Jeremy London, cirujano cardíaco.

Jeremy London, cirujano cardíaco.

Salud y Bienestar

Jeremy London, cirujano cardíaco: "La clave para perder peso en la menopausia es dejar de comer este alimento"

El aumento de peso en la menopausia se debe a la disminución de estrógenos, lo que reduce la tasa metabólica y cambia la forma en que se almacena la grasa.

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Según indica la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) la menopausia no es una enfermedad. Este proceso es obligatorio en la vida de todas las mujeres y ocurre cuando los ovarios dejan de liberar óvulos y de producir la hormona estrógeno, como consecuencia, termina la menstruación, así como su capacidad reproductiva. 

Sin embargo, a pesar de no ser considerada una afección grave, la menopausia conlleva ciertos cambios físicos y emocionales que pueden afectar a la vida de la mujer. Además de los sofocos o los cambios de humor, el cuerpo sufre una redistribución de la grasa corporal, localizándose más en la zona central del cuerpo. Según Quirón Salud, esta grasa abdominal se asocia a enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial y el infarto, y por si fuera poco, también resulta más difícil la pérdida de peso.

En este sentido, durante esta etapa resulta fundamental prestar especial atención a nuestro estilo de vida y a la dieta que seguimos. Para conseguir llevarlo a cabo, hay una serie de alimentos que deberíamos limitar o evitar, y según el cirujano cardíaco Jeremy London, los productos procesados y los ultraprocesados deben ser los primeros.

Las desventajas de los procesados en la menopausia

Con la menopausia el organismo experimenta constantes cambios, entre ellos un descenso de los estrógenos que produce un aumento de los adipocitos o células adiposas, las cuales se encargan de almacenar la energía en forma de grasa. Esto, unido a que nuestro metabolismo durante esta etapa se vuelve más lento y necesita quemar menos energía y, por lo tanto, menos grasa, puede acabar provocando un aumento de peso.

Un aumento de volumen en la zona abdominal que puede provocar inseguridad durante esta etapa; sin embargo, lo más importante es que este exceso puede acabar provocando obesidad, aumento de grasas blancas en esta zona, enfermedades cardíacas, cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, etc. 

Es aquí donde entra en juego la alimentación, y particularmente, el impacto negativo de los productos procesados y ultraprocesados. Estos alimentos, que suelen ser ricos en azúcares añadidos, grasas trans, aceites refinados, sal y aditivos artificiales, fomentan la inflamación crónica y sabotean el equilibrio glucémico, por lo que no son recomendables en ninguna etapa de la vida. 

Sin embargo, durante la menopausia, cuando el cuerpo está más propenso a desórdenes metabólicos, consumir este tipo de alimentos con frecuencia no solo dificulta la pérdida de peso, sino que agrava el riesgo de enfermedades crónicas, añadido a que la disminución de estrógenos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Bolsa de patatas ultraprocesados.

Bolsa de patatas ultraprocesados.

Los alimentos ultraprocesados son aquellos que han sido transformados industrialmente a partir de ingredientes procesados y no contienen ingredientes frescos o fácilmente identificables en su estado natural. En España, los más consumidos son los refrescos, patatas de bolsa, galletas, pizzas congeladas, embutidos o comidas listas para consumir.

Son alimentos vacíos que carecen de densidad nutricional. Aportan muchas calorías, pero pocos nutrientes esenciales como fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, lo cual supone que el cuerpo reciba más energía de la que necesita, mientras no obtiene elementos fundamentales para funcionar de manera óptima.

Como consecuencia, estamos favoreciendo la ganancia de peso, ralentizando el metabolismo y perpetuando la fatiga, el malestar digestivo y el desequilibrio hormonal. Además, según el doctor London, uno de los errores más comunes que observa en sus pacientes menopáusicas es "pensar que pueden compensar una mala dieta con ejercicio físico".

Si bien la actividad física es crucial en todas las etapas de nuestra vida y aporta grandes beneficios, es muy complicado que pueda contrarrestar por completo los efectos negativos de una alimentación cargada de ultraprocesados. Especialmente durante la menopausia, cuando el cuerpo necesita más que nunca una nutrición basada en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, proteínas magras, frutos secos y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra o el aguacate.