A la izda, la diseñadora Helena Rohner con David Pastor, director creativo de Rabadán. A la dcha., la butaca 'Elena'.

A la izda, la diseñadora Helena Rohner con David Pastor, director creativo de Rabadán. A la dcha., la butaca 'Elena'.

Decoración

Llega la primera butaca de diseño español creada para las mujeres

La empresa Rabadán y la diseñadora Helena Rohner crean 'Elena', resultado de una reflexión acerca de cómo nos sentamos, y que propone otras opciones de hacerlo 

9 enero, 2023 02:24

Según Pilar Civis, “el buen diseño también tiene alma”. La directora de la revista  Interiores hacía esta afirmación durante la entrega de los premios que, cada año, concede la prestigiosa publicación de decoración. En la edición 2022, el galardón a la Diseñadora Nacional del Año recayó en Helena Rohner.

[Pilar Civis, directora de 'Interiores' y los premios 2022]

En el caso de la Butaca Elena, su diseño tiene alma de mujer. Es fruto de la colaboración entre Nacho Rabadán, David Pastor y la diseñadora de joyas Helena Rohner, y de este 'triunvirato creativo' surge una idea brillante, que auna la tradición artesana y el diseño más exquisitos.

Rabadán abrió en 1980 como tapicería artesanal. En 2010, se incopora al negocio familiar Nacho Rabadán. Su sueño fue coger el relevo e implementar sus ideas para que la empresa familiar evolucionase. "Mi aportación como tal (ya como licenciado en Empresariales), es transformar aquel taller de oficios artesanales en una empresa actual, moderna y centrada en el detalle, el servicio y la calidad".

Según el empresario, la segunda generación al frente del negocio familiar, en estos 42 años de andadura de su empresa, "el encargo más raro fue rehacer el interior de un coche clásico, un Berliet maravilloso de principios del siglo XX".¿Y el más difícil?: "Los desafíos difíciles los tenemos constantemente. Nos gusta decir que somos especialistas en lo improbable".

También es suyo el concepto de una 'posventa comprometida': "Se trata de mantener al cliente igual de atendido después de finalizado el proyecto o venta, y responder siempre a posibles incidencias, adaptaciones posteriores o nuevas necesidades. El cliente no deja de ser cliente al entregar su proyecto".

La profesionalización de la empresa pasaba por la inclusión de un perfil experto en diseño y conocedor de la industria internacional del mueble y de las tendencias en interiorismo para generar líneas de negocio atractivas, actuales e innovadoras, por lo que se incopora también a Rabadán, como director creativo, David Pastor.

Y así, aquel taller-boutique se convierte en editora y fabricante de mobiliario de diseño, que comercializa colecciones propias de mobiliario y butacas de época originales, y confecciona cortinas a medida entendidas desde la tradición y el oficio.

"El proyecto de la Butaca Elena fue la primera colaboración contratando diseñadores externos a la empresa", explica Nacho Rabadán. David Pastor conocía a la diseñadora de joyas Helena Rohner, y su perfil multidisciplinar encajaba perfectamente. 

"Helena es una mujer con ese talento esencial, que ha aplicado en proyectos más allá del formato pequeño de la joyería por la que es internacionalmente conocida. Helena aportó su sutileza y serenidad en las formas y Rabadán las llevó a tres dimensiones", asegura David Pastor.

La butaca Elena, realizada por Rabadán y diseñada por Helena Rohner con tejidos Loro  Piana.

La butaca Elena, realizada por Rabadán y diseñada por Helena Rohner con tejidos Loro Piana. ANTÓN GOIRI RABADÁN

El nombre de Elena (sin H) es un homenaje a Elena, fundadora de Rabadán y madre del actual propietario, recientemente fallecida. "Su muerte sobrevino durante el proceso, y por eso se bautizó de esta manera", nos explica su hijo, Nacho Rabadán. 

¿Por qué una butaca de mujer? David Pastor lo tiene claro: "Porque su físico es distinto, porque su cultura corporal es propia, porque sus posturas o la manera en que se colocan en un asiento también son distintas, y porque un diseño corresponde a una sensibilidad. Ahora era el momento de dar voz a este particular".

Pero, ojo, añade, que la Butaca Elena no excluye a nadie: "Siendo hombre, me gustaría decir, que la butaca es cómoda también para nosotros. Las mujeres son capaces de pensar en sí mismas sin excluirnos…".

La diseñadora canaria (nació en Las Palmas) tampoco duda: "Elena es una butaca femenina en el sentido de que la he diseñado pensando en mí, así comienzo mis búsquedas de líneas e ideas".

Helena Rohner tiene dos tiendas, una en Madrid y otra en Barcelona, pero el 70 por ciento de su producción de joyas se vende en EE.UU., Japón, Reino Unido, Dinamarca, Bélgica, Holanda y hasta 20 países en tres continentes.

Y aunque ha diseñado desde alfombras, kilims, velas, cerámica, teteras, pomos, tejidos, maceteros, pufs, mesas, hasta gafas y lupas, llaveros y decoraciones navideñas, este proyecto era un desafío mayor: "En la butaca Elena ha sido un reto dibujar a tamaño natural, y esculpir una forma con mayor volumen que las joyas u objetos de casa a los que estoy más acostumbrada".

Elena es el resultado de una reflexión acerca de cómo se sienta la mujer, y propone opciones para distintas maneras de sentarse. "No creo que haya 'una' manera de sentarse de la mujer, pero sí que la mujer se relaciona con su propia corporalidad de modo distinto al hombre, y por tanto, en el modo en el que decide que su cuerpo repose", asegura David Pastor.

"Yo me siento con las piernas cruzadas, enroscada o de lado y apoyada en uno de los brazos. Prefiero que mis piernas no cuelguen, y las recojo. Elena nace de esa búsqueda de un espacio propio, donde sentarme con calma y tener espacio para un libro, una bandeja, una mantita o un cojín", aclara Helena Rohner.

La diseñadora Helena Rohner.

La diseñadora Helena Rohner. Antón Goiri Rabadán

Igual que Virginia Woolf reivindicaba Una habitación propia, la Butaca Elena reivindica un asiento propio, en el que no solo sentarse sino recostarse y darle otros muchos usos: "Ahora... es magia cuando uno lanza al mundo los diseños, el usuario interactúa con la pieza, cada uno usándolo de forma diferente".

Como explica la diseñadora, Elena es mucho más que una butaca:"Era hacer una escultura para la casa, tenía que tener también una lectura tridimensional, ser una pieza exenta con aire a su alrededor y que fuera armoniosa desde todas las perspectivas".

Según el diseñador Robin Mathew, “el diseño es donde la ciencia y el arte llegan a un punto de equilibrio”, por eso, asegura Helena Rohner, "el proyecto de la Butaca Elena lleva mucho diseño lento, y pensar en la forma ha sido solo una pequeña parte".

En otras palabras: "Las butacas para mí suelen ser algo incómodas, de frente no me sentaría jamás y así me voy moviendo por ellas, enroscándome para acabar generalmente de lado. De ahí la idea de una butaca con un solo brazo. También tenía que tener suficiente asiento para cruzar las piernas o apoyar un libro o una bandeja", añade.

Sus medidas se adaptan al cuerpo femenino y su estructura de madera de aliso escopleada (es decir, sin clavos ni tornillos) se realiza según un procedimiento secular tradicional. "Fundamental es la estructura maravillosa inicial, hecha en madera y a mano individualmente. Los distintos rellenos que hacen formas suaves y crean la forma toda alrededor de este primer esqueleto", asegura la diseñadora.

Algunas fases del proceso de fabricación de la butaca.

Algunas fases del proceso de fabricación de la butaca.

La butaca se realiza en algodón de alta resistencia, materia prima sostenible, natural y tradicional, que en las últimas décadas estaba relegado en la industria del mueble y que ahora es reivindicado en el diseño de la butaca Elena por su pureza y sus propiedades. "Elegimos algodón para mostrar un diseño honesto y rotundo", añade.

Pero no podía ser un algodón cualquiera: procede de Loro Piana, compañía del sector del lujo conocida por su cashmere, su vicuña y su lana extrafina. Aunque esta firma italiana inicialmente se dedicaba al sector de la moda, desarrolló más tarde una división específica para interiores, Loro Piana Interiors, con la que Rabadán colabora desde hace años.

Una vez escogido "el tejido de Loro Piana, de una calidad suprema y con propiedades antimanchas", el siguiente paso, la costura, "ha sido quizá el mayor reto: con David Pastor buscamos el mínimo de costuras posibles, sin cortes ni costuras que interrumpieran la forma fluida que tanto buscábamos", detalla la diseñadora.

Helena Rohner, con los distintos modelos de la silla Elena.

Helena Rohner, con los distintos modelos de la silla Elena. Antón Goiri Cortesía Rabadán

Según aprendimos en el artículo sobre los guardainfantes publicado en magasIN, algunos eran tan enormes que impedían completamente la libertad de movimientos de las mujeres, que no podían pasar por las puertas ni sentarse en sillones o sillas con brazos, lo que motivó cambios en el diseño de mobilliario del siglo XVII en adelante.

A partir de ese momento, se crean siilas y sillones sin brazos, que luego se mantendrán con el paso del tiempo. Pero ¿ha cambiado nuestra forma de sentarnos en el siglo XXI?, preguntamos a Helena y David.

"No sabría decir, pero está claro que nos sentamos buscando mucho más confort y detenimiento, cuidamos más las casas y hacemos de ellas nuestros nidos protectores", responde Helena Rohner.

David Pastor, sin embargo, tiene muy claro que sí ha cambiado: "Sin duda, la mujer ha evolucionado también en este sentido. Yo mismo he visto en casa cómo mi madre daba indicaciones a mis hermanas de cómo sentarse para guardar la compostura. Hoy las mujeres ya han cuestionado aspectos heredados y deciden que la búsqueda de la comodidad y el descanso es la finalidad buscada, independientemente de la opinión de los cánones sociales".

Como bien explica el director creativo de Rabadán, mucho han cambado las cosas desde aquel "siéntate derecha" y, todavía más, en la última década, desde que teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores extraplanos permiten llevar nuestra oficina a cualquier parte.

Medalla de Oro de las Bellas Artes, y finalista del Premio Nacional de Moda en dos  ocasiones, Helena Rohner está preparando una retrospectiva para El Museo del Traje en 2023, como ya adelantó a magasIN su directora, Helena López del Hierro.

"Es un enorme reto, hacer dialogar la colección permanente de joyas populares entre 1800 y 1900 con joyería contemporánea de los últimos 50 años. Los diseñadores y joyeros actuales bebemos tanto de esa historia, es impresionante, y me gustaría que se mostrara y que se divulgara", asegura la diseñadora canario-suiza. 

Siempre preocupada por reivindicar el papel de la artesanía y las técnicas ancestrales, Helena Rohner quiere dejar claro que "la Butaca Elena es posible gracias al buen hacer de los que trabajan dentro del taller de Rabadán, oficiales que dedican muchas horas y esfuerzo a hacer un trabajo meticuloso y de calidad".

La Butaca Elena y la colaboración con Helena Rohner "es la primera de otras tantas, la primera de un recorrido fundamentado en el rigor y el amor por el diseño. Habrá nombres más conocidos que otros, pero las propuestas estarán basadas en diseños interesantes e innovadores y tratarán de llenar nichos de mercado. Ya estamos trabajando en otros tres diseños, uno en desarrollo avanzado y otros dos en fase de definición", desvela David Pastor.

"A mi madre le habrían gustado muchísimo tanto la butaca, como el proyecto", explica Nacho Rabadán. Cuando le preguntamos qué opinan otras mujeres de su vida de la butaca: "Mi mujer, Noelia, está feliz y deseando tener una en casa", concluye.