Una pareja joven en su nueva casa.

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Interiorismo

Ana García, interiorista: "Las parejas jóvenes cometen el error de amueblar deprisa con piezas de baja calidad"

La experta en diseño de interiores analiza qué buscan los jóvenes en su primera vivienda y da consejos clave para no equivocarse al decorar.

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Adquirir una primera vivienda es uno de los momentos más emocionantes en la vida de un par de personas jóvenes. Las decisiones que determinarán cómo se vivirá ese espacio en los años venideros son tan grandes como la ilusión. Aquí es donde las recomendaciones de los expertos cobran importancia.

Las generaciones más jóvenes vienen con ideas muy definidas. Desean casas funcionales, iluminadas y versátiles que se transformen en refugios y, al mismo tiempo, en lugares sociales. No obstante, la urgencia y los presupuestos reducidos a menudo les llevan a cometer errores que luego se traducen en costos elevados de durabilidad y confort.

La interiorista Ana García habla con El Mueble y cuenta que el fallo más común es amueblar con rapidez y con piezas de poca calidad. Su consejo es esperar, invertir en lo esencial y entender que una casa no se termina de decorar en un mes, sino viviendo dentro de ella.

Al estrenar casa, las prioridades cambian respecto a las generaciones anteriores. Hoy en día, los jóvenes demandan espacios abiertos, cocinas con isla y zonas versátiles donde poder reunirse con amigos. El salón y la cocina son el corazón del hogar, mientras que el dormitorio queda relegado a un papel más funcional.

"Vienen con muchas ideas de redes sociales y series, pero sobre todo quieren un espacio que les facilite la vida", explica Ana García al medio anteriormente citado. El diseño importa, pero lo que pesa al final es la funcionalidad: soluciones prácticas que permitan aprovechar cada metro y que encajen en presupuestos más ajustados.

Además, la sostenibilidad y la eficiencia energética se han convertido en criterios de peso. Cada vez más parejas buscan materiales ecológicos, muebles versátiles y sistemas que reduzcan el consumo. Una manera de ahorrar a lo largo plazo y de alinear el hogar con valores de respeto al medioambiente.

El error que más se repite, según esta experta, es amueblar de prisa y sin planificación. Muchas parejas compran piezas baratas que, en poco tiempo, se deterioran o resultan incómodas. "Mejor poco y bueno que mucho y malo", advierte la interiorista, recordando que lo barato sale caro.

Otro fallo es dejarse llevar por las modas pasajeras. Colores llamativos, muebles en tendencia o distribuciones poco prácticas terminan cansando o volviéndose poco funcionales en pocos años. Por eso, García apuesta por materiales atemporales y piezas base duraderas, que no pierdan vigencia.

La prisa también puede llevar a llenar espacios sin pensar en las necesidades reales. Su consejo es claro: convivir primero con la casa. Solo el día a día releva qué hace falta de verdad, y esa es la mejor manera de evitar compras compulsivas o muebles inútiles.

Para Ana García, hay elementos que no deben escatimarse: un buen sofá, una mesa de comedor resistente, una encimera de calidad y una iluminación adecuada. Son piezas que se usan a diario y que garantizan confort y durabilidad, mejorando la experiencia de habitar la casa.

En cambio, los complementos decorativos o accesorios se pueden adquirir poco a poco. Esto permite distribuir mejor el presupuesto, evitar endeudarse y mantener la flexibilidad de ir adaptando el estilo del hogar con el paso del tiempo y según las necesidades que surjan.

Además, recomienda apostar por una pieza de diseño clásico o una obra de arte que dé personalidad a la vivienda. Son inversiones que no pasan de moda y que aportan carácter sin necesidad de grandes reformas ni gastos excesivos.

En definitiva, amueblar una primera vivienda requiere paciencia, reflexión y visión de futuro. No se trata de llenar las estancias de inmediato, sino de construir un hogar paso a paso, adaptándolo a las necesidades reales y con piezas que resistan en el tiempo.