Un escritorio con señales de bombardeos en una escuela donde se refugian personas desplazadas en El Fasher.

Un escritorio con señales de bombardeos en una escuela donde se refugian personas desplazadas en El Fasher. Mohyaldeen M Abdallah Reuters

África

Baño de sangre de las milicias de Sudán para tomar El Fasher: denuncian la ejecución de "más de 2.000 civiles"

Cientos de miles de desplazados permanecen sin acceso a alimentos ni medicinas tras más de 500 días de asedio.

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R. Pons
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Las claves

Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de Sudán han sido acusadas de ejecutar a más de 2.000 civiles en El Fasher, capital de Darfur Norte, en una ofensiva reciente.

El líder del Ejército sudanés, Abdelfatah al Burhan, ha retirado sus tropas para limitar la destrucción y promete que las FAR rendirán cuentas por los crímenes cometidos.

Naciones Unidas advierte de hambre aguda entre cientos de miles de personas atrapadas en El Fasher sin alimentos ni suministros médicos.

Organizaciones sudanesas y la ONU piden que las FAR sean catalogadas como organización terrorista, mientras acusan a Emiratos Árabes Unidos de apoyar a los paramilitares, lo cual es negado por el país del Golfo.

La reciente ofensiva de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) para hacerse con el control de El Fasher, capital de Darfur Norte, ha desencadenado una oleada de denuncias por parte de organizaciones sudanesas y humanitarias. La Fuerza Conjunta de Protección de Darfur, alineada con el Ejército, acusa a los paramilitares de ejecutar a más de 2.000 civiles desarmados entre el sábado y el lunes, la mayoría mujeres, niños y ancianos.

La cifra no ha podido ser verificada de forma independiente, pero coincide con los testimonios sobre grandes matanzas y saqueos.

El líder del Ejército sudanés, Abdelfatah al Burhan, ha reconocido la retirada de sus tropas. La decisión, alega, busca limitar la destrucción y proteger a parte de la población. En un discurso difundido en la televisión estatal, afirma que las FAR “rendirán cuentas” por los crímenes cometidos y subraya que las Fuerzas Armadas están “decididas a vengar” a las víctimas.

La ofensiva culmina un asedio de año y medio que ha sumido a la ciudad en una situación crítica. Naciones Unidas advierte de hambre aguda entre cientos de miles de personas atrapadas sin alimentos ni suministros médicos

Conviene recordar que la guerra de Sudán comenzó en abril de 2023. Más de trece millones de personas han tenido que huir de sus hogares. La mitad de la población tiene dificultades para acceder a un plato de comida y algo de agua cada día. La comunidad internacional exige una tregua. Pero el avance paramilitar acerca el conflicto a otros frentes del país y aleja la posibilidad de una negociación inmediata.

Las Fuerzas Conjuntas de Sudán, que integran soldados y antiguos grupos rebeldes, reclaman a la ONU, al Consejo de Seguridad y a organizaciones de derechos humanos que cataloguen a la milicia como organización terrorista. A su vez señalan a Emiratos Árabes Unidos por apoyar a los paramilitares, algo que el país del Golfo niega.

El Ejército sudanés denuncia también la presencia de mercenarios procedentes de Chad, Sudán del Sur y Colombia.

Desde la toma del domingo, las FAR han difundido vídeos en redes sociales donde aparecen combatientes de fiesta en instalaciones militares. Otros materiales no verificados recogen ejecuciones de civiles y fosas comunes.

El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, ha expresado su “profunda preocupación” por las atrocidades y ha condenado los presuntos crímenes de guerra y asesinatos deliberados. Además ha insistido en que “no puede haber una solución militar” y ha pedido diálogo político.

El secretario general de la ONU, António Guterres, también ha denunciado ataques indiscriminados, violencia sexual y sabotajes contra las infraestructuras civiles. Lo que teme Naciones Unidas es una partición de facto del país si las FAR consolidan su posición sobre Darfur.