A Socorro Martínez (Gijón, 1974) le apasionan tres cosas: su familia, la medicina y el deporte. Con mucho esfuerzo ha podido dedicar su vida a las tres, pero ha cobrado especial relevancia con la llegada de la pandemia, cuando se convirtió en la jefa de la primera Unidad de Rehabilitación Postcovid de España en el Hospital Benito Menni de Valladolid. Su unidad no aparece mucho en los medios, pero es clave para que los pacientes que han vencido a la Covid superen las secuelas y recuperen la vida que llevaban antes de la pandemia.

Por su importancia e innovación, ha recibido además el Premio a la Mejor Iniciativa de un Hospital Privado de España. "Me enorgulleció mucho, sobre todo porque nunca había conseguido ningún premio, con lo cual es una satisfacción enorme. Luego mirabas el jurado y todavía es para estar más orgullosa porque estaban profesionales como Pedro Cavadas, Valentín Fuster, un doctor que fue profesor mío en la facultad que era uno de los Fernández Vega y Ana Pastor".

Nacida en Gijón, la doctora Socorro Martínez aprendió de sus padres la perseverancia y el esfuerzo para labrarse un futuro. "Mis padres tenían estudios básicos y eran propietarios de una tienda de ultramarinos, pasándolo cuadraditos para que yo estuviera en Medicina. Mi madre siempre me dijo lo mismo: solo te voy a pedir una cosa, no vayas a pasear los libros. Los veía sacrificarse sábados, domingos y festivos", recuerda.

Socorro Martínez, Jefa de la Unidad de Rehabilitación Postcovid del Centro Hospitalario Benito Menni, en Valladolid..

Socorro Martínez, Jefa de la Unidad de Rehabilitación Postcovid del Centro Hospitalario Benito Menni, en Valladolid..

Aunque siempre dijo que quería ser profesora, un día, sin una razón aparente, cambió de opinión. "Estaba un día comiendo en casa de la abuela de mis primos y nos preguntó qué queríamos ser. Por primera vez en mi vida se me iluminó la bombilla y dije que médico, mi madre no daba crédito y pensó que se me pasaría". La medicina ya no se le fue de la cabeza. Solo contemplaba eso o heredar el ultramarinos de sus padres, no había otra opción. 

Al completar la carrera decidió estudiar la especialidad de Reumatología, pero desde entonces su trayectoria laboral ha pasado por muchos campos: medicina deportiva en su tiempo libre, 10 años en Urgencias, una segunda especialidad... "En un principio escogí Reumatología porque quería era estudiar algo que estuviera relacionado con el aparato locomotor".

"Poco a poco fui haciendo cosas de Medicina del Deporte, de hecho, fui médico de grada del Molinón durante un año en la época de Manolo Preciado, y empecé a ver lo que era la rehabilitación y la medicina del deporte desde otra perspectiva. Me di cuenta de que el médico deportivo sin un rehabilitador que oriente y que sepa guiar al fisioterapeuta no era nada. Así que cuándo surgió la oportunidad de volver a presentarme al MIR, elegí rehabilitación". 

Con la idea de "abrir trayectoria" y poder estar cerca de sus padres, justo en un momento en el que su madre fue diagnosticada de Alzheimer, en 2011 volvió a poner los codos y a estudiar el examen MIR. Lo pasó sin muchos apuros y consiguió acceder a esa especialidad que para muchos estudiantes de medicina es una completa desconocida porque "no la enseñan en la carrera": rehabilitación. 

Pandemia y primer paciente 

Pasaron los años, entre los que alternó el trabajo en Urgencias con el de rehabilitadora en diferentes centros como el Hospital Central de Asturias, y en 2020 le llegó una oportunidad: dirigir la Unidad de Rehabilitación del Hospital Benito Menni de Valladolid. Por desgracia hacía varios años que sus padres habían fallecido, por lo que no tuvo inconveniente en dejar su querida Asturias y empezar otro capítulo en su vida.

"Llegué el 9 de marzo y el 14 nos encerraron por la pandemia. Como yo digo, me quedé de okupa en casa de unos amigos durante dos meses, porque contaba con ir esa semana, volver a Asturias y hacer el traslado definitivo la semana siguiente", recuerda risueña.

Socorro Martínez y fisioterapeutas en rehabilitación con pacientes postcovid.

Socorro Martínez y fisioterapeutas en rehabilitación con pacientes postcovid.

No pudo llegar en mejor momento. Poco después de incorporarse a su nuevo puesto, concretamente el 20 de abril, llegó el primer paciente de Covid a la Unidad de Rehabilitación. En un momento en el que aún no se sabía mucho sobre la enfermedad, y menos aún las secuelas, Socorro vio que no se le podía tratar de la misma forma que a otros pacientes.

"Teóricamente nos lo mandaban como una miopatía del paciente crítico, es decir, una debilidad muscular por haber estado mucho tiempo en la UCI. Normalmente cuando vienen les exploramos para organizar qué tipo de rehabilitación necesitan. Cuando fui a ver a este paciente me le encontré prácticamente tetrapléjico y con el lado dominante mucho más afectado. Luego encima me cuenta que esa no es su voz, que está mucho más débil y que cuando bebe agua tose. Entonces dije: aquí hay algo que no me encaja".

Solo con ver a ese primer paciente decidieron que le tenían que atender de otra manera y crearon la Unidad de Rehabilitación Postcovid. En algo más de un año han atendido a 122 personas. Todas ellas han estado ingresadas en el hospital y un 55% han pasado por la UCI. "Ya hemos dado de alta a 100 pacientes que se van recuperados al 99%. La mayoría eran hombres de entre 50 y 60 años, pero por ejemplo el más jovencito tenía 35 años y el mayor 93".

Todos ellos han sido tratados por un equipo multidisciplinar de logopedas, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos y fisioterapeutas -encargados de la rehabilitación motora y respiratoria-, que poco a poco han ido conociendo las secuelas que deja esta enfermedad.

La Covid y el deporte

"Empezamos a ver que tenían pequeños trastornos cognitivos que no estaban contados dentro de la Covid. Había gente que tenía lagunas y el 96% de los pacientes hemos visto que tienen como alucinaciones". 

Algunas de estas secuelas, tanto físicas como cognitivas, se pueden experimentar incluso habiendo pasado la Covid de forma leve. Socorro lo vivió en sus carnes después de contagiarse en octubre del año pasado. "Como soy sanitaria estuve 31 días confinada al pasarlo y el primer día que pude salir a la calle me llamaron por teléfono mientras paseaba y no podía caminar a la vez que hablar, era imposible". 

Cuerpo Ténico Objetivo W21.

Cuerpo Ténico Objetivo W21.

"Para mí estaba perfectamente, pero luego la primera vez que quise mandar un mensaje de audio a través del WhatsApp me puse después a escucharlo y hacía como parones. Era porque no me salía lo que intentaba decir y no me había dado cuenta hasta que me escuché. A eso se le llama niebla mental, te sientes bien pero estás como abotargada, menos lúcida de lo que sueles estar".

Incluso la gente joven y deportista puede necesitar algo de rehabilitación tras pasar la Covid. Durante todos estos años, Socorro ha compaginado su trabajo en el hospital con el de médico deportivo pasando por la Selección femenina de balonmano, la juvenil y equipos de fútbol de Segunda B.

Desde noviembre forma parte del cuerpo técnico del Aula Cultural de Alimentos de Valladolid, el equipo de balonmano femenino que este año quedó segundo en la Copa de la Reina, y ha visto cómo ha afectado la Covid al desarrollo de las competiciones y a las jugadoras de su equipo. 

"En el Aula tuvimos dos brotes. Estuvimos aislados y las jugadoras lo pasaron con un poquitín de fiebre y un poco de dolor de garganta, pero nada más. Bueno pues el día que volvieron a entrenar las pobres no tenían la capacidad respiratoria, había disminuido prácticamente a la mitad, igual que su resistencia muscular. Estamos convencidos de que algunos partidos los habríamos ganado de haberlos jugado en situación normal".

Por eso aprovechó su experiencia en la Unidad de Rehabilitación Postcovid para poner a punto a las jugadoras. "Parece que estás hablando de deportistas de élite que se van a recuperar rápido, y luego te das cuenta de que la recuperación es igual que en cualquier otra persona, les cuesta muchísimo".

Socorro descansa más bien poco. Si sus padres sacrificaban fines de semana para atender su tienda, ella lo hace por su pasión por el deporte. Si no está en el hospital está como médico en el Aula Cultural, pero lo segundo, aunque es una responsabilidad, lo vive como "un desahogo". "Por ejemplo en mayo estuvimos tres días en el Teide a jugar la Copa de la Reina y eso no se paga con nada. Sigues haciendo tu función de médico rehabilitador pero no tiene nada que ver con tu día a día en el hospital", asegura.

Aula Cultural de Alimentos de Valladolid, subcampeonas Copa de la Reina 2020.

Aula Cultural de Alimentos de Valladolid, subcampeonas Copa de la Reina 2020.

Además, como exjugadora de balonmano cuando era estudiante, adora la "vida de vestuario" y poder seguir en el deporte, aunque sea de otra manera. "Me encanta estar en ese ambiente, lo que es la competición. También echar una mano al equipo y ver cómo las jugadoras a las que has tratado y has dado consejos rinden perfectamente".

Devolverles la vida

Para Socorro esa es la parte más bonita de la rehabilitación: ver cómo los pacientes recuperan sus vidas tras una lesión o una enfermedad. Una faceta de la medicina completamente distinta a la que vivió durante su paso por Urgencias, pero que le llena casi más.

"En Urgencias cuándo alguien viene en situación crítica, con una parada o una lesión medular que tienes que estabilizar, pues te sientes super orgullosa de hacerlo y de que vaya a la unidad a la que corresponda. La rehabilitación es como lo siguiente, te encuentras al paciente para intentar devolverle la mejor calidad de vida. Para mí es tan satisfactorio o más que Urgencias".

También termina formando un vínculo con ellos y sus familias. "Muchas veces las tienes que tranquilizar llega un momento en el que se desesperan. Tienes que decirles: tranquilos, no es que vaya mal es que esto es más lento. Hay que explicárselo y tener mucha paciencia". Unas situaciones que, aunque no lo parezca, se daban también con pacientes de la Unidad Postcovid. 

"Aparte de con la niebla mental, ha venido gente que no accedía a esa memoria a corto plazo. A lo mejor les enseñábamos un ejercicio y al día siguiente llegaba al gimnasio y decía: 'Sé que me has enseñado algo pero no soy capaz de recordarlo'. Luego otros que casi estaban más cercanos a un tipo de Alzheimer, leve y reversible, pero con los que teníamos que trabajar igual que con un deterioro cognitivo leve inicial".

"Hay otras personas que, no se sabe muy bien si por déficit de oxígeno, por la propia invasión cerebral del virus o por la tormenta de citoquinas, tienen unas pesadillas y alucinaciones muy vividas. Hay algunos que a día de hoy, a pesar de estar en su domicilio y saber que son alucinaciones, que no es nada real, siguen sufriendo un terror horroroso".

Socorro Martínez trabajando con una paciente de postcovid.

Socorro Martínez trabajando con una paciente de postcovid.

Físicamente, algunos de los pacientes llegaban "casi tetrapléjicos". "El primer día que son capaces de llevarse un vaso a la boca para ellos es un mundo. Porque claro, si la mayoría tienen unos 50 años, para ellos es frustrante". A la Unidad de Rehabilitación Postcovid el paciente que más tiempo había estado ingresado en UCI fue de más de 100 días, por eso, "el día que consiguen moverse y pueden caminar los ves con una sonrisa en el gimnasio que no tiene precio".

Gracias al proceso de vacunación, el número de pacientes con Covid está disminuyendo, pero por el momento en la Unidad de Rehabilitación no notan la bajada. "Como yo siempre digo, vamos en contra de la ola. Cuando está bajando a nosotros nos va subiendo los pacientes. Uno de los momentos que batimos récord de gente ingresada fue después de la tercera ola, en marzo. Prácticamente todos los días había dos o tres ingresos de postcovid". 

Una vez todos podamos volver a esa normalidad tan ansiada, no habrá que olvidar que seguirá habiendo pacientes postcovid intentando hacer lo mismo, y médicos como Socorro Martínez, devolviéndoles las vidas que el virus les intentó quitar.