Migrantes en el campo de Calais.

Migrantes en el campo de Calais. Reuters

Europa

HRW denuncia el "acoso" y las "humillaciones" al que Francia somete a los migrantes en Calais

Unos 2.000 inmigrantes, de ellos unos 300 menores, siguen en la región, en zonas boscosas, parques o bajo puentes de autopistas.

7 octubre, 2021 14:03

Los migrantes asentados en campamentos de fortuna en la región de Calais, desde donde aspiran a entrar en el Reino Unido, están sometidos a "acoso y humillaciones" por parte de las autoridades francesas, para disuadirles de permanecer en la zona, denunció este jueves la ONG Human Rights Watch (HRW).

En un informe, elaborado cinco años después del desmantelamiento del gran campamento de inmigrantes de Calais, conocido como "La Jungla", la organización apunta a las prácticas policiales "abusivas", expulsiones masivas y restricciones en la ayuda humanitaria.

"Nada puede justificar que se someta a personas a una humillación y un acoso cotidianos", señala la directora para Francia de HRW, Bénédicte Jeannerod, que considera "un fracaso flagrante" esta política tendente a disuadir a los inmigrantes de instalarse en la zona.

Porque, según la ONG, tras el desmantelamiento de "La Jungla", unos 2.000 inmigrantes, de ellos unos 300 menores, siguen en la región, en zonas boscosas, parques o bajo puentes de autopistas.

La acción policial "no ha disuadido a las nuevas llegadas ni ha reducido las travesías irregulares del Canal de la Mancha, que batieron récords en julio", señala la organización que, en cambio, considera que "sí han provocado un abandono creciente a los inmigrantes".

De forma regular, día sí, día no en el caso de Calais, los agentes obligan a desalojar los campamentos y confiscan o inutilizan las tiendas de campaña o chabolas construidas y los sacos de dormir, sin proporcionar a los habitantes una solución de habitación alternativa, como exige la ley.

Las autoridades locales dificultan el reparto de ayuda humanitaria y no proporcionan los servicios básicos a esos inmigrantes, una situación particularmente grave en el caso de los menores no acompañados, señala.

La policía también entorpece las labores de las ONG que trabajan en la zona, con el argumento de que generan un efecto llamada que HRW niega: "El único atractivo que existe en esta costa es su proximidad con el Reino Unido, que está solo a 30 kilómetros".

El Brexit ha bloqueado las pocas opciones de entrada regular en el Reino Unido, como el reagrupamiento familiar de menores, lo que les aboca a buscar vías alternativas, explica la organización.

"Las autoridades francesas de protección de la infancia deberían hacer más para informar a los menores no acompañados sobre las opciones que tienen, en particular integrar el sistema de ayuda social a la infancia, que les permita acceder a un estatus legal cuando sean adultos", agrega.

HRW también cree que la Unión Europea debería "crear un sistema para compartir las responsabilidades entre sus miembros que evite una presión excesiva en los países de primera llegada y en los destinos más demandados".

En cuanto a Londres, la ONG reclama "medios seguros y legales" para que los inmigrantes puedan entrar en su territorio con el fin de solicitar asilo o reunirse con sus familias, trabajar o estudiar.