Carmen Cervera.
Quién es Carmen Cervera (82 años) la séptima mujer más rica de España que nunca ha autorizado una biografía
La catalana creció en un barrio obrero de Barcelona y, antes de su fortuna, consiguió fama gracias a su belleza. Fue Miss Cataluña, Miss España y ocupó el tercer puesto en Miss Mundo.
Más información: La mujer que maneja millones en España y casi nadie conoce: esta es la fortuna oculta de Concha Yoldi (71)
En la lista de las 100 mujeres más ricas de España de Forbes, son pocos nombres los que nos resultan familiares. El de Sandra Ortega, es posiblemente el más popular; sin embargo, la gran mayoría de estas mujeres apenas son conocidas por el gran público.
En muchos casos, esto se debe a que han sido las propias mujeres las que han preferido tener un perfil discreto, como sucede con Carmen Cervera (Barcelona, 1943). La catalana ocupa el séptimo puesto de la lista, cuya fortuna se estima en alrededor de 1.400 millones de euros.
Su nombre real, María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra, es más bien desconocido, pero todo cambia cuando la llaman baronesa Thyssen, título que marcó un antes y un después en su vida y que estuvo ligado a la fortuna y a la colección de arte que hoy gestiona.
Quién es Carmen Cervera
Carmen Cervera nació en Barcelona en 1943, concretamente en el barrio obrero de Ciutat Vella. Los datos de sus padres son muy escasos. Su padre, Enrique Cervera Anfruns y Manent, era ingeniero industrial, pero hay quienes aseguraban que trabajaba de mecánico en un taller.
De su madre, Carmen Fernández de la Guerra, los datos son aún más limitados, así como todo lo que pasó con la baronesa Thyssen en su infancia. Con el paso de los años, su belleza y su increíble físico le otorgaron los primeros títulos de su vida.
En 1961, Carmen Thyssen obtuvo las bandas de Miss Cataluña, Miss España y el tercer puesto en Miss Europa, Miss Mundo y Miss Universo. Estos concursos fueron decisivos: más allá de los títulos, le abrieron las puertas al mundo del cine, la publicidad y, sobre todo, de la aristocracia.
El 16 de agosto de 1985, Carmen se casó con uno de los hombres más ricos del mundo: el barón Heinrich von Thyssen-Bornemisza. La catalana se convirtió en aristócrata consorte y a partir de entonces Cervera pasó a ser baronesa Thyssen.
Junto al aristócrata, Carmen tuvo un hijo, Borja Thyssen-Bornemisza (1980); sin embargo, no fue el único. La baronesa adoptó en 2007 a dos niñas gemelas, llamadas Carmen y Sabina.
Del matrimonio con von Thyssen-Bornemisza, Carmen no solo se consolidó en el ámbito de la aristocracia, sino que le otorgó una posición en el mundo del arte. La baronesa se convirtió en gestora, mediadora y, en muchos casos, defensora del patrimonio cultural.
La baronesa Thyssen.
Jugó un papel clave en el traslado de gran parte de la colección Thyssen a España y hoy en día es fundadora de tres museos: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en Madrid; el Museo Carmen Thyssen, en Málaga; y el Museu Carmen Thyssen, en Andorra.
Su fortuna procede principalmente de su extraordinaria colección de arte, compuesta por obras de Van Gogh, Monet, Caravaggio, Picasso, Rubens y otros grandes maestros.
A pesar de su increíble papel en el arte y su fortuna, Carmen vivió una vida muy "trágica", según confesó al programa 'Lazos de sangre' de Televisión Española. En 1973 se separó de su primer marido, su madre desapareció en 1992, y tuvo que despedirse de su hermano en 2003.
Estos son algunos de los sucesos que se pueden achacar a esa tragicidad, ya que el resto de la vida de la baronesa es más bien desconocida. Esto, en gran parte, se debe a que ninguno de los intentos de llevar a cabo una biografía de su vida ha tenido éxito.
La aristócrata ha tenido tres biógrafos. El primero de ellos, José Luis de Vilallonga, biógrafo del rey emérito Juan Carlos, después con la escritora Concha Calleja y, en 2023, con la periodista Nieves Herrero.
Esta última llegó a guardar 600 páginas en su ordenador que no pasaron la criba de la baronesa. Poco después de rechazar el manuscrito, anunció que escribiría sus memorias ella misma, con el fin de evitar eufemismos y preservar el control sobre su legado y la forma en que será recordada.