ciudades sean desocupadas, pero luego nos marcharemos a seguir luchando en otros lugares en los que Rusia siga haciendo lo mismo. Porque Rusia seguirá haciendo lo mismo. Es un Estado terrorista, político y social, y no se detendrá.