Valeria Salgado, en su perfil de Instagram.
Una albañila habla sobre los estigmas en la obra: "Nos ven como 'marimachos', asumen que no somos heterosexuales"
Valeria comenzó este oficio como una necesidad y, después de unos años, decidió dedicarse a ello profesionalmente, a pesar de los prejuicios.
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El sector de la construcción ha sido, tradicionalmente, un lugar de hombres. Solo en España, las mujeres representan aproximadamente el 11% de la fuerza laboral y no todas ellas trabajan a pie de obra, sino que la mayoría se dedican a los perfiles administrativos.
Son precisamente estos datos los que nos hacen sorprendernos cuando una mujer decide ser albañil. Según Valeria Salguero, de 38 años, la sorpresa no es la única reacción y es que son muchos los estigmas que se viven: "Muchas personas dan por hecho que no voy a saber hacer el trabajo".
Además, más allá del oficio, los propios trabajadores y clientes creen saber, incluso, su orientación sexual. Tal y como relata la albañila a Infobae, "los compañeros te ven como marimachos. Asumen que no eres heterosexual, y todas tenemos nuestros maridos".
Los estigmas dentro de la construcción
Valeria Salguero es madre de tres hijos y la creadora del proyecto Obr Ar Constructorxs, un grupo de mujeres que se dedican a la construcción y hacen todo tipo de reparaciones, desde baños hasta patios.
Según explica al medio citado, Salguero fue peluquera durante 15 años, pero en la pandemia se animó a cambiar de rumbo. Siempre había ayudado en los arreglos de casa; sin embargo, nunca pensó que la construcción iba a ser su oficio en un futuro.
En realidad, para Valeria este oficio empezó como una necesidad, ya que tenían que arreglar su casa. "Mi padre tenía un trabajo de oficina, no sabía ni agarrar un clavo y la casa se nos venía abajo", explica, "tampoco teníamos para pagar a nadie".
Fue en ese entonces cuando su madre, ella y sus hermanos se encargaron de arreglar la casa. Un aprendizaje que también tuvo que poner en práctica cuando tuvo a su primera hija, "mi marido tampoco sabía hacer nada, y yo no quería repetir la historia".
Sin embargo, tras separarse y mudarse, el destino le tenía preparada la misma situación al cabo de otros años. "Estuvimos casi dos años sin luz en una habitación porque mi nueva pareja y yo no teníamos ni idea de electricidad y decidí apuntarme a un curso de electricidad".
Precisamente ese curso fue el que le abrió las puertas a un nuevo oficio, la construcción. Tras pasar por varias empresas, decidió crear el proyecto Obrar, Albañilería cosa de mujeres, al que se unirían otras mujeres como Mar Alpuy y Yesica Paz.
A pesar de que el oficio les guste, todas ellas coinciden en que a nivel social está asociado fuertemente a una labor masculina y prueba de ello es la discriminación que han sufrido por ser mujeres.
"Nos ha pasado que directamente nos rechacen sin ver ni lo que hacemos, porque estaban convencidos de que no íbamos a saber hacer el trabajo", explica Valeria, "pero también hay gente que por ese mismo motivo nos contrata con más ganas".
Añadido a ello, la albañila también cuenta que les han preguntado menos por ser mujeres, ya que dudan de su fuerza física y de sus capacidades. "Creen que es un trabajo de hombres, que quita feminidad".
De hecho, algunos de sus compañeros las ven como "marimachos", cuenta Valeria. "Asumen que no somos heterosexuales y lo más cómico es que todas lo somos, tenemos nuestros maridos, pero es increíble como estigmatizan la profesión", sentencia.
La mejor manera de afrontar este tipo de comportamientos, según explican, fue seguir adelante y enforcarse en hacer su trabajo. "Nos ganamos la confianza de la gente. Hemos ido a trabajar a lugares donde viven señoras grandes solas, que sus hijos estaban más tranquilos sabiendo que estábamos nosotras trabajando ahí".