Maricarmen, en el vídeo en el que denuncia su situación.

Maricarmen, en el vídeo en el que denuncia su situación.

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Maricarmen tiene 87 años y la quieren desahuciar: "Cobro 1.400 euros de pensión y me exigen un alquiler de 1.650"

En 2020, un fondo buitre compró la vivienda y triplicaron el precio del alquiler de Maricarmen. El próximo 29 de octubre, quieren desahuciarla.

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En el número 46 de la calle Sainz de Baranda vive María del Carmen Abascal, de 87 años. Su piso de 60 metros cuadrados recoge los recuerdos de más de 70 años de vida y, el próximo 29 de octubre, podría convertirse en el escenario de una despedida forzada.

Entre fotografías amarillentas, muebles y colecciones antiguas, Maricarmen espera una notificación judicial que podría expulsarla del lugar que la vio crecer y del hogar que le sirvió de refugio con la muerte de sus padres y de su hermano.

Fue en el año 2020 cuando todo cambió y un fondo buitre compró la vivienda. En el caso de Maricarmen, el incremento fue demoledor: de 500 euros mensuales pasó a un alquiler de más de 1.600, que, con una pensión de 1.400 euros, no puede pagar. "¿De qué vivo entonces?", pregunta.

20 días para abandonar su hogar

Durante casi siete décadas, el pequeño piso ubicado en el barrio del Retiro ha sido el refugio de Maricarmen. Su padre firmó el contrato original en 1956, bajo el régimen de renta antigua, una figura legal que garantizaba alquileres estables y asequibles para toda la vida.

A pesar de que esta ley parecía beneficiar a todos los españoles, la realidad es que era una desigualdad más del régimen franquista. Cuando su padre falleció, su madre no pudo firmar el contrato porque la letra pequeña de aquella España de Franco decía que las mujeres no podían figurar como titulares plenos de ciertos derechos.

Como consecuencia, la madre de Maricarmen tuvo que subrogarse a lo pactado por su difunto esposo, lo que le permitió seguir viviendo en el domicilio hasta su fallecimiento en 2005, cuando su hija heredó el mismo contrato con las mismas condiciones.

Estas condiciones reflejaban que Maricarmen aceptaba una renta "que se actualizaba cada año basándose en el IPC, más otros gastos como el IBI", recoge El País. Una desigualdad del pasado que hoy, amenaza con dejarla sin hogar.

La vivienda fue adquirida en 2020 por el fondo de inversión Urbagestión Desarrollo e Inversión S.L., uno de los muchos fondos buitre que, durante los últimos años, han ido comprando edificios enteros en los barrios céntricos de Madrid para triplicar los precios del alquiler.

En el caso de Maricarmen, el incremento fue demoledor: de 500 euros mensuales pasó a un alquiler de 1.650, una cifra imposible de asumir con su pensión de 1.450 euros.

"Me sentí humillada. Les notifiqué previamente la cantidad de mi pensión, ¿cómo quieren que pague 1.650 euros de alquiler? ¿De qué vivo entonces?", denunció en Más Vale Tarde.

La notificación, enviada hace apenas unas semanas, el fondo buitre le daba 20 días para abandonar su vivienda. Tres semanas para deshacerse de una casa en la que ha vivido 70 años.

"Me niego a irme de mi casa, voy a luchar por ella, hay muchísimas personas en mi misma situación. No podemos permitir que los especuladores nos echen de nuestras casas para hacerse más ricos, no es justo y debería ser ilegal", dice Maricarmen en el vídeo que ya ha recorrido todo el país.

Maricarmen no tiene familiares ni dinero suficientes para alquilar otra vivienda en Madrid, una ciudad donde el precio medio de alquiler es de 2.469 euros al mes, según los datos de septiembre de 2025 de Enalquiler.com.

La historia de Maricarmen no es un caso aislado. Desde hace años, las rentas antiguas —una figura creada durante el franquismo para regular los contratos firmados antes de 1985— están desapareciendo.

Aquellos contratos se mantenían con precios bajos y estabilidad indefinida, pero muchos han sido anulados o reinterpretados por los nuevos propietarios para recuperar el inmueble y revalorizarlo.

Como consecuencia, los fondos buitre, que compran edificios enteros a precios de saldo, han visto en ellos un negocio seguro: expulsar a los inquilinos mayores y volver a alquilar a precios de mercado.

"El Gobierno podría cambiar esto con contratos indefinidos, como ya sucede en muchos puntos de Europa", explica Maricarmen. En lugares como Alemania, Francia, Suecia o Austria, los inquilinos tienen una protección estructural frente a la especulación inmobiliaria.

"Nos toca resistir y nos toca luchar", afirma ella, apoyada por el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, que ha lanzado una campaña bajo el lema #MaricarmenNosQuedamosContigo y que, además, han organizado una cita para acompañarla.

El próximo miércoles día 29 de octubre, a las 8:30 de la mañana, podrás acompañar a Maricarmen y evitar su desahucio. "Podemos hacer frente, pero necesitamos ser muchas, pido que me acompañéis", dice, "esta es mi casa, este es mi barrio y yo todavía tengo mucha guerra que dar".