Un estudiante graduado lleva su birrete decorado con una declaración de apoyo a los estudiantes extranjeros durante la 374.ª ceremonia de graduación en la Universidad de Harvard en Cambridge (Massachusetts, EEUU). Reuters
Primera victoria judicial de Harvard contra Trump: una juez bloquea su plan para que no admita a alumnos extranjeros
La universidad acusa al Gobierno de tomar represalias por negarse a acceder a sus demandas de controlar la ideología de profesores y estudiantes.
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Una juez federal ha bloqueado este jueves el intento de la Administración Trump de prohibir que los estudiantes extranjeros se inscriban en la universidad de Harvard.
La juez Allison D. Burroughs expresó su preocupación por el último intento del republicano de impedir la matriculación de estudiantes internacionales, a pesar de su orden previa que bloqueaba las medidas planeadas por el Gobierno.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos había intentado anticiparse a esta decisión del juez enviando un aviso en el que ofrecía a la prestigiosa universidad 30 días adicionales para responder a sus demandas apenas unas horas antes de enfrentarse a los abogados de Harvard en un tribunal federal.
La jueza ordenó que la orden de restricción temporal que emitió la semana pasada permanezca vigente hasta que se emita una orden judicial preliminar.
La universidad con sede en Cambridge, Massachusetts, dice que la acción del Departamento de Seguridad Nacional es parte de un "ataque sin precedentes y en represalia a la libertad académica en Harvard", que está llevando adelante una demanda separada que impugna la decisión de la Administración de recortar casi 3.000 millones de dólares en fondos federales para investigaciones.
Harvard argumenta que la Administración Trump está tomando represalias por negarse a acceder a sus demandas de controlar la gobernanza de la escuela, su currículo y la ideología de sus profesores y estudiantes.
Harvard presentó la demanda un día después de que la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunciara el 22 de mayo que revocaría su certificación en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio.
La universidad afirmó que la decisión fue devastadora para la escuela y su alumnado. La universidad, la más antigua y rica del país, matriculó a casi 6.800 estudiantes internacionales en el año académico en curso, aproximadamente el 27 % de su matrícula total.
Harvard alegó que esta revocación no solo violaba su libertad de expresión y el debido proceso legal consagrados en la Constitución de Estados Unidos, sino que también incumplía las normas del Departamento de Seguridad Nacional.
Estas normas le otorgan 30 días para impugnar las acusaciones de la agencia y la oportunidad de presentar una apelación administrativa.
Lucha contra el "sesgo woke"
El Gobierno de EEUU ha presentado sus acciones contra Harvard como una lucha por los derechos civiles, ya que ha acusado a la universidad de tener un sesgo "woke" (progresista), de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.
Al anunciar la decisión inicial de revocar la certificación de Harvard , Noem, sin proporcionar pruebas, acusó a la universidad de "fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino".
En una carta de ese día, acusó a la escuela de negarse a cumplir con amplias solicitudes de información sobre los titulares de visados de estudiantes, incluyendo sobre cualquier actividad en la que participaran que fuera ilegal o violenta o que los sometiera a disciplina.
La medida del departamento impediría que Harvard admitiera a nuevos estudiantes internacionales y obligaría a los ya existentes a transferirse a otras instituciones o a perder su estatus legal.
El propio Trump declaró el miércoles que Harvard debería tener un límite del 15% en la cantidad de estudiantes no estadounidenses que admite.
Desde el mes pasado, la Administración Trump ha congelado cerca de 3.200 millones de dólares en subvenciones y contratos con Harvard.