Un gato encima de la espalda de una veterinaria.

Un gato encima de la espalda de una veterinaria. Istock

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Tres claves de una etóloga felina para preparar a tu gato antes de ir al veterinario: "Con mis consejos, se reduce la ansiedad"

Esta guía práctica te ayuda a crear una correcta preparación para que tu animal tenga una consulta veterinaria tranquila.

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Llevar a un gato al veterinario nunca es tarea fácil. Para muchos, salir de casa y enfrentarse a un entorno desconocido representa una experiencia estresante.

Sin embargo, una correcta preparación puede marcar la diferencia entre una consulta caótica y una visita tranquila.

El canal de YouTube de Alejandra Morán, especializado en cuidado felino, compartió una guía práctica con tres recomendaciones antes de llevar a un felino al veterinario. Aquí repasamos los puntos más importantes.

Un transporte seguro

El primer aspecto fundamental es contar con un transportín adecuado. No basta con tenerlo, lo ideal es que el animal se familiarice con él previamente. "Si aparece únicamente el día de la visita al veterinario, lo asociará con una experiencia negativa".

Por eso, se recomienda dejarlo en casa como parte del entorno cotidiano, colocándolo dentro una manta, juguetes o golosinas para que lo perciba como un refugio seguro.

Normas de adaptación

El segundo consejo apunta al traslado. El movimiento, los ruidos y la vibración del vehículo pueden resultar muy perturbadores para un felino.

Una buena estrategia es realizar trayectos cortos en coche sin destino veterinario, de modo que el gato se acostumbre paulatinamente a la experiencia.

"Con este proceso de desensibilización, es más probable que el animal viaje con menos ansiedad el día de la cita médica", explica la etóloga.

Elegir una clínica

Finalmente, el lugar de atención es tan importante como la preparación previa. Existen clínicas veterinarias certificadas como Cat Friendly, diseñadas específicamente para reducir el estrés felino.

Estos centros incorporan salas de espera diferenciadas, personal entrenado en técnicas de manejo amable y, en muchos casos, el uso de recompensas y refuerzo positivo para que la experiencia sea menos traumática.

Planificar la visita al veterinario no solo beneficia al felino, sino también a su dueño. Un traslado más tranquilo reduce el riesgo de accidentes durante el transporte y permite que la consulta se desarrolle sin sobresaltos.

Al aplicar estas recomendaciones, la cita con el veterinario deja de ser un episodio temido para convertirse en parte de una rutina de cuidado responsable.