Guillermo Fera y uno de sus mensajes en Málaga.

Guillermo Fera y uno de sus mensajes en Málaga.

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El joven que ha llenado Málaga de frases que frenan el tiempo: "En un mundo tan rápido, que alguien pare a leerme es mucho"

Guillermo Fera comparte por ciudades y pueblos de toda España sus escritos, gran parte de ellos, sentimientos y reflexiones que comparte en forma de regalo con todos.

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Desde hace unas semanas, algunos malagueños se han preguntado quién está detrás de unos bonitos mensajes que han aparecido por las calles de Málaga. Están escritos con una letra preciosa en unos folios con flecos que quedan tras ser arrancados de una libreta. Y cada frase encoge el alma e invita a reflexionar a todo el que se la encuentra. Una se colgó en un semáforo de la Alameda. Otra en una farola, junto a la Catedral y otras dos en un rinconcito del paseo marítimo y en la calle Larios. Y todas firmadas por @GuillermoFera.

Detrás de este usuario de Instagram está Guillermo Fera, un joven almeriense de apenas 26 años que lleva meses tratando de hacer algo más bonitos los días a todo el que se topa con sus escritos. Intentando que detrás de tanto scroll en el móvil, y de tanta carrera para un lado y para otro, se paren un momento y valoren los pequeños detalles que la vida les regala. El joven ha hecho de la escritura espontánea y callejera un modo de conectar con desconocidos a través de la reflexión.

"Lo que suma calma, no merece espacio", apuntó en una farola de la calle Larios; "Yo solo quiero que mi familia y amigos triunfen porque no hay mayor lujo que aprender de la gente que quieres", escribió en otra de la plaza del Obispo.

"Realmente empecé a escribir por mí, para ordenar lo que pensaba. Pero terminé compartiéndolo porque descubrí que a mucha gente le servía también", explica. Estudió Magisterio de Educación Física en Granada y trabaja como entrenador, pero su pasión por las palabras surgió como un refugio personal. "Una prima fue la primera en animarme a compartir mis textos. Primero lo hice en redes de manera virtual y mientras estudiaba en la universidad colgué mi primera frase, digamos, en físico. No pensé que nadie la leería, pero la repercusión fue enorme", declara.

Desde entonces, sus "frasecitas", como él mismo las llama, han aparecido poco a poco en ciudades como Málaga, Granada, Almería, Barcelona, Bilbao o incluso San Sebastián, siempre en lugares estratégicos donde alguien pueda detenerse un instante a pensar.

"Lo bonito es que cada persona lo interpreta de forma distinta. A lo mejor una frase me recuerda a mi abuela, pero para otros significa algo relacionado con un ser querido que sea especial para ellos. Lo que más me mueve es cuando después me buscan en redes para contarme la emoción que les ha despertado, lloro", asevera.

Su perfil de Instagram, donde suma más de 20.000 seguidores, creció de forma orgánica. "El primer impulso llegó con unos vídeos que grabé junto a mi abuela, donde ella respondía preguntas sobre la vida. Después, la comunidad fue aumentando poco a poco a medida que subía frases". Hoy sus publicaciones tienen eco tanto en jóvenes como en mayores. "Recuerdo especialmente una frase que escribí en Granada: ‘A veces son las personas del cielo las únicas que no te dejan rendirte’. Un chico me escribió hablando de su madre, y yo también había perdido a la mía. Ese tipo de conexiones son las que te conmueven".

Fera reconoce que le hubiera encantado que su madre viera todo esto, pero sabe que en parte escribir le ha ayudado a sobrellevar su ausencia. "Me hacía pensar con claridad en momentos difíciles", dice. Quizás por eso su proyecto emociona a tantos.

En Málaga, una ciudad que visita con frecuencia por ocio, ha dejado hace un par de semanas varias frases en lugares muy concurridos como la calle Larios o la plaza del Obispo. "En un mundo tan rápido, que alguien frene un momento ya es mucho".

Aunque sus papeles muchas veces terminan retirados por los servicios de limpieza o por curiosos que se los llevan, otros permanecen intactos porque quienes los ven los respetan. "Sé que hay barrenderos que han limpiado toda una farola menos la frase, aunque comprendo que hagan su trabajo y las retiren", añade.

Aunque sueña con escribir un libro algún día, por ahora disfruta de la inmediatez de su proyecto. "Me encantaría que más gente usara las redes para compartir lo que les apasiona de verdad, sin miedo a la crítica. Al final, siempre habrá gente que no lo entienda, pero también un grupo muy grande al que sí le aportes algo positivo".

Guillermo Fera, en una fotografía cedida.

Guillermo Fera, en una fotografía cedida.

La familia y sus amigos, lejos de reprocharle nada, le han apoyado desde el primer momento. "Han visto siempre que lo que hago es algo positivo, y eso ha sido una suerte enorme", afirma. Por eso, seguirá llenando de frases las calles por donde pase, convencido de que, aunque pocos se paren a leerlas, quienes lo hagan lo recordarán.

Cuando se le pregunta si le gustaría ver alguna de sus frases en una ciudad concreta, asegura que no, porque tiene una meta clara: "con que estén en lugares donde la gente les dé valor, me basta".