María Corina Machado saluda a sus simpatizantes en el Grand Hotel de Oslo, Noruega, el 11 de diciembre de 2025.

María Corina Machado saluda a sus simpatizantes en el Grand Hotel de Oslo, Noruega, el 11 de diciembre de 2025. EFE

Mundo VENEZUELA

"Hoy se recordará en la historia de Venezuela": miles de huidos se abrazan en Oslo tras años de exilio por el Nobel de Machado

María Corina Machado llegaba a la capital noruega de madrugada, donde la esperaban cientos de compatriotas a los que ha saludado saltándose los protocolos de seguridad tras cantar el himno nacional.

Miles de venezolanos se reencuentran tras más de siete años de diáspora en la marcha de antorchas por las calles de la capital noruega. El discurso de Ana Corina Sosa "será una pieza para estudiar en las escuelas de la Venezuela libre".

Más información: Así salió Corina Machado de Venezuela para intentar llegar a Oslo: dará una rueda de prensa en la capital noruega este jueves.

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Las claves

María Corina Machado llegó a Oslo tras salir de Venezuela en bote y recibir apoyo del Gobierno de EE UU para asistir a la entrega del Nobel de la Paz.

Miles de venezolanos exiliados y líderes democráticos se reunieron en la capital noruega para homenajear la lucha de Machado y celebrar un reencuentro histórico de la diáspora.

La hija de Machado, Ana Corina Sosa, leyó un emotivo discurso en la ceremonia, resaltando la resiliencia y sacrificio del pueblo venezolano.

La marcha de antorchas y las consignas por la libertad marcaron la jornada, que contó con la presencia de presidentes y líderes políticos latinoamericanos, aunque sin representantes del Gobierno español.

Las calles de Oslo vibraban este miércoles al atardecer oscuro y frío de la capital de Noruega. La energía trascendía las fronteras, en conversación al otro lado del teléfono con los líderes democráticos venezolanos que habían viajado para recoger el Nobel de la Paz junto a María Corina Machado.

Aunque ella no llegó a tiempo a la ceremonia, después de salir el martes en un bote, vía Curazao, de Venezuela, sí que prometió, a través de sus hijos, que ya llegaba... y que saludaría de madrugada, desde el balcón del Grand Hotel.

Y así ha sido. Alrededor de la 1:00h hora española, Machado llegaba en un avión a Oslo para reencontrarse con su familia y una hora y media después se asomaba visiblemente cansada para saludar a los compatriotas que llevaban un año esperando poder volver a verla públicamente tras su exilio forzado.

La Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, gesticula desde el balcón del Grand Hotel de Oslo, Noruega, el 11 de diciembre de 2025.

La Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, gesticula desde el balcón del Grand Hotel de Oslo, Noruega, el 11 de diciembre de 2025.

Con la mano en el pecho y cantando el himno nacional, ha querido mostrar su capacidad para desafiar la prohibición de salir de Venezuela que le impuso el régimen de Maduro para encontrarse con aquellos que la consideran su líder en un día en que le homenajeaban por su sacrificio por la paz.

Posteriormente, ha decidido bajar a la calle a saludar de manera directa a las personas que han querido arroparla en este momento, incluso saltándose el protocolo de seguridad y saltando las vallas que protegían la entrada del Grand Hotel.

Miles de venezolanos exiliados, dispersos por el mundo durante años, convergieron en la capital noruega para celebrar "la lucha incansable" de Machado entre gritos de agradecimientos, de "¡Viva Venezuela", "¡Fuerza, María!" y de "¡Libertad!".

Lo que comenzó como una ceremonia formal en el ayuntamiento se transformó gradualmente en "un reencuentro histórico de una nación que resurgirá de las cenizas de la persecución política y el exilio forzado".

David Smolansky, líder democrático y comisionado de la OEA para Migrantes y Refugiados Venezolanos, capturó la magnitud del momento con una frase que resonaba con emotividad desde las calles nórdicas: "Este será un día que se estudiará en la historia de Venezuela, hoy los ojos del mundo están aquí, con nosotros".

No era una exageración retórica. Era la constatación de que algo definitivo e irreversible sucedía en ese instante preciso.

La ausencia física de Machado en la ceremonia no disminuyó el impacto emocional del evento.

Su hija, Ana Corina Sosa Machado, había subido al estrado en el ayuntamiento de Oslo para leer el discurso de la galardonada. José Antonio Vega, representante de Vente Venezuela en el exilio español, capturó el mensaje describiéndolo como profundamente significativo.

"Ha sido emocionante escuchar el discurso de la hija de María Corina, al recoger el galardón en nombre de su madre", explicó Vega. "Unas palabras hermosas, llenas de admiración por su madre, pronunciadas como hija y como venezolana en la diáspora, en su caso en EEUU".

Voz quebrada

La voz de Ana Corina se había quebrado al evocar la lucha de su madre y la resiliencia del pueblo venezolano.

El público, compuesto en gran medida por exiliados venezolanos y líderes democráticos de toda América Latina, sintió cada pausa, "cada palabra cargada de emoción contenida durante años". Muchos lloraban recordando el sacrificio de la líder democrática.

"Ha sido el reencuentro de un pueblo, de miles de exiliados que llevábamos siete u ocho años fuera, sin vernos más que a través de una pantalla", expresó Smolansky marchando entre las antorchas, con la voz aún temblorosa.

Los abrazos entre desconocidos que se reconocían por su idioma compartido, su dolor común, llenaron las plazas de Oslo durante horas. Otros no se veían desde que abandonaron Venezuela, obligados a dispersarse en busca de libertad y oportunidad económica.

Marcha de las antorchas en Oslo, por el Nobel de la Paz de María Corina Machado

"Nos hemos abrazado llenos de esperanza por una Venezuela libre", continuó Smolansky, describiendo la atmósfera que envolvía la capital noruega. "Venezuela ha dado hoy un paso enorme, y hemos recordado llenos de orgullo a los caídos, a los presos políticos, a los millones en el exilio, sabiendo que todo este sacrificio no será en vano".

La marcha de las antorchas, "una tradición desde 1954", recordaba Vega, fue el símbolo visual más potente de la noche. Miles de luces recorrieron las calles nórdicas mientras cantaban consignas en español, llevaban banderas tricolores agitadas al viento y se abrazaban entre lágrimas.

No era sólo una manifestación política. Era "un acto de resurrección colectiva", la catarsis de una diáspora que sentía que su lucha finalmente era reconocida por el mundo.

"Años de estrategia"

Vega ofreció detalles reveladores de cómo María Corina logró escapar del país. "Ella llevaba años diseñando su estrategia de salida, con la esperanza de que nunca hiciera falta, pero previendo que un día su figura en el mundo fuese capital fuera del país, como ha sido hoy".

La ingeniera de 58 años salió de Venezuela en un bote el martes, llegando a la isla caribeña de Curazao antes de viajar hacia Oslo con la ayuda del Gobierno de Estados Unidos.

El escape fue operativamente complejo y requirió decisiones de última hora, que explican el retraso.

"Todavía no podemos dar detalles de cómo ha sido su extracción del territorio, pero ha sido con mucho sufrimiento, las tácticas hubo que cambiarlas a última hora, y de ahí que no haya podido recoger ella misma el galardón", precisó Vega. "Pero sabemos que está bien, y que seguía de camino a Oslo".

La ceremonia contó con una asistencia de figuras políticas de toda América Latina.

Junto a Edmundo González, presidente electo de Venezuela, a quien el régimen de Nicolás Maduro le robó las elecciones de 2024, acudieron los presidentes de Argentina, Javier Milei; de Panamá, José Raúl Mulino; de Paraguay, Santiago Peña; y de Ecuador, Daniel Noboa, acompañaron a miles de demócratas venezolanos congregados en Oslo.

Expresidentes como Iván Duque de Colombia, Sebastián Piñera de Chile, y figuras políticas españolas como Cayetana Álvarez de Toledo y Beatriz Becerra se unieron al acto histórico... pero "ningún representante" del Gobierno de Pedro Sánchez, que no ha felicitado a la ganadora del Nobel.

Aplausos en el avión

Cuando los hijos de Machado, Ana Corina y Ricardo Sosa, salieron al balcón para agradecer a las masas congregadas, el momento alcanzó su cúspide emotiva.

"Fue una imagen muy conmovedora para todos, de unos hijos orgullosos, felices por la unión que impulsa la lucha de su madre, a la que aún no habían visto desde hacía más de dos años", describió Smolansky la escena, que se grabó en las retinas de miles de presentes.

Vega compartió un detalle que lo conmovió ya desde que despegaba de Madrid 24 horas antes. "Al salir de Barajas, el martes, el comandante del avión nos saludó por la megafonía, una vez estabilizada la ruta".

El comandante del avión saluda a la comitiva venezolana camino de Oslo.

Hasta el personal aeroportuario parecía consciente de que viajaban hacia un momento definitorio de la historia reciente de Venezuela. "La escena fue preciosa y emotiva, provocando los aplausos de todo el pasaje".

La pregunta que flota ahora es si Machado podrá volver a Venezuela o si este día marca un punto de inflexión irreversible.

Vega fue cauteloso pero esperanzador: "Ella quiere regresar, y la estrategia está diseñada, veremos cómo se puede hacer.. y si se puede", aventuraba, previendo que Estados Unidos acelere su intervención contra el régimen chavista.

"Ha sido mucho tiempo de lucha y sufrimiento, pero cada vez está más cerca", concluyó Smolansky mientras miles de venezolanos marchaban por las calles nórdicas con antorchas encendidas, reclamando un futuro que este miércoles parecía un poco más cerca.