Vicki Bernadet tiene 25 años de experiencia en la defensa de las víctimas de abusos sexuales en la infancia.

Vicki Bernadet tiene 25 años de experiencia en la defensa de las víctimas de abusos sexuales en la infancia.

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Vicki Bernadet: “A la Iglesia le diría que intentar tapar los abusos sexuales solo magnifica las cosas”

La defensora de las víctimas de abusos sexuales en la infancia y creadora de la Fundación Vicki Bernadet, valora en positivo la comisión para investigar los casos de pederastia en la Iglesia española.

19 febrero, 2022 01:46

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A finales de enero, Alejandro Palomas, premio nacional de Literatura Juvenil, contó en público las agresiones sexuales que vivió de niño por parte de un cura y profesor de la escuela La Salle de Premià de Mar (Barcelona). Desde entonces, las denuncias se han sucedido y el escritor ha logrado el compromiso de Pedro Sánchez para crear una comisión que investigue los casos de pederastia en la Iglesia española. Pero, como alerta Vicki Bernadet, fundadora de la Fundación Vicki Bernadet contra el abuso sexual infantil, “ojalá tengan la valentía de hacer una comisión de expertos totalmente independientes. Solo así se podría garantizar su transparencia y eficacia”.

Aunque la activista valora en positivo su creación, considera que “es difícil de creer” que en nuestro país solo haya los 220 casos los que reconoce la Iglesia española y que serían solo la punta del iceberg. Además, subraya que es fundamental que la comisión vaya acompañada de un presupuesto que garantice su actuación.

“La Ley contra la violencia en la infancia aprobada el año pasado supuso un gran paso en este sentido, el problema es que como no llevaba consigo una partida presupuestaria suficiente [Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 contemplan una dotación de 25 millones de euros para el despliegue de la Ley de Infancia] para aplicarla, se va quedando atrás”, advierte Bernadet. A sus 67 años, reconoce que ya está jubilada y la Fundación Vicki Bernadet funciona de forma autónoma desde hace unos años, pero “siempre estoy ahí para lo que me pidan, para lo que haga falta”.

La historia de Vicki Bernadet comienza a los cinco años, cuando sufrió unos abusos sexuales que se repitieron de los nueve a los 17. Lo mantuvo en secreto hasta que cumplió 34 años. Pero, al contarlo, se dio cuenta del mayor problema al que se enfrentan quienes sufren abusos: la incredulidad de un entorno que no quiere admitir que algo tan terrible ocurre en casa. Por eso, desde 1997, Vicki Bernadet trabaja en la prevención y sensibilización de los abusos sexuales a menores cometidos en el ámbito familiar o su entorno de confianza.

A través de la Fundación Vicki Bernadet, también ayudaba a los adultos que los sufrieron y que necesitan atención especializada para superarlo. Hay que tener en cuenta que “el 92% de los casos de abusos sexuales no se cuentan hasta que se es adulto”, explica, y añade que los menores no suelen hablar, pero a veces es posible detectar los abusos que están sufriendo a través de la observación de su comportamiento, de sus dibujos. Por eso, advierte, “los adultos tenemos que formarnos para detectarlo”.

Sin embargo, para lograrlo hay que creer en que el problema existe y ponerlo en la agenda social. “Si piensas que es algo increíble o que solo pasa en otras familias, difícilmente te vas a dar cuenta si sucede en la tuya”, explica. Por eso, no comprende la postura de la Iglesia española ante los abusos a menores en su seno. “A la Iglesia, le diría que intentar tapar los abusos sexuales lo único que hace es magnificar las cosas”, afirma la activista, que reclama más ayudas y gestos de valentía porque “las empresas no quieren vincularse a un tema que les parece tan duro”. Y, así, ese 20% de menores que sufren abusos se quedan sin apoyos, sin ayuda.

En nuestro país, uno de cada cinco menores sufre abusos sexuales. En la mitad de los casos por parte de un familiar –el 24% su padre biológico–, y en 30% de los casos es una persona del entorno cercano, según el informe Los abusos sexuales hacia la Infancia en España de Save The Children. En casi un 80% de los casos, las víctimas son mujeres: adolescentes y niñas. Bernadet señala que si, como en el caso de Alejandro Palomas, la respuesta al denunciarlo es incredulidad, el problema se ocultará sine die.

Comisión de investigación

Hablamos con ella de lo que supone la creación de una comisión investigadora de los abusos sexuales cometidos en la Iglesia española, en un país que, a diferencia de otros como Estados Unidos, Irlanda o Italia, aún ni existe un recuento oficial de esos casos.

Pregunta: Estos días se está hablando de los abusos sexuales que han sufrido niños y niñas en su infancia por parte de miembros de la Iglesia Católica. El Congreso va a crear una comisión y la Fiscalía va a investigar los casos. ¿Qué valoración harías de ello?

Respuesta: El hecho de que al menos se haya planteado esta comisión es un gran paso. Los abusos sexuales en la Iglesia forman parte de los abusos sexuales globalmente. Es decir, ya sabemos que los abusos sexuales se producen en la familia, en los espacios de ocio, en la Iglesia… Desgraciadamente el porcentaje del 20% de la población está ahí y la Iglesia es una pequeña parte de los abusos en el entorno de confianza. Pero no estaba en la agenda social, estaba más encubierta que en otros casos y está muy bien que haya salido a la luz, para que se hable de ello.

Ahora habrá que ver cómo es esa comisión. Dicen que va a ser independiente, pero hay que comprobarlo. Desde mi punto de vista, independiente sería que no hubiera partes implicadas en ella, sino que fueran las víctimas y expertos en abusos sexuales quienes la gestionaran. Pero aún no está planteada. Se ha hecho la propuesta del Defensor del Pueblo, de cómo quieren que sea, pero ojalá tengan la valentía de hacer una comisión de expertos totalmente independientes. Solo así se podría garantizar su transparencia y eficacia. En España tenemos personas muy expertas que podrían hacerlo, para llegar a conclusiones satisfactorias.

"Las víctimas, para seguir adelante, necesitan esa reparación legítima, que se les crea y se les restituya"

¿Cuál debería ser el primer paso para afrontar los abusos sexuales en la Iglesia española?

Lo primero, habría que llegar hasta el final de todos los casos. Si en otros países el número de casos de abusos sexuales en la Iglesia supera los 3.000, es difícil de creer que en España solo haya algo más de 200, lo digo de memoria [son 220 casos los que reconoce la Iglesia española]. Es desproporcionado, está claro que hay más. Se necesita la voluntad de que todos los casos salgan a la luz y que puedan tener la restitución, si no jurídica, ya que por culpa de la prescripción no podrán aspirar a ella, algo a mi parecer totalmente injusto, sí al menos el reconocimiento de que lo que les ha sucedido es la verdad y por tanto reconocer que en muchos casos se ha mirado para otro lado. Las víctimas, para seguir adelante, necesitan esa reparación legítima, que se les crea y se les restituya.

A diferencia de otros países, donde hay un recuento oficial por parte del Estado o de las instituciones religiosas, España no tiene un registro público de todos los casos de abusos. ¿Qué supone esto para las víctimas?

Espero que con la comisión se dé ese paso de cuantificar a todas las víctimas, o al menos a una gran mayoría. Hasta ahora eso no ha pasado. Siempre habrá una bolsa de personas que legítimamente quieran mantenerse en el anonimato y no lo cuenten nunca, pero ojalá está comisión sirva de detonante para que las víctimas que no se han atrevido a hablar, poco a poco se sientan lo suficientemente protegidas como para hablar y decir quién les hizo daño.

¿Somos conscientes la ciudadanía de las dimensiones del abuso sexual que sufren los y las menores?

Desgraciadamente, aunque pueda parecer que la sociedad ya está preparada, te das cuenta de que no es así. Todavía hay muchas resistencias a hablarlo y a creer a las víctimas. Cuando habla, la víctima siempre se encuentra con respuestas como que ‘si lo has dicho ahora es por algo’, acusaciones de posibles venganzas por algún motivo o rechazo. Estos días, Alejandro Palomas ha hablado de sus abusos y ha recibido unas respuestas en Twitter absolutamente brutales. Cuando ocurre eso por parte de la sociedad, las víctimas creen que se sienten más protegidas en el silencio que contando lo que les ha sucedido. Ese es el trabajo que tenemos que cambiar, esa visión del abuso sexual por parte de la sociedad, que reconozcamos los porcentajes, la soledad que sentimos las víctimas.

Justo lo contrario de lo que ha hecho la Iglesia española…

Efectivamente. Pero mirar para otro lado no sirve de nada, al contrario, va a explotar igual o más fuerte. Esto es lo que le diría a la Iglesia, que intentar tapar lo único que hace es magnificar las cosas. Cuando uno actúa con transparencia, con valentía y da una respuesta a lo que pasa, la tormenta se apaga. Si no es así, aumenta. No entiendo esta estrategia desde un punto de vista inteligente. En otras partes del mundo están saliendo todos los casos, o casi. No va a ser distinta España cuando hemos tenido cuarenta años de represión en los que la religión era poder. Por tanto, es de sentido común que tiene que haber muchos casos. Querer tapar eso es, desde mi punto de vista, totalmente lo contrario de lo que deberían hacer.

La Fundación Vicki Bernadet

¿Cuándo y por qué decidiste crear la Fundación Vicki Bernadet?

Yo sufrí abusos cuando tenía cinco años, y después volví a sufrirlos de los nueve a los 17. Y mantuve siempre el silencio hasta los 34 años. Cuando lo dije en voz alta y vi la reacción en mi entorno, me di cuenta de la realidad en la que vivíamos las víctimas. Me indigné bastante porque era una soledad tremenda. Así que me propuse crear una asociación pequeña, no muy ambiciosa, para que pudiéramos compartir nuestras emociones y necesidades. Pero no era consciente entonces de la magnitud de la población afectada por este problema. No paraba de crecer el número de personas que llegaban.

Durante estos 22 años el recorrido ha sido enorme, hasta hoy en que tenemos una fundación en la que podemos ayudar y dar respuesta a muchas personas. No a todas, es cierto, por la falta de apoyo económico, pero sí a una gran cantidad de personas. Por mucho que hayamos crecido, el porcentaje de población afectada es enorme. Se calcula que un 20% de la población ha sufrido abusos sexuales en la infancia.

Según un estudio de ANAR, los abusos contra menores de edad se han multiplicado por cuatro en la última década…

Se han multiplicado por cuatro porque ahora salen más a la luz, se denuncian más. En ese sentido, no es un dato preocupante. Lo que pasa es que yo tengo 67 años y te estoy hablando de hace 60 años cuando yo sufrí abusos. Entonces, las víctimas éramos totalmente invisibles. Poco a poco hemos podido conseguir que las personas fueran sintiendo la confianza necesaria para hablarlo y van apareciendo cada vez más. Por eso se multiplican los casos, no está claro que haya más que antes, pero sí que, afortunadamente, cada vez más se atreven a hablar.

¿Están protegidos realmente los menores ante el abuso sexual?

Si pensamos en el recorrido, hemos evolucionado, pero todavía estamos lejos de una situación idónea, tanto jurídica como socialmente. El tabú todavía existe. Parece que se ha roto porque hablamos mucho más de ello, pero solo está quebrado porque dentro de las familias todavía existe la falsa seguridad de ‘en la mía esto no pasa’, cuando en realidad en el 80% de los casos de abuso se dan dentro del núcleo familiar. Habría que dar muchos pasos en prevención y sensibilización para ir revertiendo está situación.

La Ley contra la violencia en la infancia aprobada el año pasado supuso un gran paso en este sentido, el problema es que como no llevaba consigo una partida presupuestaria suficiente [Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 contemplan una dotación de 25 millones de euros para el despliegue de la Ley de Infancia] para aplicarla, se va quedando atrás. Hay que presionar para que haya esos recursos económicos, para que se pueda implementar en su totalidad. De momento no es así. Otra cosa que tiene que ver con lo que hablábamos antes de la comisión. De momento no está prevista una partida presupuestaria para ella, o al menos yo no me he enterado, así que sería fundamental ver si van a tener recursos económicos para que de verdad puedan trabajar.

"Cuando uno actúa con transparencia, con valentía y da una respuesta a lo que pasa, la tormenta se apaga"

Cuando te entrevisté, me dijiste que el tema de los abusos sexuales en la infancia, y en concreto los que se producen en el entorno cercano de los y las menores, era un tema del que nadie quería hablar. Incluso te costaba encontrar empresas que quisieran apoyar a la Fundación Vicki Bernadet. ¿Sigue siendo así?

Hemos avanzado muy poquito. En los últimos tres años hemos conseguido alguna donación o patrocinio, pero no es proporcional ni al porcentaje de la población que sufre abusos intrafamiliares, ni a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Todavía hay resistencia a que una marca aparezca al lado del tema de los abusos sexuales en la infancia. Ha cambiado un poquito, pero no mucho. Y es algo que no entiendo porque la RSC es para apoyar problemas sociales y hay muchos, es cierto, de todo tipo, y entiendo que hay que diversificar el apoyo de las entidades privadas a los diferentes problemas que tiene la sociedad, pero es que el abuso sexual es a un 20% de la población no es proporcional al rechazo que tiene por parte de las empresas.

¿Quizá porque cuestiona a la familia como un lugar sacrosanto y nos cuestiona como sociedad que no es capaz de proteger a sus menores?

Bueno, la familia, la infancia, la sexualidad… Pero además hay resistencia en creer esos porcentajes, se cuestionan. Cuando estas cifras no las da ni nuestra fundación ni otra entidad, son datos avalados por el Consejo de Europa. Creo que es una cuestión de que es un tema, como me dijo una vez un empresario, que es ‘feo’. Y, sí, claro que es feo, pero lo que de verdad es horrible es que un adulto coja a un niño y le haga cosas que le pueden marcar para el resto de su vida. Precisamente por eso, creo que las empresas y entidades privadas deberían tener más valentía a la hora de decir 'yo apoyo la causa por la necesidad, no por lo que es'. Pero todavía estamos un poco lejos de ello.

Cómo ayudar

Es como decidir no ayudar a quienes más lo necesitan, a quienes menos pueden defenderse por sí mismos, los niñas y las niñas, y esas personas adultas que sufrieron abusos sexuales en su infancia.

La RSC en otras partes es eso, pero creo que aquí es marketing. Y claro, si lo enfocamos desde la perspectiva del marketing, pues nuestro ‘tema’ vende menos que otros que son graves, pero más fáciles de abordar.

"Hay resistencia en creer esos porcentajes, se cuestionan"

¿Cómo actuar en el caso de que un/a menor te cuente que está sufriendo abusos sexuales?

Lo primero y más importante es que les escuchen, que no les pregunten, porque si hablan ya lo van a soltar todo. Que no les interroguen, no solo por respeto al menor, sino porque las preguntas las tiene que hacer luego un profesional en el proceso de instrucción. Además, el testimonio de un menor hay que cuidarlo muchísimo porque es la única prueba que se tiene. Después de escuchar, creer, porque un niño o una niña no se inventa estas cosas.

El porcentaje de denuncias falsas es bajísimo. Y cuando ocurre no es que los niños mientan, sino que ha sido un relato inducido, pero un entrevistador forense especializado sabe qué preguntas hay que hacer para desmontar la acusación falsa. Creerles es primordial porque si no son creídos, muchas veces se retractan de lo dicho, prefieren echarse para atrás. Por eso es fundamental tener en cuenta el impacto que supone para ellos hablar. Si quien ha sufrido los abusos es escuchado y creído, las posibilidades de revertir su situación se multiplican.

¿Y cómo detectar y ayudar a un/a menor en situación de abuso?

El 92% de los casos de abusos sexuales no se cuentan hasta que se es adulto. Los niños no suelen hablar de ello. Pero, aunque a veces no lo dicen de palabra, sí que pueden manifestarlo a través de sus emociones, o de dibujos. Por eso somos los adultos los que tenemos que formarnos para detectarlo. Hay algo básico, que tenemos que ser conscientes de que existe la posibilidad de que ocurra. Si piensas que es algo increíble o que solo pasa en otras familias, difícilmente te vas a dar cuenta si sucede en la tuya. Y lo otro es aprovechar todas las oportunidades que tengamos para formarnos en el tema. Es fundamental porque cómo se sienta este niño o niña en el momento en que lo hable va a marcar su futuro.