Mi viaje creativo en '101 trucos para decorar', una obra versátil para todo tipo de personas, espacios y presupuestos
La experta en decoración presenta su nuevo manual, lleno de consejos y herramientas para transformar cualquier hogar con pequeños cambios.
20 noviembre, 2023 02:19A quien me hubiera dicho hace un año que yo iba a publicar un libro, le hubiera contestado que estaba loco. De hecho, cuando me hicieron la propuesta desde la editorial, sentí que aquello conllevaba mucha responsabilidad: ¿quién soy yo para publicar un libro? ¿Cómo puedo explicarlo para llegar de forma fácil y amena a los lectores?
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Visto con perspectiva, debí haber tenido más confianza; porque aquí estoy, con 101 trucos para decorar (Lunwerg, 2023) entre manos y muchísimas cosas que contar sobre cómo he llegado hasta donde estoy ahora.
Actualmente, trabajo como decoradora de interiores y creadora de contenido, todo a tiempo completo; y aunque siempre me ha llamado mucho este mundo, se puede decir que he acabado en él casi por casualidad. Explico en el libro que estudié Administración y dirección de empresas, y después hice un máster en marketing digital, donde teníamos una asignatura sobre Instagram como herramienta de difusión y visibilidad para marcas o empresas.
Uno de los trabajos que teníamos que llevar a cabo en esa clase era crear una cuenta, de temática libre, y cumplir una serie de objetivos como realizar x publicaciones o alcanzar y seguidores. En esos momentos yo me estaba mudando a mi primer piso, así que decidí que esa aventura personal sería la historia que compartiría en redes.
Mi hermana Eugenia estudiaba conmigo el máster y, por su parte, decidió abrir una cuenta de zapatillas. Me daba los mejores consejos y tengo que decir que, sin ella, no hubiera llegado hasta aquí. Me parece relevante decirlo, porque por ella soy quien soy ahora, y porque el libro que hoy presento es en su memoria.
Mi proyecto de decoración funcionó maravillosamente: cumplí enseguida con los objetivos que se nos marcaron, pero la comunidad que había generado seguía creciendo, y me di cuenta de que lo que explicaba llegaba a la gente. Empecé a recibir mensajes directos de personas que me pedían ayuda con su decoración.
A mí, que lo que me movía era una pasión que nunca había puesto en práctica de forma profesional - nada más allá de comprarme revistas, inspirarme en Pinterest y otros espacios y dar consejos a amigos y familiares sobre cómo poner esto, dónde comprar lo otro o por qué colores apostar.
Tenía un trabajo estable, llevaba más de 10 años y era feliz con ello. Pero a veces la vida toma un rumbo que no esperas, y se te presentan oportunidades que no puedes dejar escapar. Llegó la pandemia del coronavirus, llegó mi tercer hijo… y encontré tiempo para dedicar al proyecto personal que tanto me llenaba, y cada vez tenía más presencia en mi vida y que poco a poco se convertía en una prioridad.
Algo me dijo que era hora de lanzarme a la piscina, y decidí dedicarme a ello a tiempo completo. Aumentó mi compromiso para con mi comunidad de seguidores, a los que empecé a llamar truqueros de forma cariñosa: quería ofrecerles los mejores consejos, así que decidí formarme debidamente en decoración de interiores.
Con mi cuenta como altavoz y la pasión como motor, comencé a ofrecer servicios personalizados de decoración, además de seguir gestionando la cuenta. Con ello trato de trasladar mi estilo, pero sobre todo de dar trucos para hacer que las personas encuentren el suyo propio.
Sobre gustos no hay nada escrito, por lo que dejarse guiar por las tendencias me parece un error. A mí me gusta pensar que no enseño dogmas, sino una filosofía de vida para que cada uno aprenda a decorar sus espacios para vivir feliz y hacer de cada hogar un refugio.
La calidad de la ayuda que prestaba iba aumentando a medida que aprendía y me formaba, pero también a medida que afrontaba más proyectos, cada cual más complejo que el anterior. Es precisamente eso, el trabajo constante y el valor de afrontar grandes retos lo que me ha dado el conocimiento para componer un manual de decoración versátil, hecho para todo tipo de personas, espacios y presupuestos.
Esta recopilación de lo que he aprendido a lo largo de mi carrera como decoradora se ha convertido en un precioso volumen gris, con cubierta texturizada y la versión más sonriente de mí misma en la portada. Y no puedo estar más feliz del resultado.
No ha sido un proceso fácil: durante meses he tenido que plasmar todas mis ideas de forma metódica en un libro. Cada mes enseñaba diez trucos a la editorial, que con cada entrega me proponían ideas y me corregían lo que consideraban necesario. Tengo que decir que me hicieron el proceso muy fácil, y no puedo estar más agradecida de lo que he aprendido con ellos y de la libertad creativa que me han dado en todo momento.
También me hicieron sentirme confiada cuando había ratos en que dudaba de mí misma, pero me enseñaron que mi conocimiento era valioso y que valía la pena compartirlo. Al fin y al cabo, no hay muchas obras como 101 trucos para decorar, y eso le da un valor muy importante.
Este libro me ha abierto los ojos en muchos aspectos. Me ha hecho darme cuenta del colosal impacto que tiene tomar una decisión aparentemente pequeña. Me ha hecho darme cuenta del poder de las redes y del potencial de una plataforma como Instagram, llena de gente que rebosa talento y con mucho conocimiento que compartir. De que debo dar las gracias por todas las cosas buenas que he vivido, y acordarme siempre de aquellos que por diversas circunstancias no lo han tenido tan fácil.
Me ha hecho darme cuenta de que quien tiene algo que decir no debería callárselo. Que no se trata de ser único, sino de dar lo que se tiene y se sabe. Y que siempre, siempre, aunque creas que no, cuando tengas algo que decir habrá alguien que querrá escucharte.