Un obrero.

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Interiorismo

Un arquitecto, sobre el mayor coste oculto en una reforma: puede elevar el presupuesto hasta un 25%

De acuerdo con los expertos de la industria, las instalaciones invisibles y las sorpresas estructurales pueden hacer que el presupuesto se eleve hasta un 25%.

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Cuando pensamos en una reforma, tendemos a evaluar lo que es visible: pintura, suelos, azulejos, grifería o acabados decorativos. No obstante, un arquitecto experto advierte que lo más costoso no suele ser visible. En muchas construcciones, lo que se encuentra "detrás de las paredes" es lo que más impacta el presupuesto.

La explicación es sencilla: esos pagos de más provienen de ajustes normativos, sustituciones estructurales o intervenciones técnicas que no se consideran al principio. Y la realidad es que la edad del edificio y el nivel de incertidumbre acerca de su condición aumentan las probabilidades de que surjan esos costes adicionales.

En consecuencia José Luis Esteban Penelas, profesor de Arquitectura en la Universidad Europea, señala a los periodistas de Telecinco que "el precio final de la reforma depende de un montón de factores invisibles, tales como el nivel de acabados deseado por el propietario, si es una vivienda media o de alto standing o la antigüedad del inmueble".

Parece atractivo ajustar las distribuciones internas para conseguir espacios abiertos. No obstante, si se quitan tabiques que son muros de carga, es necesario reemplazarlos por vigas o refuerzos. Eso conlleva cálculos estructurales, permisos técnicos y la intervención de trabajadores especializados.

El arquitecto José Luis Esteban Penelas, por otra parte, afirma que los costes de remodelación se elevan significativamente si se interviene en la estructura vertical del edificio (por ejemplo, vigas y pilares).

Cuando una propiedad tiene varias décadas, a menudo sus componentes originales no se ajustan a las regulaciones vigentes, lo que requiere fortalecer las instalaciones de soporte, las vigas o los cimientos.

Es importante señalar que estas intervenciones estructurales tienen el potencial de incrementar en una porción considerable el presupuesto total y, en algunos casos, provocar desviaciones de hasta un 25 % por encima de lo planeado.

Asimismo, en comunidades de vecinos que se encuentran en edificios antiguos, es posible que cualquier cambio estructural necesite la aprobación de la comunidad y que cumpla con regulaciones específicas en términos de seguridad.

En consecuencia, si no se prevén esos requerimientos desde el principio, es posible que se impongan sanciones o que la obra quede paralizada.

El reemplazo o la adecuación de instalaciones ocultas, como tuberías viejas, sistemas eléctricos desgastados o desagües deteriorados, también representan un foco importante de costos ocultos. El proyecto puede extenderse más de lo planeado si se encuentran corrosión, humedad o daños.

Igualmente, Penelas, el arquitecto, señala que el precio final de una reforma está muy influenciado por estos factores ocultos: la condición de las instalaciones y la distribución interna no visible.

Igualmente, un informe sectorial indica que en viviendas de más de 40 años, los costes no contemplados en una reforma podrían sobrepasar los 20.000 euros.

Cuando el paso del tiempo desgasta, hay materiales viejos o se carece de mantenimiento, es más probable que se encuentren partes que no sirven y necesitan ser sustituidas.

Y esas labores no pueden ser aplazadas: si no se llevan a cabo, podrían dar lugar a problemas de estructura, humedad profunda o incluso peligros eléctricos.

Para evitar sorpresas, es fundamental tener un proyecto inicial y un análisis completo de la propiedad antes de comenzar. Un arquitecto o un técnico tiene la capacidad de identificar patologías estructurales y anomalías en las instalaciones, así como proyectar partidas de contingencia.

Para evitar imprevistos, es necesario tener un diagnóstico detallado de la propiedad y un proyecto inicial antes de comenzar. Un arquitecto o un técnico puede identificar anomalías en las instalaciones, detectar patologías estructurales y proyectar partidas de contingencia.

Finalmente, una dirección técnica continua y un seguimiento profesional contribuyen a la detección temprana de las desviaciones presupuestarias, evitando así que se conviertan en incrementos de costos descontrolados.

Según las fuentes del sector, un proyecto que se realiza adecuadamente desde el principio puede disminuir los desvíos hasta en un 20%. Lo más costoso de una reforma no es el diseño del grifo ni el mármol del suelo, sino lo que se encuentra tras las paredes. Muchos subestiman el coste del presupuesto cuando se reemplazan las instalaciones ocultas y se realizan intervenciones estructurales.

En definitiva, una planificación adecuada, una asesoría técnica, así como las reservas de dinero pueden determinar si un proyecto es factible o se convierte en una pesadilla financiera.