Retrato de la escritora.

Retrato de la escritora. Alejandro Ernesto

Protagonistas

Carla Montero descubre a las pioneras del automovilismo de los años 30: "Desafiaron todas las expectativas de su tiempo"

Su nuevo libro, 'La dama de la niebla', explora su papel en la edad dorada de las carreras, bajo el telón de una Europa al borde de la Segunda Guerra Mundial.

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Rosa Sánchez de la Vega
Publicada

La escritora madrileña Carla Montero publica La dama de la niebla (Destino), un homenaje a las pioneras del automovilismo en los años treinta, mujeres que desafiaron prejuicios en un mundo reservado a los hombres.

Inspirada en figuras como Hellé Nice o Lucy O’Reilly Schell, la autora recrea la “edad dorada” de las carreras en una Europa al borde de la Segunda Guerra Mundial y da vida a Mila Kovac, una piloto española ficticia que encarna esa lucha.

Con una tirada inicial de 35.000 ejemplares, la obra marca además el inicio de una nueva etapa para Montero, que llega al sello Destino tras consolidar una comunidad de más de 400.000 lectores.

En un tiempo marcado por la rapidez, el peligro y la amenaza de la guerra, La dama de la niebla nos sumerge en un mundo de glamour, rugidos de motores y tensiones políticas, mientras explora a través de su protagonista temas universales como el amor, la ambición, la memoria y la pérdida.

Cuando concebiste la novela, ¿cuál fue la primera imagen que se dibujó en tu mente: un circuito de carreras, una mujer al volante o una isla envuelta en bruma?

Diría que la primera imagen que me vino fue la de la mujer al volante desafiando todas las expectativas de su tiempo.

En cuanto a la literatura histórica, ¿qué vacío narrativo sentiste que faltaba y qué quisiste llenar con La dama de la niebla?

Es sorprendente que nadie haya contado esta historia antes. La dama de la niebla no trata solo de automovilismo, sino de mujeres valientes que se pusieron al volante de coches de carreras en los años treinta y compitieron en igualdad de condiciones con los hombres.

Aquellas carreras eran mucho más peligrosas que hoy, rodeadas de glamour, emoción y tecnología. Lo fascinante no son solo los coches, sino la valentía y el coraje de estas pioneras al desafiar las convenciones sociales.

La autora muestra su nuevo título, 'La dama de la niebla'.

La autora muestra su nuevo título, 'La dama de la niebla'. Alejandro Ernesto

La Isla de Man, un lugar aislado, con mitos y paisajes brumosos, juega un papel crucial en la historia. ¿Cómo influye este escenario en la trama?

Es casi un personaje más en la novela. Su aislamiento crea una burbuja donde los personajes se alejan del peligro que se avecina en Europa y enfrentan sus propios secretos. Además, está íntimamente ligada al mundo del motor, con una rica tradición en carreras de coches y motos.

Para mí, como en todas mis obras, la localización es clave: no es lo mismo situar la historia en París bajo la ocupación nazi que en esta isla brumosa en 1938, justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Mila Kobach, la protagonista. Ella vive entre el mito y la sospecha. ¿Fue más difícil para ti construirla como heroína admirada o como una mujer marcada por sus heridas?

Creo que Mila debe ser una combinación de ambas. Las heroínas perfectas, sin defectos, no me resultan creíbles; parecen sacadas de un cómic. Busco que mis protagonistas sean tridimensionales, con miedos, dudas y secretos, porque eso las hace reales.

Y en ese sentido, Mila tiene mucha similitud con las mujeres de hoy en día.

Exactamente. Situarla en esa época me permitió mostrar una lucha completamente distinta. En el automovilismo de entonces, las mujeres eran vistas más como adornos que como competidoras: las ponían al frente del coche, pero sin protagonismo real.

Mila, en cambio, se sube al volante y debe enfrentarse no solo a los prejuicios, sino también a las expectativas absurdas de la sociedad, como que su cabello debía volar al viento mientras conducía, y la prensa se fijaba más en su maquillaje que en su talento como piloto.

Durante tu investigación para la novela, ¿qué fue lo que más te impactó sobre las pilotos de esa época?

Me sorprendió descubrir que había mujeres compitiendo en igualdad con los hombres y las duras condiciones a las que se enfrentaban.

Recuerdo una frase de Louis Chiron, uno de los pilotos legendarios del mundo de las carreras, que dijo: fuera de los circuitos, ellos las perseguían y dentro de los circuitos lo hacían ellas. Me parece tan machista y despectivo contra lo que son sus compañeras de trabajo que me quedé impactada.

¿Dirías que Mila es la protagonista más cercana a ti de todas las que has creado a lo largo de tu carrera literaria?

No exactamente. Intento mantener distancia de mis personajes para que cada una sea distinta. A veces hay algo inconsciente de mí en ellos, pero nunca quiero que sean un reflejo directo de mi personalidad.

Carla Montero ante el objetivo.

Carla Montero ante el objetivo. Alejandro Ernesto

¿Y el apodo de "la dama de la niebla"? ¿Qué simboliza para ti?

Es importante, no solo porque da título a la novela, sino porque refleja el mundo del automovilismo de la época. Los periodistas solían poner apodos a los pilotos, y a Mila la llamaron así no sólo por su habilidad para conducir en condiciones difíciles, sino también por su carácter enigmático.

Nadie conoce su verdadero pasado, ni siquiera su nombre real; el mote encapsula el misterio que la envuelve a lo largo de toda la historia.

En tus novelas, ¿cómo planteas el amor, con sus imperfecciones o como un refugio absoluto?

El amor es un refugio, pero nunca perfecto. Mantiene a los personajes a flote pese a las dificultades y sigue siendo una de las emociones más profundas y humanas.

¿Qué representa la rivalidad en los circuitos y fuera de ellos?

La rivalidad refleja las tensiones que vivía Europa en épocas de guerra. No solo en aquel momento histórico, sino incluso hoy, estas tensiones se trasladan al deporte.

Por lo tanto, ¿existen paralelismos entre las rivalidades en las pistas de automovilismo y las de los países en conflicto?

Sí, claramente. Los pilotos no competían solo por un trofeo, sino por la superioridad de sus países. Estas tensiones políticas y sociales se trasladaban a los deportes, y a menudo eran muy intensas. Había pilotos judíos y nazis, y muchos de los que se enfrentaban en la pista luego lo harían en el campo de batalla.

Y eso sigue ocurriendo hoy, ¿no? Los deportes están muy politizados y las tensiones internacionales se sienten en cada campeonato.

Exacto. La política influye en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el deporte. Aunque los pilotos intenten mantener cierta neutralidad en las carreras, al final todo afecta, desde boicots a decisiones dentro de las competiciones. No podemos escapar de ello.

No depositas nada en los personajes, pero ¿qué te ha dejado a ti escribir La dama de la niebla?

Ha sido una novela de descubrimiento. Cada libro enseña algo, pero esta historia me sorprendió especialmente. Nunca habría imaginado escribir sobre automovilismo: no conduzco ni soy experta. A veces, las historias te encuentran, y esta apareció de manera inesperada.

La escritora posa en su entrevista para Magas.

La escritora posa en su entrevista para Magas. Alejandro Ernesto

¿Cómo surgió la idea?

Fue una casualidad. Una marca de automóviles me pidió un relato histórico sobre el motor. Al investigar, descubrí un material fascinante que me llevó a desarrollar la obra completa. Cuando la marca cambió de idea, tuve libertad para crear la historia a mi manera.

¿La escribiste en solo seis meses?

Sí, empecé en otoño y la entregué en abril. Normalmente tardo unos ocho meses, pero esta historia fluyó de manera natural.

¿A qué atribuyes que avanzara tan rápido?

Me centré en lo humano: las emociones y experiencias de los pilotos más que en la técnica. Eso hizo que la escritura fuera más ágil y fluida.

¿Esta novela te ha cambiado como escritora?

Sin duda. Me permitió conectar con una parte de la historia que había pasado desapercibida y me hizo más consciente de las conexiones entre deporte e historia.

Al escribir, ¿pesa más la fidelidad histórica o que el lector se reconozca en los personajes?

Es una combinación, pero priorizo la conexión emocional. No soy historiadora, así que no busco ser una cronista exacta, pero quiero que el lector viva lo que sienten los personajes.

¿Por qué en tus novelas rescatas a mujeres que han sido envueltas en la niebla a lo largo de nuestra historia?

Para mí, es casi una obligación. Han sido muchos siglos en los que el papel de la mujer ha quedado oculto, porque el relato de la historia ha sido, evidentemente, masculino. Y hay que darles la importancia y el mérito que merecen.

¿Qué mujer del siglo XX te gustaría rescatar?

Irena Sendler, enfermera que desde muy joven salvó a niños del gueto de Varsovia jugándose la vida. Fue capturada y estuvo presa, librándose por poco de la ejecución. Su historia permaneció prácticamente desconocida hasta los años 90 y todavía hoy muchas personas no la conocen.

Cuando ves algo entre la niebla, ¿prefieres descubrirlo o caminar sin saber qué hay?

Soy curiosa por naturaleza, así que prefiero descubrirlo. La niebla oculta, pero también nos permite encontrar lo que realmente importa, igual que los personajes de la novela.