Cambiar de asesoría para tu empresa. ¿Qué debes tener en cuenta?

Cambiar de asesoría para tu empresa. ¿Qué debes tener en cuenta?

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Cambiar de asesoría para tu empresa. ¿Qué debes tener en cuenta?

Nos adentramos en el mundo del asesoramiento empresarial para desgranar cuáles son los principales factores que tener en cuenta a la hora de cambiar de asesoría y cómo asegurarse de que el cambio sea a mejor.

7 junio, 2023 05:00

Un servicio esencial tanto para las pequeñas y medianas empresas como para los profesionales autónomos es contar con una asesoría eficaz, resolutiva y profesional. Esta importancia viene de que, como sabemos, las asesorías son las que se encargan de llevar al día la documentación y trámites fiscales, laborales o contables de sus clientes, con quienes deben establecer una relación que se base en la disponibilidad, la confianza y la agilidad de su trabajo.

Sin embargo, esta relación ideal no es la realidad de muchas empresas, que, ante una asesoría que no les aporta el nivel de respuesta y resolución que necesitan, se ven en la tesitura de hacer un cambio. Pero, ¿cómo llevarlo a cabo sin afectar el control y seguimiento de las distintas áreas de la compañía? Para responder a esta pregunta, contamos con la colaboración de los profesionales de Muñoz Zurita, asesoría de empresas de referencia en Málaga con más de 40 años de experiencia en gestión integral para clientes de todos los sectores.

Lo primero que se debe valorar a la hora de cambiar de asesoría es el momento del año para realizar dicho cambio. Sin duda, tal y como nos confirman desde Muñoz Zurita, el momento más adecuado es al inicio del año. Esto se debe a los ciclos de presentación de actividad fiscal y contable de las empresas, que coinciden con el año natural de manera general.

Sin embargo, aquí se debe hacer una diferenciación entre PYMES y autónomos pues, mientras que éstos últimos no están obligados a llevar una contabilidad estricta, las sociedades sí lo están. Esto hace que para una autónomo el momento de cambiar de asesoría pueda ser más indiferente, mientras que, en el caso de las empresas, hay que tener en cuenta que el cierre de la contabilidad anual se puede presentar de enero a marzo del año siguiente. Si a esto le sumamos que sólo un mes tras este plazo, en abril, se deben presentar los libros de contabilidad, nos encontramos con una serie de plazos que hacen más difícil encontrar el momento justo.

Lo más adecuado en estos casos es comunicar con tiempo a ambas asesorías la voluntad de hacer un cambio y realizarlo durante el primer trimestre del año. Así, la antigua asesoría puede organizarse para cerrar tanto el año fiscal como contable en enero, e inmediatamente se puede realizar el cambio, de forma que se evita el solapamiento de cuotas o documentación. En caso de que el cierre contable no pueda organizarse para enero, el mejor momento para cambiar será justo cuando éste se presente.

Lo siguiente que hay que valorar a la hora de hacer un cambio de asesoría es qué asesoría va a encargarse de presentar las obligaciones pendientes. Estas se refieren, prioritariamente, a los libros de contabilidad, el impuesto de sociedades, y los cierres de cuentas anuales. Lo importante aquí es entender que, conforme más avanzado esté el año, más trabajo llevará hecho en este sentido la antigua asesoría, lo que significa que, en caso de pasar la documentación y los datos a la nueva, esta tendrá que hacer una intensa labor de revisión. Por tanto, lo más recomendable es, si se hace el cambio en enero, tal y como recomiendan desde Muñoz Zurita, encargar estas obligaciones a la nueva asesoría. Pero, si el cambio se realiza entrado el año, puede ser más conveniente que la antigua asesoría se encargue.

En cualquier caso, las propias asesorías suelen asesorar a sus clientes empresas sobre qué estrategia les conviene más en función del momento, además de indicar detalladamente la documentación a aportar en cada caso. De nuevo, en el caso de los autónomos, el cambio es más sencillo y sólo se tendrán que aportar los impuestos presentados durante el año, y la nueva asesoría pasará a encargarse de la gestión fiscal.

Todo esto lleva a valorar otro factor importante a la hora de cambiar de asesoría, y es tener claro dónde se conserva toda la documentación y los libros oficiales de actividad de la sociedad. Conservar esta documentación es una obligación para el empresario, y su aporte a la nueva asesoría es el punto de partida para una gestión de calidad que tenga acceso a toda la documentación de la compañía. Por supuesto, también se puede solicitar a la antigua asesoría toda la documentación que sea procedente para realizar el cambio. Además, con la progresiva informatización de trámites y documentos, este trasvase de información es cada vez más sencillo, lo que facilita el proceso.

Por último, y como no podía ser de otra manera, sólo queda cerciorarse de que la nueva asesoría a la que vamos a encargar las obligaciones de nuestra empresa es garantía de calidad, eficiencia y buena gestión. Para ello, es imprescindible encontrar un equipo de asesores que aporte datos y credenciales demostrables. Como ejemplo, en el caso de Muñoz Zurita, encontramos una asesoría en Málaga con más de 45 años asesorando a los malagueños, más de 40.000 declaraciones de IRPF presentadas, capacidad de gestión en todas las áreas de la empresa y un porcentaje líder en ahorro fiscal. Con una carta de presentación como esta, la decisión de cambiar de asesoría para tu empresa sólo puede ser un éxito.