Multitudinaria manifestación en París contra la reforma de las pensiones de Macron

Europa

Protesta masiva en Francia para seguir jubilándose a los 62 años: Macron se empeña en los 64

Más de dos millones de personas desfilaron en las 220 marchas pero el presidente de Francia defiende "su reforma justa y responsable".

20 enero, 2023 03:43

Primer asalto contra la reforma de la jubilación de Emmanuel Macron. Los ocho sindicatos se movilizaron este jueves masivamente. Más de dos millones de personas desfilaron en las 220 manifestaciones, según el sindicato CGT. En París, la asistencia obligó a desdoblar el cortejo que, según la misma fuente, superó las 400.000 personas. El Gobierno rebaja la participación a 1.120.000 manifestantes, 80.000 en la capital.

La protesta incluía huelgas en sectores clave de los servicios públicos donde los sindicatos tienen gran arraigo. Y cuyos empleados se verán afectados por la supresión de sus regímenes especiales de jubilación. Así, en los transportes parisinos (RATP) el tráfico estuvo muy alterado. En la SNCF -la Renfe francesa- faltó al trabajo el 46% de sus empleados. En las refinerías de Total, el paro superó el 70%.

Sin embargo el paro no fue generalizado ni en la educación pública (entre 65 y 80% según los sindicatos, entre 34 y 42% según el ministerio) ni entre los funcionarios del Estado donde no se presentó al trabajo el 30% de sus 2,5 millones.

Seguramente eso ha incitado a las centrales sindicales a la hora de decidir la continuidad del movimiento. La próxima jornada nacional de manifestaciones ha sido fijada para el 31 de enero, cuando el núcleo más duro pretendía convocar la próxima semana. De aquí a entonces, los sindicatos programarán, sin duda, nuevos paros en los sectores estratégicos donde los radicales son muy poderosos. Pero la estrategia sindical parece querer aguantar el pulso al Gobierno con jornadas de grandes manifestaciones sin agotar a los trabajadores con una huelga de seis semanas como en 2019.

La reforma de Macron

Frente a la presión de la calle, la firmeza del Gobierno: Macron dijo este jueves que su reforma es “justa y responsable” y que la llevara a cabo con “respeto y espíritu de diálogo pero también con determinación y responsabilidad”. El presidente habló en Barcelona donde participó en la cumbre hispano francesa.

Macron y varios ministros jugaron a ser exquisitos. “Es bueno y legitimo que todas las opiniones puedan expresarse” dijo el presidente. Sabe que si él tiene la legitimidad política para sacar adelante su reforma, los sindicatos tienen el respaldo de la calle y el de la opinión pública, puesto que todos los sondeos señalan la oposición mayoritaria a trabajar más allá de los 62 años.

Hay que destacar la ausencia de incidentes en las manifestaciones. La excepción tuvo lugar en Paris, donde se produjeron algunos saltos de los black bloc de ultra izquierda que causaron destrozos antes de ser neutralizados por las brigadas móviles de la policía.

Gran movilización

La jornada del jueves debe compararse con la del 5 de diciembre de 2019, cuando se manifestaron entre millón y medio de personas, según el recuento sindical y 806.000, según Interior. Ayer los sindicatos demostraron una mayor capacidad de movilización. Para encontrar cifras parecidas hay que remontarse a diciembre de 1995. El primer ministro de la época, Alain Juppé, tuvo que abandonar su proyecto de acabar con los regímenes especiales tras un mes de huelga. Nadie volvió a intentar reformar el sistema de privilegios hasta Macron.

En 2019 la reforma no tenia por objetivo retrasar la edad de jubilación sino acabar con los 42 regímenes especiales. La respuesta sindical se tradujo en manifestaciones semanales y en una huelga que dejó a Francia sin trenes y a París sin metro desde el 3 diciembre hasta bien entrado el 2020. La SNCF (la Renfe francesa) perdió 801 millones de euros en 2019, de los que la huelga en diciembre supuso 614. El conflicto costó al transporte público parisino (RATP) unos 200 millones, según cálculos de Les Echos.

Pese a esa fuerte oposición de la calle, el Gobierno que encabezaba Édouard Philippe logró que la Asamblea Nacional aprobara el proyecto… y entonces llegó la pandemia de la Covid. Y Macron prefirió abandonar su reforma sin que completara el trámite parlamentario.

Edad de jubilación

De entonces a ahora, la reforma, que será aprobado en el Consejo de Ministros del 23 de enero, ha evolucionado. Esta vez sí cambia la edad legal de la jubilación que aumentará de los 62 años actuales hasta los 64 en 2030, a razón de tres meses por año. Para lograr la pensión completa será necesario haber cotizado 43 anualidades. Esto ya estaba previsto desde la ley Touraine, del nombre de la ministra socialista que firmó el proyecto de 2014. Pero el actual Ejecutivo acelera el proceso: debía completarse en 2035; ahora, será en 2027.

El Gobierno retoma del proyecto de 2019 la fusión en el régimen general de los "principales" regímenes especiales y sus condiciones particulares de jubilación que, según el gobierno “no están ya justificados a los ojos de los franceses (…) ni se adaptan a la realidad”. Será el caso de los transportes de la capital (RATP) donde los conductores de bus se jubilan varios años antes que sus colegas de otras ciudades; del grupo público de electricidad (EDF) y de gas (GDF); del Banco de Francia; del Consejo Económico y Social y de los empleados de las notarías.

Salvan sus regímenes autónomos los abogados, los marinos así como los artistas de la Comédie Française y la Opéra de Paris, cuyos estatutos son anteriores a la Revolución Francesa y han sobrevivido a todos los cambios políticos desde la monarquía. En 2019, el Gobierno incluyó a los empleados de estas dos instituciones que respondieron sumándose a la huelga lo que obligó a suspender 70 espectáculos con una merma de ingresos de 15 millones.

El objetivo de la reforma es llevar "el sistema al equilibrio en 2030" evitando que "los déficits sumen 150.000 millones de euros" si se mantiene el statu quo actual, dijo la primera ministra, Elisabeth Borne, al presentar el proyecto gubernamental. "Cada euro cuenta para un Estado que tiene una deuda de tres billones de euros", remachó el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire.

Los ahorros del sistema servirán para financiar la revalorización de las pensiones más bajas hasta los 1.200 euros brutos al mes. También cubrirán el costo de dejar jubilarse a los 62 años a los que empezaron a trabajar entre 18 y 20 años así como los afectados por invalidez.

Políticamente, la principal diferencia es que Macron llevaba en su programa de reelección el aumento de la edad de jubilación mientras que en 2017 no era así. Ayer, en Barcelona, Macron recordó que "hay que decir las cosas cuando se adoptan las decisiones democráticas", que presentó "claramente" su proyecto, que fue "validado" en las presidenciales y en las legislativas del pasado verano.

De hecho, el programa de Macron retrasaba la jubilación hasta los 65 años. La rebaja hasta los 64 años es una concesión a Los Republicanos (derecha clásica) cuyos votos son necesarios porque, al contrario que en la anterior legislatura, el Gobierno no dispone de mayoría absoluta en la Asamblea. Aunque entre los diputados de la derecha abunda la desconfianza frente a Macron, parece difícil que no apoyen una reforma que vienen exigiendo notoriamente en el Senado, donde tienen mayoría, y que figuraba en el programa de su candidata a la presidencia de la República, Valérie Pécresse.

El argumento de Macron -"estaba en mi programa y fui reelegido"- es contestado por el Laurent Berger, lider del sindicato mayoritario y moderado CFDT, el único que pidió el voto para Macron. Al día siguiente de la victoria en las urnas, Berger pidió en una tribuna en Le Monde a Macron que escuchara a quienes “le votaron” pero “no comparten su programa”.

Además de la calle, el Gobierno tiene en contra al resto de fuerzas de la Asamblea Nacional. No sólo la coalición de izquierdas (Insumisos, comunistas, socialistas y ecologistas) sino también la extrema derecha de Marine Le Pen.

"Creo que el Gobierno ha perdido ya una batalla, la de convencer a la gente", declaró Jean-Luc Mélenchon, líder de los Insumisos, en la manifestación de Marsella. "Esta reforma no tiene sentido y Emmanuel Macron no aguantará", vaticinó.