La marcha por la justicia celebrada en marzo del año pasado, tras conocerse el caso de Brittany Higgins.

La marcha por la justicia celebrada en marzo del año pasado, tras conocerse el caso de Brittany Higgins. Reuters

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Escándalo en Australia: el 63% de las mujeres ha sufrido en acoso sexual en el Parlamento

Un informe de la Comisión Australiana de Derechos Humanos muestra que las parlamentarias sufren más acoso sexual que la media de mujeres de todo el país.

30 noviembre, 2021 18:52

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El 63% de las parlamentarias de Australia ha sufrido acoso sexual en su lugar de trabajo. Así lo desvela un informe independiente publicado este martes por la Comisión Australiana de Derechos Humanos. Dicho informe fue encargado por el Gobierno del país tras el caso de Brittany Higgins, que provocó un gran escándalo en la política australiana y cuestión la seguridad en los lugares de trabajo del Parlamento.  

En febrero de 2021, Brittany Higgins, asesora gubernamental, denunció que había sido violada en la oficina del Ministerio de Defensa. Según explicó durante una entrevista en Network 10, los hechos ocurrieron en marzo de 2019, cuando ella tenía 24 años. Era viernes noche y ella salió con un compañero que trabajaba para el Partido Liberal. Él le invitó a varias copas y luego se ofreció a llevarla a casa. Al final acabaron yendo a las oficinas y, una vez allí, Higgins se mareó y se tumbó en un sofá.  

Cuando se despertó, estaba sufriendo una agresión sexual. "De repente, estaba encima de mí y físicamente no podía sacarlo de encima. Me desperté en medio de una violación. Le dije que se detuviera. Yo estaba llorando y él ni siquiera me estaba mirando", declaró en la entrevista. 

Higgins aseguró haber contado lo sucedido a un miembro de la ministra de Defensa, Linda Reynolds, pero ella "claramente no quería oír hablas más del asunto". También acudió a la policía en abril, pero finalmente decidió no interponer una denuncia formal por miedo a las repercusiones en su carrera profesional. Después de ella otras tres mujeres acusaron de violación a un exasesor de Gobierno y todo ello generó una ola de protestas contra el acoso sexual, poniendo el foco sobre el ambiente sexista en las altas esferas del país.

Acoso en el Parlamento

Ahora el informe, para el que se ha entrevistado a 1.723 personas de 33 organizaciones distintas, muestra el alcance de los comportamientos machistas entre los políticos australianos. 

Concretamente el 77% de las personas que han trabajado en el Parlamento han "experimentado, visto u oído sobre bullying, acoso sexual o intentos de agresiones sexuales". Asimismo, el 33% de los trabajadores ha sufrido alguna forma de acoso sexual mientras trabajaba allí, siendo las víctimas mayormente mujeres (un 40% frente a un 26% de hombres). En lo que respecta a los parlamentarios, el 24% afirma haber sido acosados sexualmente frente al 63% de las parlamentarias.

Según otro informe publicado en 2020 por la misma institución, el 39% de las mujeres en el país han sido acosadas sexualmente en su entorno laboral. Esto denota el machismo existente dentro del Parlamento, ya que el porcentaje de parlamentarias acosadas es visiblemente superior al de la media nacional

"La cultura lo permitía, animaba a ello", dijo una de las encuestadas anónimas en declaraciones recogidas por Efe. Ella describe en el informe cómo políticos masculinos "no pensaban en otra cosa que en llevarte, besarte en los labios, levantarte, darte palmadas en el culo, hacer comentarios sobre tu aspecto físico".

No denuncian

Al igual que le pasó a Brittany Higgins, la mayoría de las víctimas de acoso sexual o agresiones no denuncia (solo lo hace el 11% de las personas). "Algunos participantes describieron que sentían que las únicas opciones eran tolerar las malas conductas o irse, en lugar de que fuesen abordadas. Muchos también han descrito las consecuencias negativas personales y en sus carreras que han experimentado por quejarse", expone el informe. 

En los casos de acoso sexual, el 55% de las personas consultadas no denunciaron porque "no creen que sea suficientemente serio", el 45% porque "consideran que la gente pensará que están sobrerreaccionando", y el 40% porque creen que "las cosas no cambiarán aunque denuncien". 

"Experiencias así dejan un rastro de devastación para las personas y sus equipos y socavan la actuación de nuestro Parlamento en detrimento de la nación", afirmó Kate Jenkins, Comisionada de Discriminación Sexual y autora principal del informe. 

Ante estos datos, son muchas las políticas que han pedido un cambio dentro del Parlamento. "Es hora de cambiar nuestro Parlamento Federal para siempre. Necesitamos un código de conducta y una forma eficaz de recibir y actuar ante las quejas... Necesitamos que todos los partidos políticos trabajen juntos con urgencia y ambición", ha aseverado Julia Gillard, ex primera ministra de Australia. 

En este sentido, el propio informe incluye 28 recomendaciones para mejorar esta situación, entre las que se incluyen: mejorar el liderazgo, una mayor paridad y diversidad entre los parlamentarios, la publicación de otra guía de actuación, cambios en los horarios laborales y una disminución de la cultura del alcohol.

Pese a todo, aquí no ha terminado la polémica. El mismo día de la publicación del informe, algunos senadores se han burlado de su homóloga, Jacqui Lambie, y han producido ladridos y gruñidos mientras ella exponía sus argumentos. Unos hechos que las parlamentarias no han pasado por alto, y han denunciado como una muestra más de menosprecio y acoso que reciben diariamente por parte de algunos compañeros. Finalmente, el senador David Van, del Partido Liberal, se ha disculpado por "sus interjecciones".