Isabel, autónoma y frutera.

Isabel, autónoma y frutera. Patricia Sierra

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Isabel, frutera y autónoma, tajante contra los impuestos: "Ojalá no se inventaran tantos, al final no tenemos nada"

La empresaria expresa sus dudas acerca de si, debido a su situación laboral, tendrá derecho a una pensión y cuestiona si su vejez la pagarán "los tiktokers".

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Patricia Sierra
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Isabel lleva trabajando desde que era una niña. Comenzó junto a sus padres y sus hermanos como frutera en distintos mercados de Málaga. De lunes a viernes estudiaba, mientras que los fines de semana vendía en cualquier punto de la costa.

Todo cambió hace 19 años cuando se convirtió en dueña de su propia frutería. Y, a pesar de que "está muy bien ser tu propia jefa", admite que "siempre hay muchas cosas que pagar".

La empresaria, que es una pequeña autónoma que regenta solo este negocio, señala sin rodeos que su sector sobrevive a duras penas debido a que "no puedes competir con las grandes superficies".

Para empezar, según la frutera, es duro "tener tu propio negocio e intentar sacarlo" hacia delante, a lo que se suma que "tampoco puedes contratar a nadie porque siempre estás ahogado".

En el local trabajan su marido y ella. Según cuenta, no pueden permitirse a nadie más. Para ellos aumentar la plantilla supone que uno de los dos deje de cobrar y con un único sueldo no llegan a fin de mes.

Cada 30 días han de pagar una hipoteca, gastos del hogar y del negocio, seguro de autónomos (300 euros cada uno) y la educación de sus hijos. Isabel sostiene que, a pesar de todos los frentes que tienen abiertos, no reciben ninguna ayuda.

Es cierto que tuvo su baja por maternidad y que le pagaron 100 euros por ser madre trabajadora todos los meses. No obstante, remarca que "cuando el niño llega a los tres años, dejan ya de pagártela, porque ya no eres madre ni eres trabajadora".

En más de una ocasión ha solicitado subvenciones, pero no se las han concedido por ser autónoma. Sí que es verdad que recibe descuento en el comedor, señala. Sin embargo, entre cubrir gastos tanto del negocio como de su casa, "al final no tenemos nada".

Ahora mismo "nos queda para vivir el día a día", aunque supone que habrá muchas personas en una situación similar.

Cuando es preguntada por si conoce cuánto puede cobrar de pensión siendo autónoma, no sabe qué cifra decir."¿Me quedará pensión? ¿Tendré derecho?", cuestiona la frutera. Isabel recalca que la edad de jubilación cada vez es más alta y, cuando le toque por fin dejar de trabajar, "no vamos a llegar a disfrutar nada".

A ese problema se suma otro más: "¿quién me va a pagar a mí la vejez? ¿Los tiktokers?", pregunta seguida de una risa irónica. La autónoma tiene 19 años cotizados, más todos los que tiene trabajados en los mercados y, aún así, asegura que no llegará al mínimo requerido para recibir una "buena" pensión.

Tiene claro que esta situación debe dar un giro de 180 grados. Lo primero es "bajar los seguros", también establecería una serie de ayudas para los autónomos y que bajasen los impuestos o que "ojalá no se inventaran tantos".