Un brigada texano durante una recreación de la batalla de Gettysburg de 1863.

Un brigada texano durante una recreación de la batalla de Gettysburg de 1863. John Moore Getty

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Obama también tiene su propio 'Brexit' en casa

El Movimiento Nacionalista Texano quiere que Texas se convierta en una nación independiente. Sus simpatizantes intentan que la secesión se debata en la convención estatal republicana.

23 abril, 2016 02:00

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Al tiempo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, busca que Londres no rompa con Bruselas, al otro lado del charco un grupo de texanos persigue que su estado corte con Washington DC.

Es el Movimiento Nacionalista Texano (TNM, por sus siglas en inglés), que considera que un Texas independiente sería más próspero que bajo la tutela de la Casa Blanca. “De la misma manera que la economía de Gran Bretaña sufre la opresión de regulaciones excesivas y desequilibradas por parte de la UE, Texas sufre con la regulación de Estados Unidos”, dijo Nate Smith, director ejecutivo de la organización, en un reciente comunicado.

Obama, sin embargo, ha asegurado este viernes en Londres que “el Reino Unido está en su mejor momento cuando lidera una Europa fuerte” y lanzó una amenaza a los que quieren la salida: Gran Bretaña tendrá que “ponerse al final de la cola” para forjar un acuerdo comercial con EEUU. El presidente ha golpeado así el argumento de que Reino Unido tendrá más facilidad para comerciar libre del 'yugo' de Bruselas, sobre todo, con su principal socio económico fuera de la UE.

Las razones que el TNM esgrime para defender la secesión son casi las mismas que sostienen los británicos que quieren que Reino Unido deje de ser uno de los Veintiocho: más control sobre las fronteras y la inmigración; independencia económica, gestión eficaz y autogobierno. Texas es uno de los mayores estados en extensión con una de las economías más potentes dentro del país.

Para avanzar en su objetivo, los independentistas intentan ahora que la secesión se debata en la convención estatal del Partido Republicano en mayo. Y aunque una votación parece muy improbable, el asunto podría llegar a discutirse en dicho congreso, asegura el Washington Post.

Al menos una veintena de convenciones republicanas locales -de un listado de más de 200 en Texas- han votado una resolución de independencia para que sus aspiraciones se tengan en consideración en la cumbre estatal, aseguraba TNM a finales del mes pasado. El presidente de la formación roja en Texas, sin embargo, ha dicho al Houston Chronicle que “le sorprendería mucho” que tantas convenciones locales hubieran apoyado la secesión. El número definitivo se conocerá en pocas semanas, informa el rotativo.

La última vez que los secesionistas persiguieron esta misma estrategia en 2012, sólo la convención de un condado aprobó una resolución soberanista.

Pero de alguna u otra manera, y pese a no haber cosechado grandes éxitos, el movimiento independentista texano ha procurado repetidamente en las últimas décadas que la salida de Texas de EEUU se refrende.

Antes del inicio de la vigente temporada electoral, los secesionistas intentaron que el día de la primaria presidencial republicana en Texas -celebrada el 1 de marzo y ganada por el senador Ted Cruz- se votara también, de manera no vinculante, la ruptura del estado sureño con Washington DC.

“El propósito de esto es que sirva de termómetro de cómo los texanos se sienten respecto a este asunto”, argumentó Tanya Robertson, promotora de la iniciativa y miembro del Comité Ejecutivo Estatal Republicano, en declaraciones recogidas por The Texas Tribune. Pero aunque Robertson aseguró que la consulta sería “inofensiva” y funcionaría a modo de sondeo, el Comité decidió tumbar la propuesta.

Tras la reelección de Obama en 2012, los soberanistas iniciaron una petición en la web de la Casa Blanca para que se le permitiera a Texas abandonar pacíficamente EEUU. “Estados Unidos sigue sufriendo dificultades económicas derivadas de la negativa del Gobierno federal a reformar el gasto doméstico y exterior”, argumentaba la propuesta. “Dado que el estado de Texas mantiene un presupuesto equilibrado y es la economía número 15 del mundo, es prácticamente viable para Texas salir de la Unión y hacerlo protegería la calidad de vida de sus ciudadanos y recuperaría sus derechos y libertades”.

La petición superó las 100.000 firmas y desencadenó una respuesta (negativa) por parte de la Presidencia del país. La contestación de la Casa Blanca reconocía que la polémica era normal en una democracia de más de 300 millones de personas. “Pero con todo lo que valoramos un debate sano, no permitimos que ese debate nos rompa”, argumentaba. La Casa Blanca afirmó que, si bien los padres fundadores de EEUU “santificaron” en la Constitución el derecho a cambiar el Gobierno nacional, “no proporcionaron un derecho a salir de él”.

En 1869, el Tribunal Supremo del país aseguró en el caso Texas v. White que los estados no pueden separarse unilateralmente de EEUU. El Movimiento Nacionalista Texano afirma, aun así, que prohibir la salida de uno de los miembros de la Unión iría contra la naturaleza de la misma.

Antes de formar parte de EEUU, Texas fue durante un breve periodo una nación independiente. En 1836, el estado logró abandonar México por la fuerza. Una década después, Washington y la joven república firmaron un acuerdo de anexión. La región no tardó en buscar de nuevo la independencia y la guerra civil estalló -el resultado fue la derrota de los estados del sur.

El Washington Post informa que el movimiento soberanista texano resucitó en la última década del siglo pasado. Uno de los nombres más polémicos es Richard Lance McLaren, quien cumple ahora décadas de prisión por actos de violencia.