Marushia Monroy, una de las voluntarias del Elna Maternity Center.

Marushia Monroy, una de las voluntarias del Elna Maternity Center. Cedida

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Ayudar a madres e hijos refugiados en Grecia: así es la iniciativa premiada por Fundación Mutua

Marushia Monroy es una de las jóvenes que forma parte del proyecto 'Construyendo puentes', que ha ganado los Premios al Voluntariado Universitario otorgados por Fundación Mutua Madrileña.  

1 abril, 2022 01:48

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El camino de los refugiados hacia Europa no está exento de dificultades. Violencia, trata de personas o hambre son solo algunos de los peligros a los que se enfrentan en su búsqueda de una vida mejor. Unos peligros que se multiplican para las mujeres, y aún más si van embarazada o con bebés a su cargo. Por ello, en el Elna Maternity Center de Atenas centran sus esfuerzos en proporcionar una atención integral a mujeres refugiadas embarazadas que viven junto a sus familias.

Gracias al trabajo de los voluntarios y distintas ONG, casi un centenar de personas diferentes partes del mundo (como Afganistán, Siria, Irán o República Democrática del Congo) reciben alojamiento y manutención, así como apoyo legal, educativo, psicosocial y sanitario hasta que puedan conseguir el asilo político y un trabajo con el que subsistir.

Ahora, este proyecto llamado Construyendo puentes, y que ha sido impulsado por ocho alumnos de diferentes universidades españolas en colaboración con la ONG AIRE, ha recibido el primer premio en la novena edición de los Premios al Voluntariado Universitario. Un galardón que cada año otorga Fundación Mutua Madrileña para "reconocer y dar visibilidad a la labor solidaria de los estudiantes". 

Niños refugiados participando en las actividades educativas que organizan los voluntarios del Elna Maternity Center de Atenas.

Niños refugiados participando en las actividades educativas que organizan los voluntarios del Elna Maternity Center de Atenas. Cedida

La iniciativa del Elna Maternity Center, ha sido reconocida de entre un total de 78 candidaturas en las que han participado cerca de 2.000 alumnos de 57 universidades y 73 ONG. Además de la difusión que ha conseguido el proyecto, el premio de 10.000 euros ha sido recibido con una gran alegría entre los voluntarios del centro ya que permitirá prolongar el proyecto, que tiene un importante coste económico mensual. 

"Estamos muy contentos y tampoco nos lo esperábamos, fue una grata sorpresa. Por una parte, toda la difusión que nos ha dado nos viene superbien porque es verdad que el proyecto está un poco cogido por pinzas a nivel económico. Y el soporte económico que nos da es genial para prolongar el proyecto", explica a MagasIN Marushia Monroy.

Comunicación para ayudar

Monroy es una de las voluntarias que participan en este proyecto. A sus 23 años, esta estudiante de Comunicación Audiovisual decidió aprovechar el último curso de la universidad para aportar su granito de arena en el Elna Maternity Center.

Marushia Monroy.

Marushia Monroy.

"Son cinco ONG las que lo gestionan desde España (ONG AIRE, Lleida Per Refugiats, Algemesí Solidari, Collectiu VIO, e Himaya) y yo conocí el proyecto por una amiga mía que estuvo el año pasado de voluntaria aquí. Desde hace mucho tiempo me apetecía participar en un proyecto así como este año tenía más tiempo libre, ya que solo me quedaba hacer el TFG, dije: voy a aprovechar y voy a ir", relata con entusiasmo. 

Se inscribió como voluntaria en verano de 2021 y todavía sigue allí, ayudando principalmente con todas las tareas de dar difusión a la iniciativa. "Yo llevo un poco las redes sociales y luego voy creando contenidos audiovisuales". Entre esos contenidos están, por ejemplo, el vídeo que mandaron a la convocatoria de Premios de Fundación Mutua Madrileña en los que resultaron ganadores.

Además, Monroy está aprovechando su estancia y todo lo que está aprendiendo sobre la situación de estas refugiadas para su TFG, el cual también quieren usar en un futuro para sus redes sociales. 

"Estoy intentando hacer un reportaje audiovisual contando con testimonios de mujeres refugiadas en Atenas. Lo estoy enfocando en forma de debates con las mujeres, aunque yo solo les hago cinco preguntas. Realmente sirven un poco de guía para el debate, pero al final el objetivo es que se expresen ellas y digan lo que sienten. Darles la oportunidad de que tengan una voz porque al final la tienen un poco silenciada".

La espera de los refugiados

De su experiencia en el centro, Monroy destaca principalmente todo lo que ha aprendido sobre la situación de las personas refugiadas en Grecia, "la lentitud de todos los procesos que tienen que esperar, y también la deportaciones que se hacen".

Explica que hay mujeres que llevan años esperando para legalizar sus papeles y, mientras tanto, "no pueden trabajar legalmente, no pueden ganar dinero, no pueden financiarse una casa y comida para sus hijos. Es como un ciclo".

Además, a diferencia de lo que ocurre en España, que cuando nace un niño y se desconoce la nacionalidad se le da directamente la nacionalidad española; en Grecia puede incluso dificultar el proceso. "Si estás embarazada, igual es un poco más fácil. Aunque a muchas familias que están aquí les pasa que igual ya han conseguido todos los papeles, pero el bebé recién nacido no los tiene todavía. Entonces el proceso se alarga un año más hasta que puedan conseguir los papeles del bebé", cuenta Monroy.

Marushia Monroy.

Marushia Monroy.

Por eso, desde el Centro, además de proveer a estas familias de sus necesidades básicas (comida, asistencia sanitaria, un hogar), también organizan actividades socioeducativas: desde clases y tiempo de ocio para los niños, a charlas sobre salud sexual y reproductiva, cuidado emocional o promoción de la lactancia materna para las mujeres; así como clases de inglés y alemán.

"Por las mañanas repartimos la comida, material básico de higiene y pañales. Hacemos la compra dos veces por semana. Cada día es una familia la que cocina para el resto de las familias y voluntarias. Los niños de 2 a 5 años acuden de lunes a viernes al espacio educativo del centro, donde las voluntarias graduadas en magisterio trabajan día a día en mejorar las rutinas y las pedagogías utilizadas", relata Monroy sobre el día a día en el Centro.

Y continúa: "También tenemos una clínica abierta todas las mañanas y atendida por nuestras voluntarias de perfil sanitario para realizar un seguimiento de las embarazadas y atender las necesidades de salud básicas de los residentes. Por las tardes llevamos a los niños mayores de 3 años al parque, realizamos actividades de ocio y deportivas. Los días de lluvia se hacen actividades audiovisuales o artísticas en el centro". 

Aunque dentro de poco volverá a Madrid para terminar su Trabajo de Fin de Grado y así graduarse, Monroy tiene pensado seguir vinculada al proyecto Construyendo puentes. Y, quién sabe, puede que algún día incluso se dedique profesionalmente a utilizar la comunicación para seguir brindando ayuda a los demás.

"Estoy en un momento de que no sé muy bien qué va a pasar. Ojalá lo que me surja sea algo que me guste y en lo que me sienta gratificada. Pero la verdad es que el tema de las organizaciones y la comunicación me ha gustado mucho, así que no me importaría seguir trabajando en algo de esto. También me interesa mucho el cine documental o reportajes de denuncia social, porque al final creo que este trabajo es una buena forma de dar voz a personas que no la tienen y eso es algo que me apasiona".