Atalbéitar.

Atalbéitar. Ayto La Taha

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El pequeño pueblo de Granada que solo tiene 40 vecinos: "Una miniatura donde no falta detalle"

Esta aldea de raíces moriscas destaca por su cuidada arquitectura alpujarreña, con casas encaladas y calles estrechas.

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En el corazón de la Alpujarra granadina se esconde una aldea que parece sacada de una postal antigua. Con apenas 40 vecinos, este pequeño pueblo del interior de Granada es un ejemplo de la vida rural tradicional y sencilla.

Es Atalbéitar, una localidad perteneciente al municipio de La Taha. Muchos lo describen como "una miniatura donde no falta detalle". El pueblo, de raíces moriscas, destaca por su cuidada arquitectura alpujarreña: casas blancas de piedra, tejados planos de launa, chimeneas coronadas por curiosos sombrerillos y los famosos tinaos, esos pasadizos que conectan viviendas y aportan sombra en verano.

Entre los lugares que merece la pena visitar destaca la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, una construcción sencilla pero con mucho encanto, que alberga a la patrona del pueblo. La arquitectura del pueblo en sí misma es ya un atractivo: cada rincón ofrece una estampa digna de fotografía, cada casa parece tener una historia que contar.

Durante el mes de agosto, el pueblo se llena de vida con las fiestas patronales en honor a la Virgen de Gracia. Aunque pequeñas, estas celebraciones reúnen a los vecinos, que no suelen ser más de 40 en invierno.

El nombre Atalbéitar proviene del árabe harat albáyṭar, que significa "barrio del veterinario". A diferencia de otros lugares más turísticos, aquí no encontrarás grandes hoteles ni supermercados. Pero ofrece hospitalidad, silencio y un modo de vida único.

El entorno que rodea al pueblo es ideal para los amantes del senderismo. Desde sus callejuelas parten rutas que conectan con otras aldeas como Mecina Fondales, Ferreirola o Pitres, recorriendo paisajes salpicados de fuentes naturales, antiguos bancales y senderos flanqueados por robles y castaños.

Llegar a Atalbéitar también es parte del encanto. Desde Granada capital hay que recorrer unos 82 kilómetros por carreteras que serpentean entre montañas, pasando por Órgiva y Pitres hasta llegar a esta joya escondida.

Pueblos alpujarreños

Los pueblos alpujarreños son famosos por su arquitectura tradicional: casas encaladas con tejados planos hechos de launa (una arcilla local), chimeneas cónicas, balcones de madera y calles serpenteantes adaptadas al terreno montañoso. Lugares como Pampaneira, Bubión o Capileira atraen a miles de visitantes cada año, pero aldeas pequeñas como Atalbéitar guardan todavía el encanto intacto y la calma.

También es tierra de artesanos: aquí se tejen jarapas (alfombras típicas), se elaboran quesos, mieles y embutidos, y se conservan recetas centenarias como el plato alpujarreño —con papas a lo pobre, jamón, chorizo, morcilla y huevo— que es puro sabor de montaña.