Un montaje de Bad Bunny y la imagen de Antonio López en el restaurante.
Un malagueño va al restaurante de Bad Bunny y alucina con la cuenta: "Ya podría haber venido a cantarnos"
El influencer nerjeño Antonio López acudió a Gekko a comer con su pareja, la también influencer Solange Janssens y aunque a ambos les encantó la comida, vieron el precio desorbitado.
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Hace apenas unos días que el cantante Bad Bunny comenzó su serie de una treintena de conciertos en Puerto Rico, su tierra natal, y hay españoles que han aprovechado la multitud de fechas para viajar hasta este país y vivir el sueño de ver a su artista favorito en persona.
Entre ellos, el influencer nerjeño Antonio López, campeón del mundo de salsa, y su mujer, la también influencer almuñequera Solange Janssens. La pareja es muy fan del artista y no dudaron un segundo en acudir al concierto la pasada semana. Pero para terminar de redondear la experiencia, antes de partir hacia Puerto Rico, durmieron en Miami, donde cenaron en el restaurante de Bad Bunny, Gekko.
Así lo han confirmado en un vídeo que han compartido en redes sociales, donde se ve a ambos degustando varios platos en el lujoso restaurante, especializado en cocina japonesa tipo steakhouse y ubicado en el barrio de Brikel. El negocio echó a andar en 2022 gracias a una sociedad entre el reguetonero y el empresario David Grutman.
En el citado tiktok, Solange y Antonio confiesan que no es fácil reservar en el restaurante, pese a que la oferta gastronómica no es para todos los bolsillos. Un 'tiradito', un maki de atún, otro de wagyu con plátano frito y hasta unos saquitos rellenos de langosta y "oro" por encima, así como unos mini tacos también de wagyu, son algunos de los platos que prueban.
Durante el vídeo ambos coinciden en que todo está "buenísimo", pero Antonio se va percatando de que cuando llegue la cuenta les van a pegar la estocada. "Estos mini tacos cuestan veinte euros...", dice en un instante del tiktok.
@solangejanssens Probando el restaurante de Bad Bunny
♬ sonido original - Solange Janssens
La velada acaba tras probar una tarta de dátil. "Cenar todo esto nos ha costado por el módico precio de 386 dólares que va a pagar mi mujer... porque yo me voy al baño", dice el malagueño al final del vídeo, aún impresionado por el resultado final de la agradable velada. En los comentarios, el influencer confesaba que por el precio, igual Bad Bunny tenía que haber ido a cantarles como mínimo.
En el post, diversidad de opiniones. Hay seguidores que les dicen que "se lo pueden permitir", mientras que otros ven los 386 dólares como algo barato para ser Miami. "Para lo que comieron... ¡No es nada caro!", planteaba una chica en comentarios.