Un grupo de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia

Un grupo de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia Reuters

Europa

La UE ultima represalias contra Bielorrusia en la "crisis de seguridad más compleja en años"

Bruselas reclama al régimen de Lukashenko que no utilice el gas en su "ataque híbrido" contra Europa.

12 noviembre, 2021 02:40
Bruselas

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"La situación actual constituye la crisis de seguridad más compleja para nuestra región, la OTAN y la Unión Europea en muchos años". Este es el alarmante diagnóstico que hacen los países bálticos del ataque migratorio orquestado por Bielorrusia en su frontera con Polonia. Las maniobras de presión del régimen de Alexandr Lukashenko "aumentan la posibilidad de provocaciones y de incidentes graves que podrían extenderse al ámbito militar", han avisado los ministros de Defensa de Letonia, Lituania y Estonia en un comunicado conjunto.

La guerra híbrida que libra Bielorrusia contra la UE ha vuelto a subir de temperatura con la amenaza de Lukashenko de cortar el gas si Bruselas sigue adelante con sus planes de imponer una nueva ronda de sanciones económicas. Un movimiento que agravaría la escalada de precios energéticos que están sufriendo los países europeos, y que amenaza la recuperación pospandemia.

"Nosotros suministramos calefacción a Europa y ellos nos amenazan con cerrar la frontera. ¿Qué pasa si bloqueamos el tránsito de gas natural? Yo recomendaría a los líderes de Polonia y de Lituania y a otra gente sin cerebro que se lo piensen bien antes de abrir la boca", ha dicho Lukashenko según la agencia bielorrusa Belta.

"El gas es un recurso de primera necesidad y no debe utlizarse como un arma geopolítica, como tampoco los seres humanos deben utilizarse como armas geopolíticas", ha resaltado la portavoz del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en respuesta a las amenazas de Lukashenko. Alrededor del 40% del gas que consume la UE procede de Rusia y una quinta parte del mismo atraviesa el territorio de Bielorrusia con el gaseoducto Yamal-Europa, según los datos del diario Financial Times.

"Asuntos como el suministro energético, como la emigración irregular, no deben usarse nunca como un arma política", ha dicho en Bruselas el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Un corte del gas por parte de Bielorusia no tendría impacto en España puesto que Argelia, nuestro principal proveedor, ha dado todo tipo de garantías de que mantendrá el suministro, ha destacado Albares. Eso sí, considera que las propuestas españolas, como la compra conjunta de gas, son ahora más necesarias que nunca.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. Reuters

La amenaza de Lukashenko se produce después de que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, confirmara en Washinton que la UE ultima la quinta ronda de sanciones contra Bielorrusia. Una ronda que estará coordinada con Estados Unidos y que incluirá a las compañías aéreas que transportan migrantes a Minsk. Los ministros de Asuntos Exteriores de los 27 ultimarán los detalles en su reunión del próximo lunes.

El apoyo del Kremlin

Por segundo día consecutivo, el Kremlin ha enviado bombarderos con capacidad nuclear para patrullar la frontera de Bielorrusia. "Debemos vigiar constantemente la situación en la frontera. No nos preocupan las críticas. Sí, esos son bombarderos capaces de portar armas nucleares. Pero no tenemos otra salida", sostiene el dictador bielorruso.

Los líderes europeos señalan a Vladimir Putin como patrocinador de los ataques de Minsk. El presidente ruso ha vuelto a hablar por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel. Pero de nuevo se ha negado a presionar a Lukashenko: Bruselas debe hablar directamente con Minsk para resolver los problemas. Putin se ha quejado además de "las provocaciones peligrosas y desestabilizadoras de las fuerzas armadas de Estados Unidos y otros países de la OTAN en el Mar Negro".

La UE acusa a Lukashenko de llevar a cabo un "ataque híbrido" con migrantes. Según Bruselas, Bielorrusia utiliza sus embajadas y otros canales oficiales en una treintena de países del mundo (en particular de Oriente Próximo) para "invitar" a sus ciudadanos a volar a Minsk -a cambio, eso sí, de "mucho dinero"- con la promesa de que se trata de una forma "fácil y segura" de entrar en la UE. Una vez en la capital, fuerzas militares los trasladan a la frontera con Polonia y ya no les dejan volver atrás.

"Es una operación absolutamente medida que se basa en un engaño, y ese engaño produce pingües beneficios a mucha gente: hay cónsules de Bielorrusia que tienen agencias de viajes; el viernes por la mañana son cónsules y por la tarde venden billetes. Está ganando mucho dinero mucha gente, y ciertamente tenemos que cortar este flujo", ha explicado Borrell durante una comparecencia en la Eurocámara.

El jefe de la diplomacia europea pone el ejemplo de una aerolínea ligada a un oligarca primo del dictador sirio Bashar al Asad, que hasta el momento se dedicaba a transportar las tropas de la organización paramilitar rusa Grupo Wagner. "Ahora ha encontrado una actividad aparentemente más lucrativa: en una semana ha hecho veinte rotaciones entre Damasco y Bielorrusia y tiene vendidos todos sus billetes para los próximos vuelos", apunta Borrell.

Precisamente, uno de los vicepresidentes de la Comisión, el griego Margaritis Schinas, ha iniciado este jueves una gira por los países de origen y tránsito de los migrantes para pedirles que no colaboren con Minsk. Sus dos primeras paradas han sido Emiratos Árabes y Líbano. "Debemos construir una coalición en respuesta a las acciones sin escrúpulos del régimen de Lukashenko", sostiene Schinas.

Los grandes perdedores del ataque híbrido de Bielorrusia contra la UE son los migrantes atrapados en la frontera en condiciones cada vez más extremas. Las ONGs denuncian que Polonia practica rechazos en frontera y devoluciones en caliente ilegales.

Bruselas se queja de falta de transparencia por parte del Gobierno de Varsovia y le pide que autorice el acceso de ayuda humanitaria despliegue de Frontex y la Agencia Europea de Asilo. El Gobierno de Mateusz Morawiecki ha dado un primer paso en este sentido y ha aceptado la presencia de Europol.

"La atención humanitaria de las personas en la zona fronteriza de Bielorrusia es una prioridad, especialmente en vista del invierno que se acerca. Uno de los valores fundamentales de la Unión Europea y sus Estados miembros es que no dejamos solas a las personas necesitadas. También tendremos que defender estos valores comunes en nuestras fronteras exteriores", ha dicho el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas.