Hommer ha vivido mil aventuras en su corta vida.

Hommer ha vivido mil aventuras en su corta vida.

Con la colaboración de:

Mascotario

Rescata a un gato que estaba con un indigente en Barajas: "Los primeros días fueron difíciles. Llegó traumatizado"

Cuando su familia decidió mudarse a Sudamérica, no pudieron incluirlo en el viaje y decidieron regalarlo a una persona sin hogar.

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Cuando Hommer fue adoptado, nadie podía imaginarse el recorrido que iba a dar su vida. Desde los hogares más acogedores hasta los sótanos más oscuros. De un momento a otro, el día a día de este gato atigrado cambió por completo.

Desde pequeño, fue acogido en una casa madrileña por una familia con niños, juguetes y todo tipo de entretenimiento. Creció alegre, amable y cariñoso. Nunca se despegaba de sus tutores; corría por las escaleras y perseguía los juguetes.

A los dos años todo cambió. Su familia decidió mudarse a Sudamérica. Pero, por un trámite mal gestionado, o quizás por desinterés, no pudieron incluirlo en el viaje. En lugar de buscar una solución o asumir la responsabilidad, tomaron una decisión dolorosa: dejarlo atrás.

Llegaron al aeropuerto de Madrid-Barajas y decidieron regalar a Hommer a una persona sin hogar que vivía en la terminal del aeropuerto. Justo antes de facturar, lo dejaron a la primera persona sin hogar que vieron. La mujer aceptó quedárselo.

Al rescate

Los trabajadores del aeropuerto, que vieron lo que ocurría con el gato, avisaron a la familia de que esa persona no estaba en condiciones para cuidar de un animal. Aun así, los tutores entregaron el gato, junto con sus papeles y su transportín.

El animal pasó semanas dentro de un transportín, sin comida ni agua, al cuidado de una persona que no podía alimentarse a sí misma.

El aviso llegó a Helena Andrés Rubio, coordinadora en el área de movimiento del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y fundadora de la asociación Gestión Felina del Aeropuerto de Madrid (GFAM), tres semanas después.

Rubio empezó a ir al terminal 4 todos los días, intentando localizar a la persona que tenía a Hommer. Finalmente, dio con ella y, con gran resistencia de la persona sin hogar, recuperó al gato en un estado de gran estrés, miedo y desconfianza.

Un largo viaje

Fue en ese momento cuando el gato adquirió el nombre de Hommer, en honor a su largo viaje y como símbolo de un nuevo comienzo. "Los primeros días fueron difíciles. Llegó traumatizado", cuenta Rubio a Mascotario.

El gato mordió a su rescatista varias veces, se escondía y no se dejaba tocar. La joven coordinadora le dio espacio, tiempo y, sobre todo, respeto. Mientras tanto, compartía historias en redes para tratar de encontrar a su familia. "Fue entonces cuando nos contactaron", recuerda.

La familia originaria de Hommer dijo que quería recuperarlo. "Les ofrecimos nuestra ayuda: podíamos encargarnos del traslado, los trámites, lo que hiciera falta". Al principio aceptaron, pero pronto dejaron de contestar. Ante su silencio, y viendo claro el abandono, presentaron una denuncia formal ante la Guardia Civil.

Un nuevo inicio

Tras el proceso legal, Hommer pasó oficialmente a estar a nombre de la asociación. Fue entonces cuando una trabajadora del aeropuerto, que había seguido su historia desde el principio, les contactó: quería adoptarlo.

Hoy, Hommer vive feliz con ella, su marido, otro gato y un perro. Ya lleva dos años en su nuevo hogar. Se ha recuperado emocionalmente, confía en su familia y vuelve a ser un gato cariñoso, seguro y tranquilo.