Ejemplo de un espacio decorado según la estética 'cluttercore'.

Ejemplo de un espacio decorado según la estética 'cluttercore'. Foto de Steph Wilson en Unsplash

Estilo de vida

'Cluttercore', cuando el desorden se convierte en tendencia: el estilo decorativo que huye del minimalismo

Tras años de tiranía de una estética limpia y que trabaja con poco más que los tonos neutros, la personalidad regresa a los hogares.

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Tonos neutros, líneas limpias, minimalismo y estética nórdica. Estos términos han plagado la inspiración decorativa, de moda y de estilo de vida de muchas personas en los últimos años.

No obstante, desde hace un tiempo, parece que el color ha vuelto a salir a las calles y también ha entrado en los hogares.

No solo el maximalismo o la tendencia del dopamine core han hecho esto posible, sino que hay otro concepto que ofrece una alternativa cuidada sin ser exagerada y que está convenciendo a muchos: el cluttercore, un caos o desorden intencionado en el que, casi por arte de magia, todo encaja.

Ver una casa con esta estética hace creer que es verdad que en las viviendas habita gente. De este modo, estas no parecen necesariamente pisos piloto o tienen, por defecto, la misma estética de la que compartían Kim Kardashian y Kanye West.

Sin embargo, el cluttercore va más allá, pues en la base de esta tendencia se encuentra también la de colocar, como si de una exposición se tratase, la mayoría de objetos posible. Una especie de exhibición comisariada por el dueño de cada casa.

La clave es mostrar pertenencias que definan a aquellas personas que vivan en ese espacio: desde láminas y fotografías, hasta jarrones con flores y frutas a modo bodegón, pasando por cojines con mensaje o tejidos muy especiales.

Hay puntos extra para aquellos que apuesten por la segunda mano.

Plantas por doquier y una paleta cromática muy cuidada.

Plantas por doquier y una paleta cromática muy cuidada. Foto de Lydia Mailloux en Unsplash

Este caos cuidado también es una suerte de mix and match, pero no solo en cuanto a objetos decorativos en sí, sino a mobiliario. En principio, modelos que poco tienen que ver entre sí se alían, dando lugar a combinaciones eclécticas que cobran sentido cuando se ven en conjunto.

La clave para que esto funcione es que todo esté realmente pensado. Dentro de este desorden, hay un orden buscado, aunque quizás en apariencia no resulte así.

Minimalismo vs. 'Cluttercore'

Comparativa del estilo minimalista y el 'cluttercore'.

Comparativa del estilo minimalista y el 'cluttercore'. Foto de Jakob Owens en Unsplash y foto de Thong Vo en Unsplash

El cluttercore se encuentra en las antípodas de lo minimal. Esta segunda estética es muy práctica y casi cualquiera puede mimetizarse con ella. Y quizás ese sea uno de sus puntos débiles, ya que la hace totalmente impersonal.

En un mundo de más de siete mil millones de personas, pensarse único es una ingenuidad, pero no resulta demasiado atractivo saber que todos hemos salido de la misma fotocopiadora. La vida al estilo Don't Worry Darling no convence ni contando con Harry Styles como marido, algo de lo que ya dio fe Florence Pugh en la maltratada cinta de Olivia Wilde.

Este tipo de decoración busca precisamente la diferenciación, conseguir que cuando alguien atraviese las puertas de casa sea capaz de identificar quién vive ahí.

Para ello, es muy interesante también poder incluir un aroma especial en la vivienda, algo que definirá más aún el ambiente y la estética de la misma.

Maximalismo vs. 'Cluttercore'

Montaje de una comparativa del maximalismo y del 'cluttercore'.

Montaje de una comparativa del maximalismo y del 'cluttercore'. Foto de ZHIDA LI en Unsplash e imagen de BarbaraRoste en Pixabay

Estas diferencias son más complicadas de afinar, al menos a simple vista. Para definir lo maxi, la frase de "más es más" siempre funciona. Todo lo extra cabe bajo su paraguas. Volúmenes, texturas, colores…

Sin embargo, falta una pieza fundamental del cluttercore en esta ecuación: la de la cantidad de objetos. Para aquellos que se inician o que solo quieren darle un toque a su espacio personal, esta clave se puede aplicar solo a una zona o rincón de la casa, no tiene por qué inundarlo todo por completo.

En el corazón de esta estética, laten los sentimientos, porque la idea es que aquello que se utilice tenga una historia o significado especial detrás. Esos pequeños detalles que hacen de una casa un hogar.

'Dopamine decor' vs. 'Cluttercore'

Estilo 'dopamine decor' y 'cluttercore'.

Estilo 'dopamine decor' y 'cluttercore'. Foto de Alex Tyson en Unsplash y foto de Alfons Morales en Unsplash

Al igual que sucede con el maximalismo, si el ojo no está entrenado por formación o por búsqueda de inspiración constante en Pinterest, confundir el dopamine decor con el cluttercore es más que posible.

No obstante, hay distinciones claras entre un estilo y otro, tanto en intención como en estética.

La primera propuesta tiene como base aumentar los niveles de dopamina, una sustancia química cerebral que al liberarse induce a la sensación de felicidad. La segunda pretende crear un espacio íntimo y generar un sentimiento de pertenencia.

Por otro lado, el aspecto abarrotado del cluttercore no se da en la tendencia dopamine decor, que a pesar de tener colores vibrantes y brillantes, apuesta por líneas y acabados muy limpios.

Además, el estilo que protagoniza este artículo mira más a lo vintage, lo kitsch y la nostalgia del coleccionismo, algo que define tanto a la Generación Millennial como el minimalismo. El segundo, bebe de la cultura pop y de referencias más actuales.

Apuesta y gana

El cluttercore es una propuesta decorativa atractiva, puesto que permite personalizar cada espacio de forma real, yendo más allá de escoger una paleta de tonalidades o una madera laminada.

Pero, ¿de qué forma se puede apostar por ella y acertar? He aquí algunas claves para conseguirlo:

  • Escoger una gama cromática. Para que ese desorden buscado y cuidado fluya y se refleje como debe, lo idóneo sería comenzar por escoger una serie de tonos sobre los que comenzar a trabajar.
    Conocer la Teoría del Color es fundamental para esto, sobre todo cuando no se cuenta con la asesoría de un profesional de la decoración.

  • Personalizar de verdad. El cluttercore pierde sentido cuando los objetos que se añaden para crear los distintos rincones o espacios no identifican a la persona que vive en la casa, ya que eso es lo que realmente va a marcar la diferencia. Se puede partir de una inspiración, pero el truco está en hacerla tuya.

  • Combinaciones nuevas. Entre la selección de piezas que destaquen en cada lugar, lo idóneo sería apostar tanto por alfombras, como por tapices, tejidos especiales, marquetería de tamaños dispares y formas y acabados en esa misma tónica…
    Algo que haga que todo el conjunto funcione de forma real y que no resulte ni forzado ni impostado.

Como conclusión, el cluttercore es un resumen de la vida. Una manera de representar recuerdos y de formar un espacio para crear otros nuevos. La búsqueda de la unicidad en un mundo de "copia y pega". Una pequeña dosis de realidad.