Los empresarios saben diferenciar entre vida personal y laboral.

Los empresarios saben diferenciar entre vida personal y laboral. Cedida

Relaciones

Carmen y Gerard, la pareja que factura 450.000€ como repartidores en fiestas de Ibiza: "El primer verano, solo 13 pedidos"

Lo que empezó como una solución improvisada para unas copas de más se ha convertido en un negocio de éxito con una facturación de medio millón al año.

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Hace apenas unos años, Carmen Romero y Gerard Martínez no imaginaban que su idea de negocio en la isla de Ibiza acabaría convirtiéndose en una de las referencias del sector del lujo.

Hoy, esta pareja catalana factura cerca de medio millón de euros con Drink Home Ibiza, un servicio de entrega exprés de bebidas prémium para villas, yates y eventos exclusivos con el que han aprendido lo que realmente es "la complicidad y la confianza".

Todo comenzó "durante un viaje con amigos", donde tal y como detalla Gerard a EL ESPAÑOL, "nos quedamos sin bebidas y no había manera de conseguir más".

"En ese momento me di cuenta de que existía una necesidad real: un servicio rápido y fiable de reparto de bebidas prémium para villas, barcos y eventos", relata, reconociendo que sabía que tenía la mentalidad perfecta para llevarlo a cabo.

La idea fue tan clara como impulsiva. "Llamé a mi hermano y, junto a él, aposté todos mis ahorros. Con unos 25.000 o 30.000 euros monté el almacén, compré bebidas, alquilé un piso compartido y empezamos a repartir flyers por la calle", admite el emprendedor.

Lo curioso es que el inicio no fue precisamente brillante. "El primer verano hicimos tan solo 13 pedidos en toda la temporada, y regresamos a Barcelona con un saldo negativo", nos confiesa sin tapujos. Pero en vez de rendirse, algo les empujó a intentarlo de nuevo.

Ese mismo invierno su cuenta de Instagram "empezó a crecer de forma orgánica, llegando a 5.000 o 6.000 seguidores en pocos meses", y al verano siguiente ya eran una marca reconocida entre los residentes y visitantes de la conocida isla.

La pareja divide las funciones de la empresa entre ambos.

La pareja divide las funciones de la empresa entre ambos. Cedida

El esfuerzo dio sus frutos. Carmen comenzó a trabajar junto a su marido y a día de hoy, Drink Home gestiona más de 1.800 pedidos al año, su "facturación ronda los 450.000 €, y la previsión para el próximo año es alcanzar los 600.000".

Y es que tal y como demuestran estos empresarios, con esfuerzo todo se consigue. Su crecimiento ha sido constante, especialmente tras la pandemia, que marcó un antes y un después para el negocio.

Pero como buenos emprendedores, no se quedaron ahí y cinco años después dieron vida a su segundo proyecto, Robiza Wine, una bodega de vinos de lujo que une arte, España y naturaleza.

Sin embargo, Carmen reconoce que trabajar en pareja no siempre ha sido sencillo, pero que tras seis años de relación ambos han sabido encontrar el equilibrio.

"Al principio no era fácil, sobre todo para Gerard, le costaba diferenciar entre lo personal y lo laboral", confiesa Carmen.

"Con el tiempo hemos aprendido a hablarnos con delicadeza pero con decisión, para no estancarnos y seguir avanzando". Ella se encarga del marketing y la comunicación, mientras que él lleva la parte de contabilidad y logística. "Si no fuera así, probablemente no estaríamos juntos ni las empresas irían tan bien", añade.

Carmen y Gerard ya tienen nuevos proyectos en mente.

Carmen y Gerard ya tienen nuevos proyectos en mente. Cedida

Con esta mentalidad, cuando surgen desacuerdos, lo resuelven con rapidez. "Intentamos ponernos en el lugar del otro. A veces incluso defendemos la idea contraria para entender realmente su punto de vista", comenta Carmen. "Aquí el ritmo es tan rápido que no puedes quedarte atascado en una discusión", añade Gerard.

Aunque no tienen hijos, sus proyectos son como si lo fueran y cuando le preguntamos si volverían a emprender juntos, ambos lo tienen claro: "Sin dudarlo, 100%. No hay nada más satisfactorio que crear algo propio y poder compartirlo con la persona que más te importa".

Ahora, sus miras van más allá de Ibiza. Gerard adelanta que están trabajando en una inversión conjunta en un resort en Zanzíbar y analizan expandirse a Marbella o Mallorca. Carmen, por su parte, sueña con llevar Robiza Wine a Dubái, ya que "creo que encajaría perfectamente en ese mercado".

De aquí a cinco años se imaginan disfrutando de una vida más pausada, pero con la misma ilusión de seguir creciendo. "Queremos tener más tiempo para viajar, aprender y compartir nuevas experiencias juntos", concluye Carmen, sin apartar la vista de sus pequeños-grandes proyectos.