Imagen de un albañil.

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Manuel, albañil con 20 años de experiencia: "Se gana un buen sueldo y hay mucha demanda, pero el trabajo es duro"

Sus años de trayectoria y su reputación le permiten cobrar un salario significativamente por encima de la media.

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Manuel tiene 45 años y lleva más de 20 trabajando como albañil. Durante dos décadas ha levantado paredes, instalado techos y construido hogares, perfeccionando su oficio con cada proyecto.

Hoy, su experiencia lo coloca en una posición privilegiada: la demanda de obra es muy alta, y encontrar trabajadores cualificados es cada vez más difícil.

“Antes había competencia, tenías que buscar clientes, ajustarte a precios… Ahora hay obras por todos lados y muchas empresas me llaman directamente para contratarme”, comenta Manuel. Sus años de trabajo duro y su reputación le permiten cobrar un salario significativamente por encima de la media del sector, reflejo de una mano de obra especializada cada vez más escasa.

La construcción atraviesa un momento único. La combinación de programas de rehabilitación de edificios, nuevas construcciones residenciales y grandes obras públicas ha generado un auge que contrasta con la falta de trabajadores cualificados. Los jóvenes, a menudo, no eligen el oficio, lo que convierte a profesionales con experiencia como Manuel en piezas codiciadas del mercado laboral.

Manuel explica que su día a día sigue siendo exigente: jornadas largas, esfuerzo físico constante y trabajar bajo el sol o la lluvia forman parte de su rutina. “El dinero está bien, pero el trabajo es duro. No es fácil estar todo el día bajo el sol o cargando materiales pesados”.

Sin embargo, el panorama económico le permite planificar mejor: “Puedo rechazar trabajos que no me convienen, elegir proyectos interesantes y hasta negociar mejores condiciones. Antes eso era impensable”, asegura. 

Más allá del dinero, Manuel valora el reconocimiento que viene con la experiencia. Los clientes y las empresas confían en su criterio, su precisión y su capacidad para resolver problemas en la obra.

Para él, eso es casi tan importante como el sueldo: “Cuando ves tu trabajo terminado y la gente te agradece, sabes que todo el esfuerzo valió la pena”, dice con orgullo.

Sin embargo, Manuel también reflexiona sobre la necesidad de incentivar la formación en oficios. La escasez de albañiles jóvenes podría ser un problema serio en el futuro cercano: “Si no hay gente que aprenda, todos los que llevamos años en el sector tendremos más trabajo, pero será más difícil mantener la calidad y cumplir con los tiempos”, advierte.

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